El peso de la oscuridad, de Jesús Losada

El peso de la oscuridadEn esta ocasión, vuelvo a la poesía. Ya he dicho alguna vez que disfruto leyendo casi toda clase de géneros literarios, pero siempre recurro a la poesía una y otra vez. La buena poesía me alegra el alma, y qué queréis que os diga, apetece de vez en cuando darse una alegría. Y más en estos tiempos donde la alegría es un bien escaso.

Aunque, la verdad, reseñar poesía me parece un trabajo bastante complicado. Y mejor no hablemos del demonio de traducirla. Creo que los poemas hablan por sí solos, que no deberían explicarse, que o conectas con ellos o no, no hay más. La poesía es para que el lector la haga suya, cualquier otra cosa es hablar de más. (Aquí estoy yo, cargándome a la crítica literaria y a la historia de la literatura sin apenas despeinarme).

Al menos tengo la suerte de elegir bien a los poetas que leo, porque no me desilusionan. No hay nada peor que no conectar con lo que se está leyendo. Creo que de ahí que la poesía parezca tan difícil, tan cerrada y con un público tan reducido. Como no des con un poema que te cale, mal vamos. Para cada persona hay un poema, estoy convencida. En fin, todavía hay mucho que hacer por la educación en poesía. Ojalá que el mundo se llene de versos, ojalá que todo el mundo lea poesía. Me pongo revolucionaria, qué le voy a hacer. Por cierto, la poesía también es revolución.

Jesús Losada es poeta (además de Licenciado en Filología portuguesa, Filología española e italiana, Teología y gestor cultural). Es un poeta con p mayúscula inicial, para que me entiendan. Ha escrito una docena de libros y ha ganado también unos cuantos premios. El peso de la oscuridad, el poemario que nos ocupa, resultó ganador del IV Premio Internacional de Poesía José Zorrilla.

Me decanté por su lectura, sinceramente, porque encontré las palabras de Luis Alberto de Cuenca en la contraportada hablando bien sobre el poeta y el poemario. Y a Luis Alberto de Cuenca le tengo en el pedestal de los grandes poetas. Así que sus recomendaciones no podrían ir por mal camino. Y no, el camino de recorrer los versos de este poemario ha sido intenso y gratificante. He disfrutado mucho con sus poemas.

No me gusta hablar de estilos, ni encasillar a nadie en generaciones y nombres. Me parece que no tiene ningún sentido. Yo creo que cada poeta tiene su propia voz y su propio estilo. A lo mejor estaréis pensando “pues vaya mierda de reseñista” y quizá tengáis razón. El caso es que yo os hablaré de Jesús Losada a través de lo que sus versos me han transmitido, olvidando a propósito todo lo demás.

Jesús Losada es directo y terrenal. Es un poeta de pies en tierra y realidades cotidianas.

“Nos da una llave. Habitación 403.

Canal internacional. Apago la televisión.

La misma ruina de noticias.

Una letanía homicida de palabras,

balas mortíferas

que si la prima de riesgo, el Ibex, la troika,

cifras de parados, impuestos, el FMI,

nna crisis que nos asfixia,

a España, a Europa, a el mundo,

el asco apretado

entre el aceite más rancio de estas letras.”

Lo que os decía, poeta de realidades cotidianas.

También es un poeta de heridas que no se sabe bien si cicatrizan. Poeta dolido de amor:

“(…) Acaricio tu lumbre entera

repaso la raíz cuadrada

que nunca supe hacer,

y la descifro ahora entre tus muslos”.

Y no hay poeta sin decepciones, sin amargura:

“Después viene la decepción

o la vida.

Ese diálogo largo.

Damos dos vueltas a la llave”.

El peso de la oscuridad es un buen poemario. Lo dice el IV Premio Internacional de Poesía José  Zorrilla, lo dice Luis Alberto de Cuenca y lo digo yo. Vale que no sea una eminente crítica literaria, pero de versos que mueven por dentro algo entiendo. “Escribimos en la piel de todos los océanos”. Como ése. Gracias, Jesús por este poemario.

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