El pequeño guardia rojo

El pequeño guardia rojo, de Wenguang Huang

El pequeño guardia rojoLa portada de este libro ya nos dice mucho de lo que dentro vamos a encontrar. Y tenerlo entre las manos, como suele pasar con las publicaciones de Asteroide, con esas tapas blandas y sencillas tan agradables al tacto, incita a iniciar su lectura incluso dentro de la misma librería en la que lo has empezado a ojear.

Estas cosas pasan con algunos libros, y sí el autor, para contarnos su historia la inicia diciendo:

“A los diez años, dormía al lado de un ataúd que Padre le regaló a Abuela cuando cumplió setenta y tres años. Nos prohibía que lo llamásemos “ataúd” e insistía en que lo denominásemos shou mu, que viene a significar algo así como “caja de longevidad”…”

No hay duda que ese libro ya no lo podrás soltar. Y eso es lo que me pasó a mí. Inicié la lectura una tarde mientras caminaba hacia casa, y tras compartir la cena con mi familia, necesité seguir leyendo esta historia que pretendía haber dejado para unos días después. Pero me fue  #Imposibledejardeleer.  Estas cosas pasan.

Leer este libro, El pequeño guardia rojo, como muchos que nos lleva por la historia reciente de china, me recordó aquello de que la vida, como la felicidad, no es un destino, sino el camino que vamos recorriendo. Llevaba leídos tres o cuatro capítulos y estaba tan entregada a la lectura que poco importaba a donde me llevara la vida de  Wenguang Huang, que es el autor del libro, pero también el protagonista de esta biografía novelada.

Siempre que hay cambios radicales de regímenes en una sociedad, como ocurrió con la de china, hay una generación intermedia, que en este caso no es la de Wenguang Huang, sino la de su padre y su madre, que queda como paralizada entre un ayer que se refleja en la vida, la mirada y las tradiciones de sus mayores, y un presente al que deben adaptarse de forma inmediata, pues como en todas las Revoluciones, pronto descubren que les va la vida en ello.


Me gustan estas óperas primas que nos acercan la vida y tradiciones familiares de sus autores, son frescas, dinámicas y escritas con mucha destreza y calidad. He descubierto que en los chinos, y por ende en su literatura, hay mucho más humor de lo que yo pensaba. Es lo que tiene el desconocimiento de otras culturas, algo que podemos solucionar, en parte, con lecturas como esta.

wenguang huangCon Wenguang Huang, he aprendido muchas cosas, porque así es como he descubierto que me gusta aprender, cuando se me cuenta la historia a través de la vida. Y el lo ha hecho a través de la vida de su familia a la que sitúa en Xi´am, justo en el centro de China, sí, donde los famosos Guerreros de Terracota catalogados como Patrimonio de la Humanidad. Que yo, por cierto, desconocía que podría haber sido la capital de China cuando se decidió durante la Revolución, pero gano Pekín por un voto de diferencia.

El tiempo que recorre el libro es el de la edad del autor y sus recuerdos. Nació en 1965 y tal como nos indica en el inicio del libro ya tiene diez años, luego arrancamos en 1975, aunque en la vida de una familia se retrocede en muchas ocasiones ya que los recuerdos y la tradición siempre están presentes. De Confucio al Comunismo…

He vivido la muerte de Mao, y la caída de Jiang Quin (mujer de Mao) acusada de contrarevolucionaria, la llegada de los primeros aparatos de radio y la televisión, y he descubierto como por una pequeña rendija de la dictadora puede entrar un rayo de luz: La lectura, y a través de ella se abre el pensamiento, se dispara la imaginación y…, la libertad está servida.

Todos los miembros de la familia tienen su importancia en la historia, pensemos en nuestra propia familia y veremos que es imposible relatarla si queremos eludir alguna de la piezas.

Abuela, tan presente y tan protagonista, tan eterna y tan aferrada a las antiguas tradiciones. Padre, al que entiendo que le dedique el libro; Madre, a través de la que podemos ver el cambio de vida de la mujer feudal a la mujer en la China Comunista de Mao, y también después de Mao, una figura que me ha resultado de lo más interesante y de la que muestra muchos detalles del día a día. También sus hermanos son fundamentales. Hermana mayor, y sus dos hermanos menores una niña y un niño, y esa jerarquía filial de Confucio tan presente durante todo el libro: “Los hijos mayores están por encima de cualquier hija que haya nacido con anterioridad”

El Confucianismo, como muchas religiones y filosofías, miradas en general aportan buenas soluciones, pero como han visto en el párrafo anterior, El mejor maestro echa un borrón.

Susana Hernández

11 comentarios en «El pequeño guardia rojo»

  1. Me encantam las biografías noveladas. Y si se ubica como esta en China, o cualquier otro lugar que ni sea el mío, más, porque como dices es una manera muy amena de conocer otro país, a través de la experiencia oersonal de una persona que encima sabe cómo contar una hisoria.
    Que haya sido su primera novela y encima que haya nacido en 1965¡ mi año, me viene encima de perlas para otras cosas de la red.
    Siempre que me haces picar me dan ganas de dejarme lo que tengo para coger el que traes, pero ¡no se puede ser tan infiel! tendrá que esperar, pero no mucho. (Digo ¡mío! como esa primera palabra que aprenden los niños en la guardería)

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  2. Jajaja, yo también grité ¡Mío! En cuanto lo vi jajaja
    Tiene todos los ingredientes para gustar, interesar, enseñar… Y en tu caso te ira bien porque puedes ir comparando la evolución China y la de España, la de autor y la tuya, desde un tiempo conocido por ti.

    Besicos!

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    • Juan, pues en primer lugar quiero darte las gracias por esa maravillosa traducción que has hecho, creerás que nunca nos acordamos de los traductores, no es cierto, para mí es como un árbitro en un partido de fútbol, si nadie habla de él … buena señal jajaja Pues eso es lo que me ha pasado con esta lectura, la traducción me ha resultado tan exquisita que no he pnesado en ella, así que no me queda más que darte las gracias por pasarte por aquí y por supuesto otra vez por tu gran traducción.

      Un fuerte abrazo!

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    • Cariño, cuánto te echo de menos!!
      Yo también disfruté leyendo ésta traducción tuya y recuerdo cuando tecleabas el ordenador,ya va a hacer ocho años de tu partida,el 14 de junio del 2015,con solo 59 años,yo ya he cumplido 66,incluso me he jubilado
      Nunca me olvidaré de tí,mi amor

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  3. Gracias Susana por tus comentarios. Y sigue adelante con tus lecturas y recomendaciones. Estaré al tanto.
    Ahora estoy traduciendo otra biografía novelada, muy parecida al Diario de Ana Kran, pues es una historia de una niña que estuvo en un campo de concentración. Cuando salga publicada ya te lo diré.

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  4. ¡que ganas de leerlo Susana! siempre salgo de aquí con títulos anotados, a veces puedo encontrarlos, otras veces no tengo tanta suerte. Estos libros hacen que aprender sobre otras costumbres y culturas sea un deleite. ¡Que maravilla es que un libro te agarre así con las primeras hojas y no te suelte!
    Mira que regalito del hijo andar dando un ataud. ¡Pero que cosas!
    un beso,
    Ale.

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