El día de Julio, de Beto Hernández

El día de Julio

A Julio, su padre nunca lo llevó a ver la nieve. En Texas no acostumbra nevar. De hecho, Julio Juan, su bisnieto, sólo recuerda una vez que nevó. Es posible que también su padre Julio Tomás, su sádico tatarabuelo Juan o su tío Julio José todavía lo recuerden, aunque cien años dan para muchos recuerdos. Y si en las líneas precedentes creéis haber encontrado alguna referencia a Cien años de soledad, habéis dado en el clavo.

Beto Hernández está acostumbrado a que comparen su obra con la de García Márquez. Palomar, el legendario pueblo donde transcurre la saga del mismo nombre, está considerado el Macondo de la novela gráfica, un lugar anclado en un pasado mítico que no le permite entrar en la modernidad, sino tan sólo otearla.… Leer la reseña completa del libro "El día de Julio, de Beto Hernández" “El día de Julio, de Beto Hernández”

Tiempo de canicas

Tiempo de canicas, de Beto Hernández

Tiempo canicasDe niño nunca me encontré un cadáver en un descampado. Tampoco vi morir a un amigo  mientras jugábamos junto a las vías del tren. No confesé cabizbajo al quiosquero del barrio que le había robado unos caramelos, porque jamás se me habría ocurrido robar nada. No pillé nunca a mis padres en plena transferencia de semillitas. No di mi primer beso a una chica hasta … muy tarde. Y el perro que me regalaron a los diez años me duró hasta que acabé la universidad.

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