El arte de la cocina francesa

El arte de la cocina francesa, de Julia Child

El arte de la cocina francesaLos que, como yo, nos dedicamos al maravilloso mundo de la cocina en nuestros ratos libres sentimos a la hora de preparar los platos como si fuéramos artistas creando una de las grandes obras maestras de la Historia. Puede parecer exagerado pero recuerdo que las primeras veces que cociné algo para mí, y ya no digamos para los demás, era como si una energía fluyera de inmediato y me hiciera sentir más importante. Pocos son los cocineros a los que tengo un respeto tan grande como lo que me sucede con la mujer de la que os hablo hoy: Julia Child. Muchos de vosotros la conoceréis, o al menos tendréis su imagen, por la interpretación que hizo Meryl Streep de ella en su película Julie y Julia pero aunque la actriz lo hiciera de forma magistral, esa película sólo nos acercaba a una visión de una mujer que contribuyó a que todos nosotros nos acercáramos a la cocina y que fue, por llamarla de alguna manera, un titán en un mundo de hombres. Por ello, tras numerosas lecturas, tras darle vueltas y más vueltas a este libro, decidí que mi reseña tenía que ser un tributo, un tributo a una mujer grande, una mujer hablaba claro, una mujer que no se andaba con chiquillerías y que nos dio a conocer la cocina, como pocas personas lo ha hecho.

 

Que Debate es una editorial que últimamente no hace más que editar verdaderas joyas no debería ser motivo de discusión. Que, además, en mi círculo más íntimo, requeríamos la salida de El arte de la cocina francesa tampoco debe ser motivo de conflicto, porque es uno de esos libros que todo el mundo, todo aquel que disfruta con la cocina, debería tener en su estantería. Pocas veces un libro creó tanta expectación, tanto movimiento, y tanto entusiasmo cuando apareció por fin publicado. Recuerdo que llamé a una de mis amigas y le dije: Oye, que ha salido ya el libro de Julia Child así que ya puedes venir a comprarlo de la misma. Y vino, y durante un momento, un breve instante, fue como si un momento ceremonial hiciera acto de presencia porque cogió el libro, acarició sus pastas, lo abrió, olió sus páginas y se lo llevó a casa para hacer la primera de las recetas que nos propusimos hacer aquella noche en la cena que preparábamos para unos amigos. La cena salió estupendamente, y nuestros amigos se sorprendieron por lo que degustaron, saboreando el plato como si fueran niños pequeños a los que les han ofrecido su comida favorita.

Sepan que no soy hombre de grandes aspavientos. Lo digo porque, aunque me encanta cocinar, no soy de los que preparan recetas especialmente difíciles, que requieran de una aparatosidad que me parece absurda para que después la comida parezca más propia de una exposición en un museo que para ser digerida. El arte de la cocina francesa es, a todas luces, el libro de estos tiempos, un regalo seguro, el recetario de los grandes, pero lo bueno es que es incluso de aquellos pequeños restauradores que disfrutan la vida entre fogones, entre sartenes que chisporrotean, entre hornos con los que se comparte una botella de vino blanco mientras esperamos, entre harina, sal y otras especies varias con las que condimentar los alimentos y, por qué no decirlo, la vida misma. Una perfecta conjunción que en esta nueva edición de un clásico nos seduce desde sus páginas. Sí, estoy hablando de un recetario, pero ya el simple hecho de su organización, de las palabras que salen de sus páginas, debería ser un motivo de orgullo, de satisfacción para aquellos que disfrutan de la literatura y la cocina, dos placeres que combinan a la perfección.

Julia Child fue, durante su vida, una mujer de bandera. Y lo que es una pena es no poder conocerla, no poder sentarse a la mesa con la mujer que pudiera descubrirnos tantos secretos. Una mujer que habla con pasión, que habla de lo que sabe, de lo que entiende, que se aleja de tecnicismos, de palabras rimbombantes que restar importancia al maravilloso mundo de la restauración. Hablamos de cocina, hablamos de alimentos, hablamos de una conjunción de muchos otros elementos que nos reúnen a personas alrededor de una mesa, con sus ilusiones, con sus deseos, con sus secretos. Eso es lo que hace grandes a los que cocinan, a los que dedican su vida a proveernos de información, a construir recetas que pasen de generación en generación. El arte de la cocina francesa es, a todas luces, aquello que se abre y ya no se quiere cerrar. Comida sí, pero comida de la buena. Recetas, sí, pero recetas que son eternas. Palabras sí, pero de una autora que es única. Sólo por ese arte, ya merece la pena toda alabanza.

4 comentarios en «El arte de la cocina francesa»

  1. ME VI LA PELICULA JULI AND JULIA ,FELIZ DE SABER SOBRE LA ESPECTACULAR JULIA,SOLO LE PIDO A DIOS QUE ME AYUDE A SER CADA DIA MEJOR EN LA COCINA .BENDICIONES

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