El juego de Ender, de Orson Scott Card

El juego de EnderTengo que reconocer que hay unos pocos libros que releo asiduamente. A veces necesito leer algo que sepa exactamente qué efecto va a causar en mí, qué tipo de reflexiones me va a generar y que su lectura va a valer el tiempo que le voy a dedicar. Y uno de los libros que más veces he leído en mi vida es El juego de Ender, así que comprenderéis que me haya alegrado muchísimo cuando he podido comprar la nueva edición en tapa dura que ha sacado Ediciones B, para dar descanso a mi vieja y manoseada edición de bolsillo.

Quizá os sorprenda que me guste releer libros. Hay mucha gente que no lo hace nunca, por principio. Pero quizá sea porque no han dado con el libro adecuado. Hay libros que agradecen o que incluso necesitan más de una lectura. La primera lectura de El juego de Ender tiene muchas recompensas, es vibrante, emocionante, sorprende con sus planteamientos y lanza multitud de ideas y debates al lector. La trama ubica a la humanidad en una situación inquietante, la de tener que prepararse contra una tercera invasión alienígena, pero centra toda su atención en la escuela de batalla en la que se forma a los cadetes espaciales que lucharán contra el enemigo y en el alto mando militar. Pero también agradece una segunda lectura, en la que fijarse en los detalles de personalidad de Ender, nuestro protagonista, y de los que le rodean. ¿Es malo el Coronel que pone a Ender contra las cuerdas, obligándole a dar todo de sí mismo? ¿Tienen motivos los enemigos de Ender para odiarle? ¿Qué les ha llevado a ser así? ¿Son los insectores una raza despiada? ¿Somos nosotros peores que ellos? Oh, sí, una segunda lectura puede refrescar un debate intelectual propio muy interesante y fructífero, aunque se sitúe en un futuro hipotético, muy del gusto de los amantes de la ciencia ficción dura y los libros bélicos.

¿Entonces nos encontramos ante un simple libro de ciencia ficción o de literatura bélica? Hay libros que trascienden completamente el género al que pertenecen, y pasan a convertirse en clásicos de la literatura universal. Decir que El juego de Ender es un libro de estos géneros literarios sería ser muy reduccionista. Por supuesto que lo es, pero también es mucho más. Es una joya que analiza a la perfección muchas facetas de la mente humana, como el instinto de supervivencia individual y como especie, los lazos interpersonales, el amor y el odio que sentimos hacia las personas brillantes que nos rodean…

Es un libro con el que muchos nos podemos sentir identificados. Ender no tiene una vida fácil, desde el inicio tiene que competir con otros niños, que le odian cada vez que hace algo bien, se burlan de él a cada oportunidad que tienen, e intentan eliminarlo como sea por el mero hecho de no integrarse con el resto del grupo. Ender tiene que ganar El Juego como sea, y no solo tiene que ser el mejor, sino que tiene que superar obstáculos a los que ningún otro niño de su edad tiene que enfrentarse. ¿Cómo reaccionar a situaciones así?

Reconozco que me emociona enormemente este libro. La trama me parece genial, y supongo que el hecho de que sea uno de los pocos libros que se siguen reeditando constantemente, después de 30 años de su primera publicación, dice mucho de él. Me sigue haciendo reír y llorar, me hace deleitarme con muchas de sus páginas, detenerme a pensar qué haría yo si estuviera en la situación de Ender o de los otros personajes que pasan por la historia. El juego de Ender es uno de esos libros que hay que leer, tanto por la historia como por el crecimiento personal que se obtiene al responder a los dilemas que nos plantea.

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