Ardiente secreto

Ardiente secreto de Stefan Zweig

Ardiente secretoStefan Zweig es un nombre que me quedó muy grabado en la memoria, luego de la reseña de Cartas de una desconocida que realizó aquí mi compañera Judit. Siempre estuvo en mi lista de pendientes, cómo  a un autor que debía conocer. Lo busqué y en lugar de ir por la vía segura de aquella novela recomendada, opté por elegir una alternativa. Ardiente secreto de Stefan Zweig tenía que cumplir la misión de entender porqué debía leerlo.

En el inicio, accedemos a los pensamientos de un barón y sus relaciones efímeras, basadas en el deseo sexual. Se nos hace testigo de la súbita aparición de una mujer con su niño, a quien el barón quiere conquistar, a quien quiere conocer a toda costa para seducirla a raíz de un deseo fuerte que se genera en él. Para acercarse a ella, cae en la cuenta, debe congeniar con su hijo Edgar.

Erróneamente, creemos que continuaremos inmiscuyéndonos en la historia según la perspectiva del barón. En un repentino cambio –brillante técnica que utiliza el autor- es Edgar el que conduce la historia. El barón logra hacerse amigo de Edgar, haciéndolo sentir importante y parte del mundo adulto que tiene tan vedado y del cual es echado una y otra vez por su madre en simples actitudes, como enviarlo a la cama más temprano.

La relación es fructífera hasta que el barón y la madre de Edgar congenian. El niño ya es inútil, el barón pierde desinterés por él y Edgar comienza a preguntarse las razones por las que suceden esos cambios, porqué quieren deshacerse de él.

Zweig, en el contexto en tanto tiempo en el que escribía, era atrevido. El deseo sexual de un hombre por una mujer casada y respetable, haciendo partícipe a un niño pequeño fueron recursos que hacen a esta pequeña novela una gran obra que despliega temáticas insolentes de aquella época.

Edgar evoluciona –y nosotros junto a la novela gracias a la escritura de Zweig con giros bruscos imperceptibles- para transformarse en alguien vital, otorgándole otro sentido a la novela que esperábamos encontrarnos. Es el afán de crecer y la manera en que, luego, descubrirá que es parte del mundo adulto lo que genera admiración por parte del lector (¡Ojalá Edgar lo supiera!).

El autor de esta novela, cómo pude percibir luego de la reseña escrita por Judit, fue un gran escritor, capaz de contar historias que ahora nos resultan moneda corriente aunque en su momento haya sido transgresor. La facilidad para subirnos al torbellino de sentimientos de dos personajes, sin mezclarlos pero conectándolos de algún modo para  que haga sentido, es quizás de los mejores elementos que utiliza Zweig en Ardiente secreto.

A veces, cometemos el error de no ir por aquellos escritores de épocas que nos parecen tan lejanas justamente por encontrar más difícil situarnos en el tiempo y los parámetros del momento. Sin embargo, cuando los leemos, nos damos cuenta de cuántos buenos autores nos ha regalado la literatura y Zweig es uno de ellos.

Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)

TW: @rosearan

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