Diario del año de la peste

Diario del año de la peste, de Daniel Defoe

Es difícil entender los males que sucedieron en el pasado, sobre todo aquellos que se podrían resolver hoy. Es complejo porque, todos esos sucesos deben verse en el contexto adecuado, para no caer en un anacronismo. Sí encima hablamos de epidemias es preciso ser muy cuidadoso, ya que los hechos contienen una significación muy potente, llena de desesperación e historias desgarradoras que han dejado una marca en varios momentos de la historia.

Diario del año de la peste relata, en primera persona, la terrible epidemia que asoló a la ciudad de Londres entre los años 1664 y 1666. Como un recuerdo del mal que destruyó Europa en el siglo XIV, este nuevo episodio de peste bubónica arrasó con las localidades, las familias y los sentimientos de miles de londinenses.  Estos episodios luego volverían a repetirse en otros países y escenarios, con sus respectivas variantes.

Daniel Defoe no vivió en Londres en la época de la peste, pero carga este trabajo en primera persona como un periodista que relata y vivencia la situación. La enfermedad, conocida como peste bubónica, es transmitida por una pulga que se aloja en las ratas y cuya picadura infecta directamente a los seres humanos. Claro que esto no se sabía en ese entonces y mucho menos se estaba cerca un antibiótico que pudiese calmar el sufrimiento. Así, la expansión de la peste en la población significaba una tragedia, en la que el enfermo sólo podía esperar morir.

Como se menciona anteriormente, Defoe no pudo haber tenido recuerdos tan vívidos de esta tragedia ya que su nacimiento se registra cerca de 1660. Es posible que los datos que relata los haya recogido de testimonios, además de la observación en primera persona de la ciudad y las historias que sobrevivieron al episodio. En el relato, de todas maneras, Defoe se presenta como un total protagonista relatando hechos que escapan a la cotidianidad y brindan detalles de cómo fue la gestión gubernamental y la organización interna de Londres para palear con esa crisis.

Vuelvo a mencionar la importancia de entender este relato en su contexto. Hoy en día, podemos sentarnos cómodamente a ver cómo se desarrolla la enfermedad pues tenemos en nuestras manos el tratamiento, además de las herramientas de prevención e higiene disponibles. Sin embargo, en el siglo XVII, en Londres, la gente moría de a miles todas las semanas por una peste que no podían controlar y, lo más desesperante, no podían saber de dónde provenía ni cómo evitarla. Era una verdadera trampa en vida.

Por todos estos motivos es que creo que el libro de Defoe es un documento histórico, que nos permite recomponer la situación de una época para una mejor compresión. Más allá de descripciones, en el libro también figuran pequeñas historias trágicas muy bien narradas que nos dan una dimensión (injusta sin dudas) del sufrimiento de familias enteras.

Especialmente dedicado para los fanáticos de la historia, Diario del año de la peste es una obra integral que invita a reflexionar sobre lo desconocido y a valorar lo que ya hemos conseguido.

Georgina Marrapodi

@georgimarrapodi

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