El conde Lucanor

El conde Lucanor, de Don Juan Manuel

el-conde-lucanorSeguramente, los amables lectores habrán oído decir eso de que cada generación es más inteligente que la anterior y que, por tanto, el hombre del siglo XXI lo es más que el de cualquier otra época. Pues bien, nada mejor que leer algo bueno e inteligentemente escrito del pasado para darnos un baño de humildad. Por ejemplo, El conde Lucanor, el gran clásico medieval de la literatura española escrito por el noble Don Juan Manuel.

El conde Lucanor, o Libro de Patronio, entre otras denominaciones, es sencillamente una colección de fábulas con moraleja, contadas por el sirviente Patronio a su amo, el conde Lucanor. Esta edición -hay varias versiones, más o menos extensas, según los diferentes manuscritos que se han ido recopilando- consta de 51 fábulas o exemplos. Todas siguen la misma estructura: un título, tras el cual el conde interpela a su sirviente refiriéndole un problema y pidiéndole consejo, a lo cual éste responde dando su parecer o directamente narrándole la fábula que contiene la enseñanza que responde a la petición. Patronio aplica la enseñanza al caso que se le presenta, y el conde Lucanor hace escribir la fábula en el libro y hace -no está claro si él o el propio Don Juan Manuel- unos versos que resumen la moraleja.

Una estructura así de sencilla sirve para construir algo que es más que un libro,
incluso más que un buen libro; es una de esas raras ocasiones en que un atuendo simple
oculta lo que es, simplemente, brillantez. Por tanto, es algo más que un buen libro: es una
lección por partida múltiple. Ya que la escribió alguien que no era literato -parece ser que guiaba su pluma una intención más didáctica que puramente creativa- y sin embargo, avanza tretas y artes narrativas que aun hoy nos parecen novedosas y sorprendentes;
atesora la riqueza y la sabrosa belleza mestiza del español medieval, recordándonos
palabras que antes eran de uso frecuente y hoy son cultismos, y estructuras sintácticas que actualmente parecemos negados para imitar, en una época en la que está de moda la oración truncada y tan pobre que muchas veces carece hasta de verbo (narrativa audiovisual, creo que la llaman…); y nos proporciona una lectura que es al mismo tiempo entretenida y de calidad, cosa que tampoco abunda en la era culmen de la inteligencia humana.

Pero hay algo más. Leer hoy El conde Lucanor es un acto de rebeldía ante la tiránica y
opresiva ley no escrita del relativismo moral absoluto. Porque, sí, puede que algunos de los principios que en él se postulan y defienden ya no se puedan sostener a día de hoy, pero la mayoría, sí. Se trata de máximas morales de una sencillez y, casi, de una obviedad abrumadoras y que, a pesar de eso, en algunos casos parecería que no están vigentes, que no están de moda; incluso, que seguirlas y cumplirlas es cosa de gente anticuada, blandengue, simple o todo ello a la vez. El conde Lucanor nos sirve, a tantos siglos vista, para recordar que el concepto mismo de relativismo moral es una aberración, y que los principios éticos que regían entonces, con algunas excepciones (todas ellas, casos de normas más sociales y propias de una época que recomendaciones de tipo ético), siguen rigiendo hoy. Eso significa que El conde Lucanor es verdaderamente un clásico puro, que puede leerse en cualquier tiempo y lugar sin que ello merme su verdad.

No podemos sino alegrarnos de que la editorial Penguin haya reeditado este clásico -junto con otros-, en una edición a cargo del catedrático José Manuel Fradejas Rueda, con abundante material de apoyo y notas al pie con aclaraciones sobre el sentido de palabras que, para un lector medianamente culto y conocedor de la lengua española, no deberían resultar oscuras.

6 comentarios en «El conde Lucanor»

  1. Es curioso, que cuando yo lo leí por primera vez, en 8 de EGB, y no por gusto, me pareciese un pestiño de cuidado, después pasados los años fui comprendiendo todo esto que tu nos vas diciendo en tu reseña. Cuando a mi hija se lo hicieron leer en el Instituto y la vi sufrir al enfrentarse con esta lectura, le conté mi experiencia. No fue suficiente para que le gustase, pero espero que pasado el tiempo se acuerde de todo lo que juntas hablamos sobre esto. Ahora me lo has recordado todo con tu reseña 😉

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  2. Sin lugar a duda una excelente reseña de lo que es esta obra literaria.hace muchos años que lo lei en la etapa de pubertad aun sin comprender muchas de las fabulas, pero ha sido un muy buen compañero ahora para uno de mis hijos pues el al igual que yo lo hemos leido y recomendado de igual forma a otros adolecentes pues es una forma muy practica para que los chicos descubran como bien se comenta que apesar de los constantes cambios y evoluciones de tiempos y tecnología cada uno de los tratados aquí se acoplan muy bien a la vida cotidiana de muchos y que aunque se exprese en diferente lenguaje siempre aprendemos a medida que vamos creciendo de cada una de estas experiencias narradas por este gran libro.

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