Aristóteles. El deseo de saber

Aristtóteles. El deseo del saberNo es la primera vez que me acerco a ustedes con algún libro de la editorial Colección Científicos que, sinceramente les digo, no debería faltar en ninguna biblioteca escolar.

Acercar la ciencia a los chavales, que conozcan los nombres de los científicos, sus vidas, su infancia, el porqué de su interés por entender, por descubrir, por investigar, debería ser obligatorio, y seguro que lo es, pero además tiene que ser tan divertido para los chavales como conocer la alineación del Madrid, del Barcelona o de la selección Española.

Y que sí, que luego nos dicen que no cualquiera puede ser un famoso científico, que son un pequeño grupo de selectos, pero tenemos la obligación de divulgar a quienes son la esencia de lo que hoy es el Ser humano, grandes científicos, grandes pensadores que también tuvieron en su infancia a quienes crearon en ellos esa necesidad de pensar.

Y aquí llegamos hoy, con uno de los grandes pensadores de la historia, y como siempre en formato cómic, de forma que llegue con facilidad su vida y sobre todo su pensamiento, a todo tipo de lectores desde los más pequeños con los que tendremos que ir compartiendo la lectura, hasta los adultos que algo podemos aprender de estos guiones de Bayarri, en este caso asistido por la científica e historiadora Tayra MC Lanuza Navarro .

Me doy cuenta de que por lo general son chavales inquietos, curiosos o/y observadores, con familias de las que pueden sacar buenos referentes, en general. Este es el caso de nuestro Aristóteles, que tenía a su padre, Nicómaco, que era médico y del que pudo observar muy de cerca su trabajo pues el padre fue llamado a la corte de Amitas, Rey de Macedonia y allí fue también como acompañante nuestro protagonista. Pero pronto, siendo aun niño, su padre falleció y se le asignó un tutor llamado Próxeno… Hay chavales que nacen con suerte, con dinero y sobre todo con buenas relaciones pues resulta que unido al interés del chaval se une que su tutor es conocido de Platón.

Leer está muy bien, le decía Platón a nuestro joven protagonista, Aristóteles, que finalmente acaba en su academia, pero “Aquí lo que nos motiva es el conocimiento en sí mismo. Tenemos que aprender lo máximo los unos de los otros”. Y leo esto y me tengo que acordar del Club de lectura en el que participo, y en cuantas veces hemos hablado de que no es lo mismo leer para uno que leer para compartir, lo mucho que aprendemos, escuchando y debatiendo.

La vida de Aristóteles fue realmente interesante, nunca cejó en su empezó por el saber, ahí es donde él pensaba que estaba el sentido de la vida. El Rey de Macedonia le reclamó a su presencia, cuando ya hacía un tiempo que había muerto Plátón, para preparar a su hijo Alejandro a ser el mejor de los reyes que se hubieran conocido. Y vamos viendo la evolución del pequeño Alejandro ansioso de poder y espada al Alejandro que crece como hombre íntegro en filosofía, retórica e interesado en otras muchas ciencias. Tiempo después volverá a ser importante en su vida.

Aristóteles como todos sabemos, regresó a Atenas y creó su propia academia, en el libro, como suele pasar en las historias de las vidas de los grandes personajes, conoceremos algo de la vida de su padre y de su tutor, sabemos que su madre le dejó una buena herencia, pero nada más se sabe de la madre del filósofo, ni de la mujer de su tutor… Y seguro que no porque Tayra MC Lanuza Navarro no haya querido hablar de ello, sino, porque la historia se ha preocupado poco de las mujeres ¿Quién sería la madre? ¿De qué familia sería para que le dejase semejante fortuna? Yo también quiero ser inquieta con algunas cuestiones.

Al final del libro encontramos una pequeña síntesis de las vidas de los personajes que se nombran, Sócrates, Platón, Espeusipo, Jenócrates, y otros cuantos entre los que no pueden faltar ese Alejandro del que tanto les he hablado y que pasó a la historia como Magno.

El libro, en su última página, y como ya nos tiene acostumbrados, antes de los bocetos, nos presenta a toda la familia del pensador, o sea, que tubo mujer que tuvo una hija y otra mujer que tuvo otro hijo

¿Qué poco “curiosa” ha sido, en general la historia de la humanidad?

No pensarían que iba a ir sin decirles que la madre de Aristóteles se llamaba Phaestis, que su primera esposa se llamó Pythias y el mismo nombre pusieron a su hija.

Tuvo otra mujer llamada Herpyllis y si son curiosos y en alguna ocasión han visto la bibliografía de Aristóteles sabrán que con ella tuvo un hijo y a este SÍ le dedicó un libro titulado Ética para Nicómaco… Y así, amigos, es como se pasa a la historia 😉

¿Imaginen que el título podría haber sido “Ética para  Pythias”…?

6 comentarios en «Aristóteles. El deseo de saber»

  1. Muy interesante la maneta en que se acerca al conocimiento pues se tiene en cuenta un lenguaje accesible para los niños(as) y jovenes; esto no es muy comun en las escuelas debido a que se cree que el conocimiento es solo el acercamiento a lo exacto pero descaonociendo todo el contexto de las cuestiones ademas de la ambiguedad que se esta adoptando y que desafortunadamente influye en mucho de la formacion del caracter de los seres humanos que se estan formando. .

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    • Cierto Sergio, ya me hubiese gustado que alguien me contase así la vida y obra de Aristóteles, el problema es que tanto en filosofía, como en literatura o cualquier otra asignatura es importante conocer al personaje del que hablamos conociendo ese contexto del que hablas.

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  2. ¡Pero que colección más mona! ¡Los quiero todos!
    Creo que Aristóteles no tenía muy buen concepto de la mujer, y que fue él precisamente con su pensamiento sobre esto, lo que dejó mella en nuestra cultura católica (pero no me hagas mucho caso).
    También he leído por algún sitio que en la antigua Grecia, todo ese amor por la cultura y el saber, estaba reservado a los hombres, la mujer era como un recipiente con la que se tenían hijos, incluso se decía que para crecer intelectualmente había que hacerlo con un hombre, de ahí tanta homosexualidad, las pobres, no tenían nada que aportar, tan apartaras se las mantenía, salvo escasísimas excepciones, que ya te puedes imaginar lo “especiales” que serían (aquí utilizo el adjetivo en sentido positivo), así como el de sus familiares allegados.
    Me encantan estos cómics.

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    • A mí también me está gustando la colección, creo que es una buena forma de acercar la ciencia y la filosofía a la chavalería, incluso a muchos de nosotros que nos inquietan para profundizar como he hecho yo también en este caso sobre la vida del pensador… Ser hombre y de buena familia era importante. En algunos sitios no se ha avanzado mucho.

      lecturas que llevan a lecturas y lecturas que hacen finalmente lectores… Besicos !

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