Copygirl, de Anna Mitchael y Michelle Sassa

CopygirlHay dos tipos de personas: las que siguen al rebaño y las que crean sus propias normas. Kay lo ha tenido siempre muy claro y sabe que ella pertenece al grupo número dos. Aunque eso, en Nueva York, ciudad de los estereotipos y de los rebaños por excelencia, donde la gente se muere por ser como la persona que tiene al lado, intentar crear tus propias normas es bastante traumático y agotador. Kay es publicista. Bueno, casi. Es una copygirl, una especie de becaria que tiene que hacer malabares con su tiempo para poder cumplir con todo lo que su jefe le pide. Para colmo, está enamorada de su compañero de trabajo. Aunque sabe de sobra que este parece sentirse más atraído por las infinitas piernas de otra publicista. Una publicista de verdad. No como ella. Ella se tiene que quedar por las noches intentando crear un logo adecuado para una comida de gatos. Mientras que la de las piernas infinitas recorre todos los bares de Manhattan recopilando contactos para la empresa.

Me imagino que será una cuestión de publicidad el hecho de que este libro se venda como una fusión entre Mad men y El diablo se viste de Prada. Comparar una historia con la famosísima comedia protagonizada por Anne Hathaway es muy peligroso. Para mí, Miranda Priestly, a la que da vida Meryl Streep (aquí introduzco una grandísima reverencia) es la peor jefa con la que uno se podía topar. ¿Tu jefe es odioso? PUES MIRANDA LO ES EL DOBLE. Por eso al leer Copygirl, lo he hecho con pies de plomo, intentando en la medida de lo posible no comparar ambas historias. Está claro que El diablo viste de Prada fue una gran novedad en nuestras vidas y que, llevada a la gran pantalla, se ha convertido en la obra de referencia cuando pensamos en un becario. Por eso mi consejo es el siguiente: no busques una Miranda en esta historia, pues no la vas a encontrar. No las compares. Piensa únicamente en Kay y en su desastrosa vida. Así disfrutarás el triple de este libro de Anna Mitchael y Michelle Sassa.

Dejando de lado las comparaciones y concluyendo con que estas son tremendamente odiosas, tengo que decir que con Copygirl me he desternillado de risa. Kay es una chica con la que me he identificado mucho: una veinteañera que parece no encajar en ningún sitio. Pero si algo bueno tenemos las dos es que somos conscientes de ello y nos encanta. A Kay le gusta ser diferente, tener aficiones que parece que su entorno no comparte, ir al trabajo a trabajar y no a lucir sus Jimmy Choo de último modelo con los que se podrían pagar varias letras de una hipoteca. Le gusta quedarse en casa. Y le gusta hacer muñecas de cera (vale, esa es una afición que se sale de mis gustos. Aunque todavía no sé qué me parece, si fascinante o aterradora). Esas muñecas de cera van a ser testigos de su nueva vida, ya que un día, borracha y muy cabreada, decide grabar un video a una de sus ellas. En ese video se desahoga de todas esas preocupaciones que le han estado persiguiendo durante semanas. Se libera poniendo a caldo a su jefe, a su compañera la de las piernas infinitas a la que parece hacerle gracia el chico de sus sueños, a sus padres que tanto se alegran por los logros de sus hermanos pero no por los de ella… en fin, dice todo lo que nunca se atreve a decir. Os podéis imaginar el lío que se monta cuando su mejor amiga, con la que comparte este video, decide subirlo a las redes sociales…

Habréis podido comprobar por mis otras reseñas que me gustan los libros en los que la protagonista es un poco descarriada y que aboga por defender sus ideales. Creo que eso es lo que ahora necesitamos: que nos enseñen a que lo más valioso que tenemos es nuestra personalidad y que es algo que debemos mantener pase lo que pase. No podemos dejar de ser nosotros mismos para intentar “encajar”. No podemos ir con una máscara para, simplemente, agradar a alguien que no es como nosotros. No sé, quizá sea porque a mí siempre me han enseñado a que da igual si a alguien no le gusto como soy. Ya encontraré a alguien que sí que lo sepa apreciar. Por eso, os animo a que dejéis las máscaras en casa y que aprendáis a no seguir al rebaño. Y si es de la mano de Kay, muchísimo mejor.

4 comentarios en «Copygirl, de Anna Mitchael y Michelle Sassa»

  1. haha, esto promete.Tiene aire de novela comica neoyorkina, pero algunos d elos mejores satiros del planeta residen allí, y muy especialmente los que han trabajado en la meca de los copys, Madison Avenue

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