Brave Story 1

Brave Story 1, de Miyuki Miyabe

brave storyEl género de aventuras, por mucho que pase el tiempo, siempre es algo a lo que vuelvo, que repito porque me encanta la evasión. Si a todo eso le añades una pizca de magia, un secreto por descubrir, un viaje épico a través de un reino imaginario, el niño que llevo dentro se pone a dar saltos de alegría y no puede dejar sus páginas. Supongo que todos nosotros, cuando nos enfrentamos de alguna manera a lo que nos proponen los libros, queremos sentir eso que llaman cosquilleo cuando vamos leyendo. Por eso las aventuras me gustan tanto. Me hacen sentir ese arrebato de ganas de más, de ganas de poder vivir en ese universo que los autores han creado para mí, sí, para mí, que soy el que lo está leyendo y disfrutando a partes iguales. ¿Hay una edad para dejar de lado este tipo de lecturas? Afortunadamente, en las lecturas no pasa como con la vida, y todos, sin excepción, podremos emocionarnos de verdad cuando empezamos la epopeya que aquí os relato, que nos cuenta “Brave Story” como sólo los grandes pueden hacerlo.

Wataru siente que su vida se desintegra: sus padres se han divorciado y él no quiere. Para colmo, un nuevo estudiante llega a su instituto y le trata como si fuera un niño pequeño. Todo cambiará cuando, de la mano de ese mismo estudiante, Wataru entre en Visión, un nuevo mundo lleno de magia y criaturas de fantasía, en el que emprenderá un viaje lleno de peligros para cambiar su destino… y quien sabe si el de toda la humanidad.

 

Hablar de Quaterni es hacerlo de calidad, de saber hacer, de elección de lecturas perfectas para los amantes de la literatura japonesa. Cuando este libro llegó a mis manos recuerdo que pensé en todas aquellas tardes jugando a The Legend of Zelda o a Dragon Quest, dos de mis videojuegos favoritos, que me introducían en un mundo nuevo y que me proponían retos que no había encontrado en otros sitios. Hablo de videojuegos, porque parte de la inspiración de Miyuki Miyabe bebe de estas fuentes que, en ocasiones, crean detractores y separatistas que piensan que las videoconsolas y la cultura no están relacionadas. Quizá por ello, esta lectura juvenil me recuerda mucho a mi adolescencia, a aquellas tardes en las que me devanaba los sesos intentando encontrar el objeto mágico que me hiciera seguir el camino trazado en la pantalla. Por eso, porque esta historia es una gran aventura que nos permite conocer otro tipo de literatura, porque la fantasía nunca debería estar reñida con otro tipo de literatura, porque es de los pocos títulos de este estilo que me han llamado la atención este año, porque la editorial es una de esas a las que siempre intento regresar, todo aquel que quiera leer algo distinto, debería hacerse con él.

Resulta curioso que Brave Story sea una novela de fantasía, cuando no lo es al uso, al menos en su primera parte. Los problemas que se trazan, con trazo grueso además, en la primera parte de esta historia, tienen más que ver con la madurez, con crecer antes de tiempo, con verse abocado a querer escapar de una situación familiar dolorosa, y aunque me repito, a crecer. Pocas veces en la llamada literatura juvenil me he encontrado una sinceridad tan impropia, tan falta de artificios, tan directa. Miyuki Miyabe puede sentirse orgullosa de haber parido esta historia, porque gracias a ella no sólo los adictos a este tipo de narrativa pueden divertirse con ella, sino que cualquier lector preciado de la literatura en general, lo puede hacer. Y eso, en estos tiempos que corren, en estos tiempos en los que la cultura es mirada con lupa, es mucho decir.

Vivir en la fantasía es hacerlo en la imaginación. No conozco un bien más preciado en estos momentos, ni ninguna frase que pueda describirlo mejor. Este libro, primera parte de otros que vendrán, ha vuelto a despertar a una especie de dragón dormido que tenía en mi interior. La voracidad, las ganas de más, son palpables por una sola cuestión: cuando cerré el libro corrí a investigar, corrí a interesarme por lo siguiente, por la serie que se ha creado, por le videojuego que nació después del éxito, por todos esos menesteres por los que sólo una buena historia nos hace preocuparnos. “Brave Story” es mi novela de aventuras para este verano, quizá para siempre. Y esto seguro que cuando la segunda parte llegue a mis manos, su reseña será igual de entusiasta. Os seguiré informando.

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