Amina quiere ser bruja

Amina quiere ser bruja, de Sandra Araguás

Ilustrado por Blanca BK

Amina quiere ser bruja

Blanca, la ilustradora de esta historia infantil, le dedica el libro “a todas las niñas que quisimos ser brujas en lugar de princesas”. Y claro, como ustedes ya me conocen, sabrán que yo leo esta dedicatoria y no me queda más remedio que llevarme este libro a casa, necesito enterarme de qué es lo que están leyendo ahora nuestras niñas. Bueno, mejor dicho las niñas de ustedes que la mía ya está mayorcita, aunque como diría mi amiga Anabel, que se dedica, entre otras muchísimas cosas, a la cuentoterapia, nunca se es lo suficientemente mayor para acercarnos a los cuentos, a los nuevos y a esos clásicos que siempre están en nuestro subconsciente.

 

Así que con la mente lo más abierta posible, me acerco a esta historia que me contará Sandra Araguás sobre Amina, una niña que tiene ocho años y once meses, porque en estas pequeñas edades los meses son tan importantes como lo son los días cuando uno tiene más de noventa y cinco años.

 

¿Pero porqué vengo yo aquí a hablarles de un cuento infantil?

384528_364581103619625_873254343_nPorque Amina decide ser bruja, y su madre le pregunta que si buena o mala, y Amina pregunta, porque todas las Aminas de este mundo pregunta muchísimas cosas, ¿En qué se diferencian?, y su mamá le cuenta que las buenas son las que se portan bien, ayudan a los demás, recogen su habitación, comparten sus juguetes… Ya saben, el cuento de siempre; pero resulta que en este cuento Amina es una niña del Siglo XXI y todo eso le suena a un rollo que te mueres… Así que naturalmente decide ser una bruja mala. Y es que las hijas de hoy son hijas de su Siglo pero las madres (noten aquí que hablo de “otras” madres distintas de mi) siguen estancadas en el XX.

 

Un libro que muestra la vida de una familia normal, una familia actual con los actuales problemas de conciliación que cualquiera puede tener, una madre estresada, un padre más cercano y colaborador que los de los cuentos tradicionales, unos abuelos necesarios, y algunos amigos extraños, que ya se sabe que los extraños y raritos siempre vienen de fuera… Y Amina, que llegará a convencer a todos de que realmente tiene poderes de bruja… eso sí, no tan mala.

¿Les apetece acercarse a la presentación de este libro y que sean ellas las que les cuenten más cosas sobre él?

Adelante, pasen, vean y escuchen

 

Susana Hernández

 

6 comentarios en «Amina quiere ser bruja»

  1. Yo espero que las niñas de hoy en día no tengan ese sueño de ser princesas, y mira este tipo de libros anima a como dices sean de este siglo XXI con sueños más divertidos y activos, jeje. Pero ¡una crítica! que eso lo veo mucho ahora: la madre siempre estresada y de los nervios, y el padre cercano y colaborador (reflejo de la realidad). Supongo que los cuentos del siglo XXII, será cuando ambos tengan la misma paz y el mismo estrés, jajaja.
    Nada, que me gusta esta recomendación, ya no para mi hija-adulta, que me miraría con cara rara, pero sí para una sobrinita, que está en la edad.
    Un abrazo 😀

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  2. Pues con una peque de nueve años revoloteando por casa, ya sabes qué te voy a decir… Apuntadísimo este libro, aunque ahora con tanta lectura de cole, tendrá que esperar un poquito. Me parece que voy a ir apuntando ya para la carta a los Reyes Magos…
    Besotes!!!

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  3. Si por mi fuera, Icíar, las madres y los padres del Siglo XXI compartirían la crianza, y el resto de las tareas de la vida, con una sonrisa dibujada en la cara de forma permanente, sin estrés, con trabajos que permitiesen la perfecta conciliación a ambos… Soñar es gratis!

    Cuando lo pilles para la sobrina le echas un ojillo 😀

    Besico!

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  4. Yo, querida Susana, no soy una especialista en ilustraciones, pero visitándote a menudo una algo aprende de las grandes como tu, el caso es que con trazos aparentemente sencillos le da vida a los personajes y refuerza perfectamente la historia. Me ha gustado la imagen que ha creado de Amina.

    Un besico, tocaya!!!

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  5. Disfruta con tu brujilla de las lecturas que el tiempo pasa pitando y se nos hacen mayores y los estudios les alejan, desgraciadamente, de lecturas voluntarias… ¿Hay algo más bonito que compartir lecturas con tus hijos? No lo creo.

    Un besico para ti, y otro para la brujilla 😛 !

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