Jaybird

“Jaybird”, de Lauri y Jaako Ahonen

Jaybird

Sublime y depresiva. Deliciosa y triste. Claustrofóbica y misteriosa. Incluso terrorífica.Pero magistral, al fin y al cabo. No es de extrañar que haya estado nominada a varios Eisner y que ganara el Grand Guinigi a la mejor novela gráfica de 2015, el premio Comic Book Finlandia de 2013, el Kultahuippu (mejor obra ilustrada, 2012), el…

Y, sin embargo, incomprensiblemente, creo que ha pasado bastante desapercibida en nuestro país. Una pena.

La lista de adjetivos tan sumamente contrapuestos podría extenderse más y más al hablar de Jaybird. Un cómic casi sin diálogos, sin que eso sea un demérito, sino más bien lo contrario: una gran habilidad mantener un argumento valiéndose en gran parte de los aspectos meramente gráficos.

Visualmente hipnótico y envolvente, Jaybird se convierte en una metáfora de nosotros mismos, un retrato de una sociedad temerosa y cada vez más ensimismada y “conectados” on line, pero con menos contacto directo con las personas.

La historia nos cuenta la vida de un pajarito permanentemente acojonado, que vive con su madre enferma a la que cuida, en una vieja mansión. La madre está en cama, y ambos están aislados del mundo. Las ventanas tapiadas con tablones y las puertas cerradas y atrancadas para que ningún “pájaro malo” entre y les haga daño.

Nuestro pajarito se dedica diariamente a quitar el polvo a los majestuosos cuadros de sus gloriosos antepasados (gloria que él nunca podrá alcanzar) y a cuidar a su madre. No se atreve a salir de su casa, nunca lo ha hecho y nunca lo hará porque tiene un miedo atroz al mundo exterior, en el que imagina que todo es una amenaza para él. Vive, como muchos pobres pájaros, en una jaula, enorme, pero una jaula al fin y al cabo. Y ese miedo cerval al exterior, esas ideas se las ha metido su madre en la cabeza, una madre castradora que con su actitud ha hecho de su hijo un pelele.

Así que entre la madre dominante, el aspecto de la enorme casa y alguna que otra viñeta la asociación con Psicosis es más que inmediata, y no estoy haciendo espoilers.

El arte es precioso, hay páginas enteras que son láminas enmarcables, la historia transcurre fluida, rápida, como una película, contándonos lo esencial, sin rodeos de ningún tipo y haciendo que vayamos devorando las hojas sin darnos cuenta.

Sobre el final puedo decir que, a pesar de ser medio predecible, también hay espacio para la sorpresa, la imaginación y la duda.

Por otra parte, siendo la edición de lujo como es (tapa dura y gran tamaño), el precio está tirado. Sin duda es una joya para cualquier amante del cómic y de las buenas historias. No se puede dejar pasar semejante joya. En serio, sería un pecado.

Un emotivo cómic (sorprendentemente es la ópera prima de los hermanos Lauri y Jaako Ahonen) sobre la soledad, el miedo y las ataduras familiares, que perdurará en la memoria mucho tiempo después de haberla leído y que merece la pena revisitar de vez en cuando.

¡Hacéos con él, insensatos!

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