Harley Quinn 1. Calor en la ciudad, de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti

calor en la ciudad

¡Sí, sí, sí! Esta Harley sí que merece la pena. ¡Esta sí! Hay que tener mucha suerte con los cómics de esta payasa (y en realidad con todos en general) porque si en tu primer acercamiento eliges bien caerás rendido a sus pies, querrás leer más de ella, pasarás a formar parte de su club de admiradores (que no sé si es muy grande pero que seguro que, con lo que se vislumbra de ella en el tráiler de Escuadrón suicida, crecerá considerablemente), y se hará hueco en tu galería de personajes favoritos.

Harley me gusta desde hace mucho y me gusta mucho más cuando cae en manos de buenos guionistas como ocurre en el cómic de hoy. Es sexy, graciosa, inteligente, carismática y sobre todo está como una cabra. ¿Puede ser como la versión femenina y sin factor de curación de Masacre? Tal vez, aunque yo no diría tanto. Si me dieran a elegir entre ellos dos lo tendría difícil, pero ganaría Harley. Tiene algo más, no sé…

A lo que iba. Decía que “¡sí, sí, si, esta Harley merece la pena! “porque, comparado con el decepcionante “Preludios y chistes malos” que hace poco salió al mercado dentro de la colección de novelas gráficas de DC, este primer tomo es una maravilla. Y no he leído ningún cómic de Escuadrón suicida, ni siquiera opiniones, pero si quieres engancharte a un buen personaje femenino (¿hay pocos personajes femeninos, no? Y menos aún con serie propia. ¿O solo me lo parece a mí?) hay que leer Mad Love, su primera aparición y, sin falta, este Calor en la ciudad pero ya. De cabeza.

(Mmmm… haciendo memoria, en Sirenas de Gotham, la verdad, no recuerdo que Harley brillara especialmente, así que… si  tenéis más recomendaciones, ¡no dudéis en sugerirlas!)

En Calor en la ciudad el comienzo es brillante. Harley en un almacén de esos que usan los yanquis como si fuera un trastero, medio tumbada comiendo pizzas y chupachups y hablando con un castor disecado que la acompañará a todas partes, (¿qué ha sido de sus hienas?) preguntándose si no molaría tener su propio cómic…

“¿Verdad que molaría tener mi propio cómic? Los inadaptados sociales harían cola para recibir mi último número…”

Este primer arco es una sucesión de dibujantes, cada uno con su estilo, que Harley va desechando, y eso que son buenos (Panosian, Simonson, Jim Lee, ¡el propio Bruce Timm!, ¡Adam Hughes!, Darwyn Cooke…) hasta dar con uno, Chad Hardin, que le gusta y que la editorial puede permitirse.

Si no conocías a este personaje con estas primeras páginas ya te has enamorado, y si lo conocías te habrá ganado un poco más.

El arranque es muy bueno, repito, pero es que el nivel se mantiene, y eso es lo chungo, porque su humor ácido, sus paridas y salidas de madre no llegan a cansar a pesar de estar repartidas por todo el cómic y tampoco cae en el humor sin gracia. Es humor inteligente, humor del bueno y frases memorables:

“Mami tiene que sacarle a alguien los sesos a golpes”

Lo que nos cuentan en este número básicamente son dos tramas: por un lado Harley hereda un edificio de un antiguo paciente suyo de Arkham. El ático será para ella y se convertirá en la casera de sus vecinos y de los bajos comerciales. Pero sus inquilinos no son lo que se dice ni ricos ni normales y Harley tendrá que buscarse dos curros: psicóloga de una residencia de ancianos y miembro de un equipo de patinaje en el que dos equipos luchan y donde lo que prima son las hostias y que tu equipo gane a base de ellas.

En la segunda trama, que transcurre simultáneamente, tendrá que librarse de asesinos que periódicamente intentan cargársela porque alguien ha puesto precio a su cabeza. ¿Pero quién querría cargarse a semejante monada?

Resumiendo, por si no ha quedado claro:

Muy muy buen cómic. Muy muy divertido, entretenido y salvaje. Acción, humor…El dibujo bueno, aunque mejorable, y el guión perfecto. Pero sobre todo, lo que hace bueno a este cómic es la protagonista, su forma de ser, su carisma, su locura y su todo. Es la polla.

Esta es la serie que se merece Harley, la que te conquistará y te dejará un buen sabor de boca. Al menos eso parece por su comienzo.

Bien por Conner y Palmiotti. ¡Que siga la fiesta!

PD: ¿Y la portada? ¿Qué me decís de la portada? ¡Para enmarcar!

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