El buen uso del español

El buen uso del español, de la Real Academia Española

el buen uso del españolHay algo que no soporto. Lo reconozco, mi umbral de tolerancia es mínimo. A veces me dan escalofríos, otras veces me entra la risa resignada y en ocasiones bufo por no soltar algún improperio por esta boca que alguien me dio al nacer. Sí, puedo reconocerlo. De hecho, lo estoy haciendo en estos mismos momentos: no soporto a la gente que no usa bien el lenguaje. Me he granjeado gracias a esta fobia muchas enemistades. Y no, no es que yo me convierta en un ogro, en un monstruo que se come a los niños por las noches ni nada por el estilo. Pero a veces parece que la gente escribe mal con alevosía y nocturnidad, y además se sienten orgullosos de ello. Recuerdo que en el instituto nos decían que escribir y hablar bien era gratis. Algunos, afortunadamente los menos, están en deuda todavía. Por eso agradezco infinitamente la buena acogida de libros como El buen uso del español porque democratizan las buenas palabras, el buen uso de ellas se entiende, y mi nivel de felicidad se eleva hasta la cima del monte más alto que pueda haber en el mundo entero. ¿Cuánto cuesta usar bien un idioma? Aquellos que utilizan como excusa que aun usándolo mal ya se les entiende son como pequeños terroristas del lenguaje. Así, tal cual. Y perdonen si ofendo a alguien con mis palabras, pero la desidia no debería convertirse en una excusa, nunca, porque el lenguaje, ese que muchos de nosotros hablamos, debe servir para comunicarse y no para crear todavía más confusión.

 

Uno de mis compañeros, César Malagón, habló en su reseña de otro libro de similares características sobre las dudas más frecuentes que existían a la hora de usar el español. Si allí se planteaban algunas dudas, aquí, en este El buen uso del español se nos hace una visita guiada por todos aquellos recovecos que un idioma como el nuestro puede tener presentándonos un manual completísimo sobre los aspectos más relevantes del español, que une a millones de personas a lo largo y ancho de todo el mundo, estableciendo como punto de partida aquellos usos que son apropiados, describiendo tanto el concepto como los diferentes tipos del mismo que existen. Alguien me dijo una vez que en nuestro país, España, cada día se hablaba y se escribía peor. Dadas mis experiencias al respecto puedo afirmar lo que aquella persona, de mi confianza y un virtuoso del lenguaje aunque no lo suficientemente reconocido (ya que estamos), me dijo mientras removíamos un café a media mañana. Para muestra, un botón:

“Aller estube en la playa”

La persona que escribió tal barbaridad quedará en el anonimato. Por su bien y por el mío. Pero huelga decir que yo, habiendo leído un libro como El buen uso del español y siendo un asiduo consultando las palabras adecuadas y su significado en La Real Academia Española vi como mis retinas se desprendían lentamente. Lo dije al principio: no tolero los malos usos de un idioma que me parece lo suficientemente rico como para que tengamos que llegar a este tipo de errores. Pero aunque esto parezca una oda a la buena escritura para la que he aprovechado esta reseña, hablo de un lenguaje en su conjunto porque este libro es uno de esos indispensables, un libro de consulta perfecto, un manual de estilo, de buenas maneras, de todo lo que un lenguaje puede ofrecernos y a veces obviamos. Soy una persona que ama las palabras. Lo hago notar, o eso intento, en cada reseña que escribo. Y que conste en acta que no soy una persona perfecta. Me equivoco como cualquiera, sé admitir mis errores y a veces un significado se me escapa, una preposición me baila o incluso un signo de puntuación se vuelve loco y aparece más de la cuenta. Conozco mis limitaciones. Pero como decía al principio: hablar y escribir es gratis. No nos cuesta nada querer ser mejores en esto del idioma que nos une y no debiera separarnos. Pero a veces, sin libros como El buen uso del español se crean muros demasiado infranqueables como para que dos personas se unan y conversen animadamente. Por eso, abran este libro, investiguen, descubran, y después hablen, escriban, compartan aquello que han aprendido con todo aquel buen amante del lenguaje como lo son ustedes. Porque esto de los idiomas es como una relación de amor: si no se cuida la cosa empeora, y empeora tanto que a veces es tan difícil volver a recuperar lo que perdimos que ya no hay marcha atrás. ¿No sería una pena que ya no hubiera gente que se conectara a través del lenguaje?

5 comentarios en «El buen uso del español»

  1. Cuando pienso que se ha perdido toda esperanza ¡¡¡¡hay una voz en el camino que también clama por la certeza de que hablar bien es gratis!!!! Y la confianza en pelear siempre por la lengua española… ¡¡¡vuelve a florecer!!!

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  2. Me parece muy interesante esta presentación y comentario. Me siento totalmente identificada con el escritor. ¿Cómo hacer para acceder al libro “El buen uso del español”, me encantaría conseguirlo. Gracias!! Un saludo.

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  3. NO SOLO ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO CON LO AQUÍ EXPRESADO, SINO FELICITO AFECTUOSAMENTE AL AUTOR, SERGIO SANCOR POR TAN CLAROS Y CONTUNDENTES CONCEPTOS Y LE DIGO QUE EN ESA LUCHA NO ESTÁ SOLO… SOMOS MUCHOS LOS DEFENSORES DE NUESTRO HERMOSA LENGUA: EL CASTELLANO…
    DESDE MI ATIZAPÁN DE ZARAGOZA DONDE DIRIJO UN TALLER DE ORATORIA, TENGO EMPRENDIDA UNA BATALLA CONTRA LA MALA ESCRITURA Y LAS MUCHAS CARENCIAS ORTOGRÁFICAS EN QUE INCURREN, INCLUSIVE, PROFESIONISTAS EN ESTA O AQUELLA DISCIPLINA… Y QUÉ DECIR DE FRASES ABERRANTEMENTE ABSURDAS HOY TAN DE MODA COMO “MAS SIN EN CAMBIO” O “POR LO MIENTRAS”, ASÍ COMO LA “CREACIÓN” DE VERBOS COMO “APERTURAR”, ADEMÁS DE PALABRAS “IMPORTADAS” DEL INGLÉS ESTADUNIDENSE, SOBRE TODO ESE “OQUEI” QUE CASI ME DESTROZA EL TÍMPANO… ENTRE MIS ALUMNOS HE DIFUNDIDO MI CONCEPTO: HABLEMOS CASTELLANO Y NO LO CONVIRTAMOS EN “CASTEYANQUI”… ¡ENHORABUENA, SERGIO SANCOR… VALE…

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    • Enrique Bringas, un saludo desde la Delegación Benito Juárez, estoy totalmente de acuerdo contigo, no es posible el uso que nuestros niños y jóvenes (y muchos adultos) están haciendo del idioma, ahora como se utilizan tanto los mensajes, nos toca ver aberraciones como k en vez de que, tqm, en lugar de te quiero mucho, x en vez de por, y qué tal haber por a ver…

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