Cómo sobreviví a la madre de Pavlito (con uve)

Cómo sobreviví a la madre de Pavlito (con uve)

FRISATítulo: Cómo sobreviví a la madre de Pavlito (con uve)
Autora: María Frisa
Editorial: Espasa
Páginas: 383
ISBN: 9788467043297

Vienes

Dice María Frisa, la autora, que este es un libro para gente con sentido del humor. Y yo me digo, ¡pues para mí!, que vengo de leer Lolita y aunque alguna sonrisa me ha asomado no es lo que yo entiendo por diversión, así que para desestresarme durante unos días, me lo he pillado como regalo personal. Añade la autora que si tras la lectura de las primeras diez páginas no te has reído, no tiene sentido que sigas leyendo porque no vas a entenderlo. Espero que no sea mi caso. Mañana me pongo a ello.

Sábado después de las noticias

Yo colocada en uno de los sofás con mi mantita y mi té humeante, mi marido en el otro ya sesteando… Y la adolescente con la que convivimos también anda en brazos de Morfeo; luego hay paz en el hogar. Recuerdo que me tengo que reír antes de la página diez, pero ¡Joder, María, qué el libro empieza en la trece! Me sonrío aunque esto no vale, no pienso ser complaciente con “La Frisa”, pero si me gusta el libro y leo más allá de esas diez páginas a las que alude, lo reseñaré para LibrosyLiteratura, que todos estamos muy necesitados de algún ratico bueno y de echarnos alguna alegría al cuerpo.

Un traguito de té y empiezo ¡Jolín!, ahora pienso que igual esta noche con un vinito o una cervecita hubiese sido más divertido, pero enseguida me acuerdo que tengo cena con los amigos, así que pienso… Susana, esta noche beberás buen vino y te saltarás la dieta (una vez más), pero sin letras de por medio.

Empiezo, han pasado dos páginas y media y ya he despertado a mi marido con unas pequeñas risas que se me han escapado en este primer capítulo, que claro, si eres mujer, que lo soy, tienes más de cuarenta años, que creo que los tengo, y la desgracia de que la Naturaleza no te haya otorgado tu regalado de presbicia, pues no te queda otra que reírte de “La gran excusa universal e infalible de cualquier mujer sensata para reconocer que está gorda“.

Bueno… como me he reído ya no me queda otra, y como lo prometido es duda sigo con el libro y así voy conociendo a los personajes con los que María se relaciona en sus mundos: Trabajo, Familia y amigos… Y colegio, que al final es como esa segunda familia que, como la propia, no puedes elegir.

Desde ese primer capítulo ya me he dado cuenta de que yo NO soy una “madre de pavlito” (con v), ¡¡Qué va!!! Yo siempre he sido, más bien, una María normal y corriente, de esas que dedican parte del armario a LaRopaqueAlgúndiaMePodréVolverAponer.

A estas alturas ya me he dado cuenta de que el libro está estructurado de una forma similar a la que la autora le da a su colección de libros juveniles 75 Consejos para sobrevivir en el colegio, o en el campamento…, ¡sí, sí, esos de Sara que ya todos conocen! Así, que la lectura es entretenida y ágil, y la aparición de los “frisolitos”, esto es, la familia de la Frisas, tienen golpes muy acertados, críticos y contradictorios ¡Cómo la vida misma!

Está claro que María Frisa utiliza la realidad en su punto límite más absurdo, con personajes irrealmente creíbles, y situaciones que cualquiera de nosotros le podría haber contado, y no le hace ascos a casi ningún tema o situación, eso sí, si uno es de la familia Frisa las ideas se las da COBRANDO y el libro lo exige GRATIS

