El día que se perdió la cordura

El día que se perdió la corduraHay ocasiones que parece que uno está tocado por una varita mágica, como le ha pasado en esta ocasión a Javier Castillo, pero para que pasen las cosas hay que intentarlo una y otra vez. Este autor se autopublicó en Amazon, su novela gustó y se iniciaron montones de descargas, en la actualidad casi cincuenta mil. Supongo que por ese motivo una tarde de febrero Ana, editora de Suma, escribió a nuestro autor y le propuso editarle en papel su novela El día que se perdió la cordura.

Buen olfato en de esta editora, pues aunque yo he leído una segunda edición, me consta que deben llevar cuatro, y no descarto que cuando ustedes lean esta reseña ya lleve seis.

Siguiendo con mis famosas y conocidas casualidades de tipo “Austerianas”, les contaré que este libro ha llegado a mí también de forma casual ya que, en mi casa, por lo general soy yo quien recomiendo libros al resto de la familia, pero en esta ocasión fue mi hija quien me dijo: “¡Atenta a este autor que la está petando con su primera novela en Amazon!”. Miré y vi que casi todo el mundo que la había descargado hablaba de que había llegado al libro por “casualidad” y que no se arrepentían de haberlo comprado. Como ven también mi hija tiene mente de editora 😉

Y así fue que cuando yo quise conocer la historia de este escritor de Fuengirola adquirí ya una segunda edición en papel. Según ha contado él a los medios de comunicación, El día que se perdió la cordura la planificó y escribió durante los 40 minutos diarios que duraba el trayecto del tren de su localidad de residencia a Málaga, ciudad en el que trabaja como consultor de finanzas. “Tardé medio año en planificar la novela y un año en escribirla”, ha manifestado Javier Castillo. Está claro que por su profesión sabe que el tiempo es oro y que todo tiene que estar bien organizado.

Pues bien, este Thriller que hoy les traigo me lo he merendado en dos tardes; el autor ha sabido captar la atención lectora desde el primer capítulo, por cierto, se nota que es un buen lector y sabe que los capítulos cortos y no secuenciales arrastran más allá de la curiosidad, cerca, muy cerca de la adicción.

La historia está narrada en primera y tercera persona, y en tres espacios temporales muy fáciles de seguir para el lector poco habituado a ello, la escritura de Javier Castillo es muy directa, muchos diálogos, frases cortas y un vocabulario muy adecuado para el estilo de lectores que pretende atraer.

“24 de Diciembre de 2013. Boston

Son las doce de la mañana del 24 de diciembre, falta un día para Navidad. Camino por la calle tranquilo, con la mirada perdida y todo parece que va a cámara lenta. Miro hacia arriba y veo cuatro globos de color blanco alzarse alejándose hacia el sol. Mientras ando escucho gritos de mujeres y noto como la gente a lo lejos no para de observarme…”

Así empieza El día que se perdió la cordura, con un hombre al que aun no conocemos que aparece en el centro de Boston, desnudo y sujetando con su mano la cabeza de una mujer.

Pronto el autor nos irá presentando a los diferentes personajes como el Dr. Jenkins, director de un centro psiquiátrico, a Estella Hyden que es agente del FBI o a la familia de Steven y su esposa Kate, con los que nos trasladaremos hasta la localidad de Salt Lake.

Los personajes los deja perfilados pero sin profundizar demasiado en ninguno de ellos, aunque no descarto que este libro tenga una continuación en la mente del autor en la que deberá darle más empaque a aquellos con los que pretenda seguir trabajando. La trama, el encaje de la historia y la forma de cerrarla prevalece sobre los propios personajes.

Ha hecho bien en llevar la historia a EEUU porque aunque siempre he pensado que en España tenemos nuestro Puerto Hurraco particular, hay cosas que solo podemos creerlas cuando pasan en ese lugar en el que puede pasar casi cualquier cosa.

6 comentarios en «El día que se perdió la cordura»

  1. Me hace gracia que el escritor sea asesor de finanzas. Sí que parece que es además de escritor lector, ya despierta la curiosidad con la elección de los nombres de sus personajes. De todos modos, te diré, que ya que los personajes no le han quedado del todo perfilado, me esperaré de momento, o me lo reservaré para cuando naciste leer algo así.

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  2. Ya tuve el libro en mis manos en una de mis librerías favoritas. Lo apunté mentalmente para así poder recuperarlo cuando salga en edición más barata o bolsillo… La cuestión es que pensé exactamente lo mismo que comentas: situarlo en los EEUU supone darle ese matiz cinematográfico y oscuro que hubiera tenido el mismo efecto si se hubiese enmarcado en España, pero que, al ser allí, nuestras mentes lo conciben bien enseguida.

    No me aclaras mucho más de lo que ya leí en la sinopsis, pero sí es verdad que sigo muy muy intrigado……..

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