Hombre en azul

Hombre en azul, de Óscar Curieses

hombre en azulDistorsionar la realidad. Cambiar su propósito y después crear, o simplemente destruir, que en cualquier caso también es otro tipo de creación. Ser artista, y nunca dejar de serlo. Hablar, contar nuestra vida, componer un diario y después lanzarlo al mundo, o guardarlo en un cajón a la espera de que alguien lo encuentre y lo queme o, como suele suceder, lo convierte en arte, en ese mismo arte que nosotros habíamos creado. La pescadilla que se muerde la cola. El creador creado. Pasos por fechas y pensamientos que nos pertenecen, pero que también son de otro completamente distinto. Como una sombra que está ahí, cercana, siguiendo nuestros pasos y analizando nuestras obsesiones. Hablar de artistas puede ser hacerlo de arte, pero una cosa no está ligada a la otra. Porque se es artista, pero también persona, alma atormentada o quizá simplemente ego perdido entre la pintura y los colores. Pero hablamos, lo hacemos con creces, con la palabra pegada a la lengua, al paladar, a la garganta que sufre y a la mano que maneja el pincel u otro utensilio. Hombre en azul no es un libro, como no lo es ninguno de la editorial Jekyll & Jill, porque imprimen la palabra “experiencia” en todo lo que sacan a la luz. Como en otros, nos encontramos con la mirada diferente de un autor que nos habla de arte, de un artista, de un tiempo y un espacio, de la intención y lo que guarda un artista, Francis Bacon, en toda su obra. Pero no sólo en esto, sino también en su vida. Y si las experiencias, las buenas, las de verdad, se cuentan con los dedos de una mano, a mí me quedan ya solamente cuatro.

 

Hablar de un diario personal que en realidad no lo es, pero que lo parece por suhombre en azul interior intensidad y su pasión al ser escrito, es difícil. Más todavía es hacerlo cuando uno termina un libro pensando que ha sido el propio personaje el que ha compartido con nosotros sus palabras, pero en realidad ha sido otro el que ha trasladado todo aquello que nos hemos encontrado. Óscar Curieses es Francis Bacon, una especie de desdoblamiento de personalidad que traduce en palabras lo que el artista guardaba en sus entrañas. Y así es como nos iremos deslizando con un diario que parece tan real que, en ocasiones, asusta al más erudito en el tema porque parece ser el artista el que nos habla desde unas páginas que requieren de un ritmo pausado, de una lectura que introduzca en nuestro cuerpo lo de verdad, lo que se queda y no se va nunca, impreso en frases tan directas como el miedo no se crea ni se destruye, sólo se transforma o la violencia es una energía en movimiento, la pintura también. Así nos descubrimos, le descubrimos a él, al Francis Bacon que en realidad es Óscar Curieses, pero que no lo parece y que nos enseña que hay algo en la literatura, en la que transforma una lectura en algo más, que provoca terremotos internos y nos empuja al precipio, al vértigo de lo que se convierte en grande a pesar de su tamaño.

Yo, reconociendo mi desconocimiento sobre la vida del artista, me vi empujado en un segundo por este libro como si alguien me hubiera atado una cuerda alrededor del cuerpo y tirara, tirara con fuerza, llevándome a una época que no he vivido. Óscar Curieses es otro tipo de artista, alguien que mira la vida de una forma distinta, con otro tipo de gafas que enfocan y desenfocan la realidad mostrándonosla cómo él quiere. Nosotros, los lectores, nos entregamos a la evidencia de que lo que nos cuenta es la verdad, es lo que se esconde tras la figura, tras el artista, tras el arte de un color determinado, del Hombre en azul que nos traslada a una experiencia fuera de toda lógica, de todo lo conocido, convirtiendo una lectura en lo que aquellos que disfrutamos con la literatura buscamos con la avidez de un adicto. Ser artista no es una profesión fácil, Francis Bacon, con la dureza, con la furia de un titán que provocaba y sigue provocando desequilibrios, lo sabía. Y yo no sé si es bueno o malo decir lo que voy a decir ahora, pero ahora parece que le conozco más, que me he metido de lleno en su vida, consiguiendo navegar por una mente que producía caos pero belleza a la vez, que convertía un trazo en el arte más absoluto. Será esa verdad, la que se esconde tras este libro, la que maneje con toda la tranquilidad que se me presupone, no consiguiéndolo demasiado, porque el nervio, la entraña, las tripas, eso es lo que transpira en cada una de las páginas. Un sudor convertido en arte que, en un sólo viaje, puede cambiar la realidad, creando otra bien distinta.

1 comentario en «Hombre en azul»

Deja un comentario