Encuentro en Berlín

Encuentro en Berlín, de Pepe Ribas

encuentro en berlinLas reseñas, a veces, se hacen complicadas. Bien porque las historias son lo suficientemente buenas como para que tengas que poner en orden las ideas, bien porque la trama tiene demasiadas aristas ante las que no sabes por cuál empezar. Me sucede algo curioso con esta historia. Las varias capas que la forman son tan importantes para entender aquello que nos cuenta Pepe Ribas que no sé por dónde empezar. Quizá podría comenzar por ese encuentro entre dos hombre que se quieren, se aman de una forma casi brutal y al que les une un pasado demasiado incierto y los peligros de un trabajo secreto. Podría seguir por la búsqueda de ese pasado que les lleva a recorrer los años más oscuros de la Historia de la humanidad, así como los cruces que la vida está dispuesta a ofrecernos en su falsa diversión. Pero supongo que ir paso a paso convertiría a esta novela en una novela más, cuando no lo es. Son los posos que deja en su punto y final cuando uno se da cuenta que hablar de “Encuentro en Berlín” será difícil, quizá casi uno no podrá definir exactamente lo que aparece, pero aun así lo intenta, porque no hay nada imposible.

Ernesto Usabiaga, activista chileno, conoce a Maksim Kazantev, ucraniano relacionado con los servicios secretos, en su huida tras un desengaño profesional. Será entonces cuando las vidas de estos dos hombres se conviertan en una auténtica odisea por encontrar retazos de su pasado, y por permanecer vivos en un mundo convulso y que no da segundas oportunidades.

 

La vida te pone a veces estos desafíos. Tú coges una novela, la vas degustando poco a poco, otras de una forma voraz, y cuando pensabas que iba a ser fácil, que iba a ser un viaje sosegado, van autores como Pepe Ribas y te presentan un regalo en forma de historia que conecta con otras historias, y que se convierte en un desafío. Un desafío de los buenos, en todo caso. Porque lo que aquí acontece no es algo lineal, no se podría trazar una línea recta que uniera de una forma sencilla los puntos importantes de las vidas de Ernesto Usabiaga y Maksim Kazantev. Y, en los espacios que hay entre la lectura y tus obligaciones diarias, vas recreando paso a paso la historia de estos dos personajes, intentando encontrar sentido a aquellos años duros de la Historia, a cómo lo que “Encuentro en Berlín” describe tiene un magnetismo tan brutal que es imposible que no se pose en la mente del lector y le dé vueltas para encontrar la llave que hará que todo siga hacia delante. Esos son los desafíos que, a mí, como lector, me gustan, casi diría que me fascinan. Porque estos dos hombres no han tenido una vida fácil, y aun así, o precisamente por eso, nos sentimos más identificados con lo que les sucede.

Estamos ante un thriller, pero también ante una novela sobre la Historia, que no histórica, pero también se mezclan elementos policíacos, pero también una novela de personajes, de telas de araña que se tejen y atrapan a la mosca para no soltarla. Se suele decir que la literatura, ese gran placer, está en horas bajas, que ya nadie consume la cultura porque no hay historias que les toquen la fibra que necesitan. Eso debería terminar con “Encuentro en Berlín”, pero no porque yo lo diga, no me creo con la potestad necesaria de convertirme en una eminencia de las letras. A lo que me refiero es que las dotes propias que forman esta historia harán por sí mismas que se convierta en una cita ineludible con la gran literatura, esa que va desapareciendo, o que ya no se ve tanto, o que se difumina entre pseudoescritores, o que, simplemente, no nos llega a los lectores. Sigo dando vueltas a esta historia, porque Pepe Ribas me ha cautivado, quizá incluso diría que intrigado, no sólo por la historia en sí, sino por que conexiones hay en su mente para crear esta historia. Sin duda, sus palabras serían esclarecedoras.

La literatura se convierte en fetiche cuando mientras hablas de los libros que han caído entre tus manos, aparece un nombre una y otra vez. Puede que “Encuentro en Berlín” no sea una lectura para todos los públicos, pero lo que no se debe dudar nunca es que, cuando lo bueno aparece, hay un momento en la vida en la que debes dejarlo entrar, debes aceptarlo y hacerte con él. Así son las cosas con la literatura. Así son las cosas, para mí, con esta novela.

6 comentarios en «Encuentro en Berlín»

    • Gracias por tus palabras Ana. La verdad es que para mí ha sido todo un descubrimiento también. Una de esas historias que, por la rareza en la que a veces sucede, le das una importancia mucho mayor. Si te haces con él, ya me contarás qué te ha parecido.

      Un saludo

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    • Gracias a ti Pepe, por escribir. Lo de tomarnos algo, por mí encantado, en algún momento nos encontraremos (o haremos por encontrarnos). Si vienes algún día de firma por Bilbao, ponte en contacto conmigo y estaré encantado.

      Sergio

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