El espíritu de la ciencia-ficción, de Roberto Bolaño

El espíritu de la ciencia-ficciónSeguro que muchos estáis de acuerdo conmigo si os digo que se hace extraño el ver la publicación de un libro inédito hasta el momento de algún escritor de renombre fallecido hace ya unos años. Y se hace extraño porque esto nos deja dos hipótesis: o la editorial está buscando aprovechar el tirón que tiene ese escritor o el libro no tiene la calidad suficiente como para haber sido publicado anteriormente – obviando, claro está, los libros que el autor en cuestión pueda haber dejado acabados a propósito tras su muerte –. A mí se me hizo extraño ver que Alfaguara publicaba una obra inédita de Roberto Bolaño, y no pude evitar tener que leerlo. El libro del que estoy hablando es El espíritu de la ciencia-ficción.

Hablando de extrañezas, también debo confesar que lo fue para mí el hecho de abrir un libro con la firma de Bolaño y que este no llevase el sello de Anagrama. Pero bueno, eso ya es otro tema. En este caso, Alfaguara se ha lanzado a publicar un libro que Roberto Bolaño escribió en sus primeros pasos dentro del mundo de la literatura juntamente con algunas copias del manuscrito original al final de este. Es posible que muchos os estéis preguntando cómo puede ser que este libro no se publicase antes. Incluso podéis llegar a pensar que no merece leerse porque si lo mereciera ya se habría publicado. Os doy la razón, básicamente porque yo pensé lo mismo. Pero es que no es así. El espíritu de la ciencia-ficción nos ofrece el germen de la prosa “bolañiana”, nos descubre al chileno, nos muestra el gateo de Bolaño, la chispa de su narrativa, el estilo tan característico que le llevará unos años después a escribir obras tan completas – o “totales” – como 2666 o Los detectives salvajes.

Quien se lance a la lectura de este libro, algo que recomiendo fervientemente, ya verá al Bolaño de otros libros como Amuleto. Ese narrador que nunca es fiable y que aparece dentro de la narración como si fuera una historia que él mismo nos está contando en un bar, esa fragmentación tan característica de la sintaxis, del lenguaje, del pensamiento tanto de los personajes como del propio autor; esos guiños irónicos literarios como el hecho de introducirse a sí mismo como alias de uno de sus personajes, etc. El espíritu de la ciencia-ficción es Bolaño en estado puro, es la piedra primera que nació en Chile, empezó a pulirse en México y acabó de hacerlo durante muchos años a caballo entre Blanes y el número 45 del carrer Tallers de Barcelona.

Dos chavales viviendo una vida bohemia en una buhardilla mexicana con anhelo de escritores, las cartas que uno de ellos envía continuamente a sus escritores favoritos de ciencia ficción, la entrevista a un escritor; todo ello intercalado de una manera que puede verse luego estudiada en las copias de la libreta en las que Bolaño hacía el borrador y tomaba apuntes. El espíritu de la ciencia-ficción es un libro de iniciación pero, además de serlo para el autor, lo es para los personajes. Estos, todos ligados a la escritura en una voluntad por parte de Bolaño de sistematizar el entorno literario de ese momento, se inician en la vida, en amores, en sexo o en amistad. Recorremos narrativamente el crecimiento de los personajes al igual que lo hacemos de la escritura del autor chileno.

Leer a Bolaño siempre es un soplo de aire fresco dentro de la densidad que puede provocar en ocasiones el mundo literario. Leer a Bolaño es ser un poco niños otra vez, aunque los temas tratados no sean para nada infantiles; volver a la infancia, a la felicidad primera. Leer a Bolaño es disfrutar de algo a lo que muchos, equivocadamente, tildan todavía hoy de pesados y aburridos: los libros. Leer a Bolaño es leer, en el mejor de sus sentidos.

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