Bridget Jones: loca por él

Bridget Jones: loca por él, de Helen Fielding

bridget jones loca por el Os voy a contar un secreto. Cada día 10 del mes, un grupo de amigas y yo nos reunimos para contarnos qué tal nos va la vida. Corre el vino, corre la comida, y entre frase y frase vamos desgranando los mayores secretos que guardamos en la recámara. Que si mi novio es un caradura porque no me ayuda en la casa, pero luego tiene esos pequeños detalles que me vuelven loca, que si el otro día me hizo algo raro en la cama, no sabría describirlo, pero el caso es que me gustó. Que si el otro día se tiró un pedo e intento disimularlo, pero le cacé y no podía para de reírme. Todas hablan de sus respectivas parejas y yo, cuando vuelvo a mi casa, me imagino que soy un Bridget Jones en formato masculino, algo así como un geyperman de usar y tirar, que moriré soltero, entre tarrinas de helado y devorado por mi perro, que es un sol pero de algo tendrá que alimentarse. Esa imagen me acompañó durante unos meses y ahora, cada día 10, me siento y cuento con todo lujo de detalles lo que podría hacer con mi pareja si la tuviera porque, total, soñar es gratis, y además no le hago daño a nadie. Pero a lo que iba, el caso es que pensar en ser un personaje de un libro me hace replantearme que a) creo que mi vida es una telenovela barata, b) que estoy loco si pienso que todas esas tarrinas de helado van a entrar en mi cuerpo y c) que mi perro por mucho que olisqueara mi cadáver seguro que se las ingeniaría para abrir su bolsa de pienso. Bridget Jones sólo hay una, y ha vuelto en este libro para quedarse.

Bridget está enamorada de un hombre más joven que ella, mucho más joven. Sus dos hijos son un amor, sus amigos siguen lanzándole dardos envenenados cada vez que su vida es un caos y su madre siempre se mete donde no la llaman. Y, por si fuera poco, ahora hay una agencia que quiere llevar un guión suyo al cine. Bridget no sabe qué hacer con su vida, aunque al menos sabe vivirla con intensidad.

 

Me gustan los excesos. Yo soy una persona de extremos: o me gusta algo mucho o lo aborrezco sin piedad. Estoy soltero, poco entero, y mi vida se puede resumir en: cafés, libros, trabajo, más libros, más cafés, y mi estómago rugiendo porque le tengo que introducir comida. Y entre algún café y algún libro, cae algún cuerpo que me hace temblar de emoción. Es así. Y como me encantan los excesos, me encanta Bridget Jones: loca por él, ¿por qué? Muy sencillo: porque me he descojonado en el metro leyéndolo y la gente me ha mirado raro, porque Helen Fielding ha hecho que nuestra protagonista favorita sea una mujer de armas tomar incluso con sesenta años, con dos hijos a cuestas, con una madre a la que más valdría ahogar y no contestar al teléfono, y que además se enamora de un jovencito treinteañero que haría las delicias de cualquiera. Me gustan los excesos, pero todavía me gusta más el humor, ese humor socarrón que viene de vez en cuando, que te hace soltar desde el mismo estómago una carcajada por lo que estás leyendo, por lo surrealista de la situación, por todo en general, y de la que te sigues acordando tiempo después y vuelves a reír, como si no hubiera un mañana, como si de esa risa dependiera tu vida leche, que en este mundo hay que reír más y menos fastidiar al personal, que para eso ya tenemos otras lides, y lo que aquí toca es pasarlo bien, divertirse, disfrutar (en todos los sentidos, ya me entendéis, ejem) y ya si eso, después, recordar un poquito lo triste para después volver a reír. Así es Bridget, la diosa de los incomprendidos.

Uno de los peligros de seguir a tu personaje favorito a través de varios libros es que al final acabe cansándote, acabes tan hasta los mismísimos de él o ella que termines queriendo hacerte el harakiri o cualquier tortura china. Bridget Jones: loca por él, aparecido tras unos cuantos años de silencio por parte de Helen Fielding no sólo me ha parecido mejor, sino que además me ha recordado a esa clase de comedias románticas que todos sabemos como van a acabar pero con las que nos reímos igual y esperamos a los créditos para ver como ella se queda con él, él se queda con ella, y todos son felices, porque oídme bien: en las lecturas también necesitamos finales felices, los exijo de hecho, y si me pongo un poco tonto soy capaz de montar una asociación para que haya más finales felices y menos comeduras de cabeza. La vida ya es lo suficientemente dura como para no disfrutarla un rato así que abran este libro, disfruten, rían, contagiaos de lo que os dice esta mujer y después, si se me permite la licencia, salid a la calle a pasarlo bien. Seguro que no os vais a arrepentir.

3 comentarios en «Bridget Jones: loca por él»

Deja un comentario