El azul es un color cálido

El azul es un color cálido, de Julie Maroh

El azul es un color cálidoUna mirada. Furtiva, que dura segundos. Unos ojos que lo cambian todo. Un color que permanece en la memoria. Una lengua que ansía probar la piel, saborearla, probar cada uno de los poros que hacen que transpire el amor. Una vida secreta, que guardan las cuatro paredes de una habitación y un diario. Renglones, palabras, párrafos que cuentan una vida. Una fantasía, que te despierta en mitad de la noche, que te hace sudar, que excita y calienta. Y un sentimiento, que lo contempla todo, incluso la traición. Eso es El azul es un color cálido. El amor, en su estado más puro, en su forma más brutal, en el cuerpo de dos mujeres que tienen distinta piel, pero que sienten lo mismo. El calor, el frío, el equilibrio entre desear y querer, entre tener y ser, entre parecer y mentirnos a nosotros mismos. Dos miradas que confluyen, como si fueran el mismo río, que va a parar al mar y en el que se juntarán para siempre. Un silencio, quizá eterno, que persigue el amor coronado por la incomprensión. Una historia, de amor, de sinceridad, de mentiras que se llevan en el recuerdo, y un viaje hacia la madurez que nos hace estremecer y hace que las lágrimas broten, calentándonos, pero a la vez enfriándonos. Porque el amor es calor y frío, es alegría y desolación, y un viaje tan maravilloso es imposible no contarlo desde el mismo corazón.

 

Llamemos a las cosas por su nombre: El azul es un color cálido es una de las historias más bellas que he podido encontrarme este año. Arrebatadora, contada desde la sencillez de la palabra bien dicha, hace recorrer un escalofrío por nuestra espalda, intentando imaginarnos que la historia que aquí vemos es verdad, ha sido verdad, ha sido una verdad escondida en las sombras que da la calle a altas horas de la noche. Una historia de amor, de dos mujeres, de dos almas que se encuentran fortuitamente, que se abrazan a la desesperación, que se apoyan en la incomprensión de los demás (qué jodida es la sociedad aún hoy con el tema de la homosexualidad), que se quieren, y qué bonito se quieren, que belleza en esos dos cuerpos que se abrazan bajo las sábanas, que se buscan en los recovecos de unos labios agrietados por las palabras de odio. Una historia de amor, no hace falta que sean dos mujeres, que puede ser la de cualquiera de nosotros. Un despertar de la inocencia, un viaje, que nos traslada a aquel juego del escondite cuando lo que se intenta esconder son las emociones. Las emociones que no somos capaces de meter en un caja y cerrar. Porque el amor, sea de quien sea, es lo que debiera hacer girar al mundo, mucho más que las palabras que se pronuncian por miedo a lo diferente.

Tremenda Julie Maroh en una novela gráfica que invita a sentarse, a reposar lo leído, lo visto, lo imaginado. El baile de dos almas que pasan su vida juntas, que la comparten como el mejor de los amores, que comparten un silencio cuando son sólo las miradas las que hablan. Amar y ser amado, qué gran sentimiento que muchos hemos compartido. Un grito, eso es El azul es un color cálido. Un grito que desgarra desde las imágenes, desde las páginas, desde ese final que ya se introduce desde el principio, un final que no esperas que llegue, aunque sabes de qué se trata. Ser amado, repito, y al igual que somos amados, devolver ese amor con la misma fuerza, con Clementine y Emma como ejemplos de una vida llena de los requiebros que el amor puede dar, puede suponer, sin miedo, luchando, siendo ellas mismas en un paisaje lleno de baches, de piedras que ruedan y se trasladan debajo del zapato, con un color de fondo. Somos miradas, somos caricias, y ellas son las que nos forman, como si fuéramos cuerpos esculpidos por las manos de un orfebre, como esas manos que crean formas diferentes, arriesgadas. Y es ese amor, el que para algunos crea una forma de vida abominable, repito, es ese amor, el que aquí se cuenta, el que permite luchar con fuerza, con ganas, arrebatando a nuestros ojos alguna que otra lágrima, algún que otro puñetazo lanzado directamente al corazón. Qué bello y duro es el amor a veces. Qué fuerte es ese sentimiento universal. Y por ser eso, universal, uno vive esta historia, de dos mujeres, pero de muchos otros en su interior, como una historia de amor digna de vivirse, de quererse, de emocionarse con cada palabras, con cada mirada de reojo que las protagonistas se regalan, con ese lamento por la persona que se va, que huye, que se separa de nosotros, pero a la que queremos, a la que querremos a pesar de todo, porque el amor no se acaba con la muerte, sino que perdura, nos lleva más allá, y para eso no hace falta que seamos homosexuales, heterosexuales, bisexuales o transexuales. Para eso, lo que necesitamos, es ser, simplemente, personas.

3 comentarios en «El azul es un color cálido»

  1. ¡Guau! menuda reseña. Me ha parecido sencillamente genial y tomo buena nota de la recomendación.
    Por cierto que creo que acaba de estrenarse la película basada en este comic ¿no? “La vida de Adèle”

    Un gusto leer tu reseña, enhorabuena.

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    • Me alegro que te haya gustado María 🙂

      Sí, hay adaptación. El sábado saldrá mi opinión sobre ella, ya podrás leer lo que me ha parecido 🙂

      Un saludo!

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