¡Cuidado! Que los amigos y conocidos de la autora que no se compren este libro pensando en una especie de Gran Hermano literario, ya que ella misma ha dicho que, aunque “es verdad que me pasan cosas continuamente…sin embargo, para escribir este libro también me he inspirado en todas las amigas y conocidas que me cuentan sus vivencias” y “aunque (la protagonista) se llame como yo y tenga un marido y unos hijos con el mismo nombre que los míos, no es autobiográfica”. Así pues, deberán ser las amigas de las amigas de la autora, las que se lancen a por el libro para descubrir cuanto de ellas hay en esta novela… y fíjense que pienso que en más de una ocasión alguna de mis amigas le ha contando mis miserias a la Bruja de la Frisa 😉

Cómo sobreviví a la madre de Pavlito (con uve), bien puede servir como terapia para subir la autoestima, que imagino que ya que la autora ha estudiado psicología, en su casa le habrán dicho que para algo debía de utilizarla ¿O no?

Un día yo dejé de fumar y me costó lo mío, no crean, ahora llevo ya más de tres años de abstinencia pero cuando he leído la frase de la portada he pensado ¡Jolín (o Joder, según sean de finos) esto es tan cierto como que mañana será otro día! Y a Dios pongo por testigo de que “CUANDO CREAS QUE TU VIDA EN UNA MIERDA, QUE ES IMPOSIBLE EMPEORAR, HAZME CASO: PONTE A RÉGIMEN”

Pues ya os digo, tan cierto como la vida misma

Susana Hernández

6 comentarios en «Cómo sobreviví a la madre de Pavlito (con uve)»

  1. Qué interesante tienen que ser Pavlito, su madre y la autora…Veo que has podido disfrutar de algunas risas,…y que además, la reseña de hoy, como sucede en otras ocasiones, viene acompañada de guiños a esa vida de lectura que una trata de cuidar como puede…

    La taza de té resulta imprescindible y también la mantita…¡¡quién no, con estos fríos que aún nos acompañan!!
    Bueno, suena interesante, como digo al principio, y espero encontrarme con él algún día…aunque sea un giro rápido en la librería, riéndome de algunas de las peripecias que pueden contarse.

    Gracias por regalarnos algunas risas…son geniales. Un beso grande

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    • Jajaja, pues ahora que lo dices, María, creo que Pavlito en el personaje que menos sale en el libro jajajaj supongo que porque ese tipo de madre anula incluso a sus propios hijos 😉

      Sonreir mientras vivimos, mientras queremos, mientras leemos, mientras viajamos… Es bueno ir aportando un poco de buen humor por el mundo

      Un besico!!

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  2. ¿¿sí?? Me has dejado de lo más intrigada, ¿cuál es esa “gran excusa universal e infalible de cualquier mujer sensata para reconocer que está gorda”?.
    Parece uno de estos libros que contagian el buen humor, que con unas risas quitan peso a situacions que todos más o menos venimos a reconocernos. Les encuentro a este tipo de libros mucho mérito, porque hacer reír y sobre todo en utilizando la forma escrita sin el lenguaje visual, es de lo más difícil.
    Me ha gustado conocer a María Frisas y te haré caso, que es verdad que nos hacen falta desengrasantes, jajaja.

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    • Jajajaj Seguro que tú misma habrás inventado una alguna vez!!! Tienes razón, Icíar, no es fácil hacer reír, yo creo que con la literatura es más fácil hacer llorar. El contexto gestual para mí es imprescindible cuando quiero hacer reír a la gente, supongo que porque me es más fácil poner cara de payasa que describirlo en cuatro palabras, y eso también es importante. En fin que lo he pasado bien y ya tengo ganas de poder compartir cosas con esas amigas que me han traicionado contando mis asuntillos a esta escritora jajajaj

      Un besico muy divertido, amiga!

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  3. ¡un libro medicina! nada, que en cuanto lo vea por acá lo compro. Que ando con unas cosas tan tristes y densas que necesitaré unas risas después de terminar con los libros que traigo entre manos.
    Un beso,
    Ale.

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    • Ale, en cuanto lo mande para tu tierra te lo digo!!! Ya le gustaría a María Frisas estar el año que viene en la FIL 😉 jejejej Es una mujer muy simpática con mucho sentido del humor, como tú, así que seguro que haríais buenas migas jejeje

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