Kornél Esti. Un héroe de su tiempo

Kornél Esti. Un héroe de su tiempo, de Dezso Kostolányi

Kornél Esti. Un héroe de su tiempo
Tengo debilidad por la literatura húngara. Qué se le va a hacer. Y con Dezso Kosztolányi en particular, confieso mi condición de adicto irrecuperable para la sociedad. Y hablando de recuperar…

…a pesar de la recuperación y gran popularidad, estos últimos años, de la obra de Sándor Márai, o del Nobel concedido a Imre Kertész, la literatura húngara sigue siendo prácticamente una desconocida para el gran público. Pocos son, por ejemplo, los que han oído hablar del susodicho Dezso Kostolányi (1885-1936), pese a que casi todas sus novelas han sido publicadas recientemente en nuestro país, y pese a que nos encontramos ante todo un clásico, es decir, alguien que escribió sus obras hace más de ochenta años, y éstas siguen siendo tan sorprendentes y relevantes como el primer día.

Kornél Esti no es estrictamente una novela de humor, de hecho, puede que ni siquiera sea una novela, sino, como dice el propio Esti, “un conjunto de fragmentos“. Pero es, sin lugar a dudas, uno de los libros más interesantes y divertidos que he leído últimamente. Pero empecemos por el principio.

Con la mitad de la vida ya a mis espaldas, un día muy ventoso de primavera me acordé de Kornél Esti. Decidí visitarlo y retomar el hilo de nuestra vieja amistad.

No sé a vosotros, pero a mí un comienzo así me parece irresistible. No tardamos en averiguar que el narrador y Kornél, nacidos el mismo día y a la misma hora, son, sin embargo, tan antagónicos como la noche y el día. El narrador, hombre juicioso dedicado a la literatura, lleva una ordenada vida de burgués, mientras Esti es un bohemio irresponsable, juerguista y moroso. Para que os hagáis una idea, podríamos decir que se trata de unos Epi y Blas atribulados por el paso del tiempo. Tras una larga separación, ambos se han dado cuenta de que se necesitan y que no son nada el uno sin el otro. Así que deciden unirse y escribir un libro. Esti, el vividor, contará sus correrías y aventuras, bien sean éstas reales o imaginadas, y el narrador lo pondrá todo por escrito. ¡Pero no en una novela! Porque, como dice Esti:

Todas las novelas empiezan así: “Un joven caminaba por la calle oscura, con el cuello del abrigo alzado.” Luego resulta que el joven con el cuello alzado es el héroe de la novela. Ese principio no sirve más que para despertar la curiosidad. Horrible.

Lo que sigue a continuación es una serie de relatos que, a pesar de comenzar en la infancia y adolescencia de Esti, pronto abandonan todo asomo de continuidad y quedan unidos tan sólo por el personaje de Esti y el enorme talento de Kosztolányi. Algunos de los episodios podrían figurar en cualquier antología del relato. En ellos el autor, por boca de Esti, un irresistible y encantador cínico, reparte mamporros a diestro y siniestro, dirigidos sobre todo, pero no sólo, a los literatos petulantes y a la hipocresía de la sociedad, que se relaciona entre sí mediante un lenguaje esencialmente falso.

En uno de los episodios, nuestros amigos viajan a la “ciudad honrada”, donde todo el mundo dice siempre la verdad. Allí se encuentran con zapaterías que anuncian “Zapatos que destrozan los pies. Callos y ampollas garantizados. A varios de nuestros clientes les han amputado los pies”; librerías donde pueden comprar “Basura ilegible… La última obra de un viejo escritor atontado que hasta ahora no ha vendido un mísero ejemplar… Los poemas más nauseabundos y rebuscados de Ernesto Gruñón”; pastelerías con “Pasteles pasados, preparados con margarina y sucedáneo de huevo”, o quioscos donde se venden periódicos como La MentiraInterés propioEl Hipócrita CobardeEl Adulador.

El episodio en el que Esti se pasa la noche conversando con un revisor de tren búlgaro es desternillante. Esti sólo sabe cinco o seis palabras en búlgaro, lo cual será más que suficiente para mantener una conversación estilo barra de bar domingo a las 6 de la mañana, escuchar las penas del revisor, ofrecerle consuelo, hacerle enfadar y reconciliarse con él.

Qué decir de la historia de Gallus, el traductor cleptómano. Soberbia, magistral. Y así podría seguir, porque, aparte de uno o dos episodios un poco más flojos, no hay historia que no nos sorprenda por su humor, por sus agudas reflexiones, por su tono airado con el mundo y el modo tan desenfadado de expresarlo.

Uno de los aspectos de la narrativa de Kosztolányi que más nos asombra es su imaginación, que es verdaderamente desbordante, pero que nunca desborda los límites de la lógica narrativa. Hm… Más o menos lo que quiero decir es que hay relatos en los que uno piensa: esta historia es tan buena y tan original, el autor está yendo tan lejos que no hay forma de concluirla de una manera satisfactoria. Y nos equivocamos. Llegamos al final y nos damos cuenta de que no podía terminar de otra manera.

El libro concluye con un maravilloso anticlímax, y entonces el lector se pregunta qué es exactamente lo que ha leído. Como ya he dicho antes, Kornél Esti se puede leer como una colección de relatos, algunos de los cuales son excelentes, pero eso sería subestimar a un autor tan inteligente como Kosztolányi. A mi juicio, detrás de este extraordinario libro se esconde toda una concepción de la literatura y la vida, una concepción ya evidente en el poema que abre el libro, “El canto de Kornél Esti”. Pero no voy a extenderme más. Os animo a disfrutar de esta lectura.

8 comentarios en «Kornél Esti. Un héroe de su tiempo»

  1. Bienvenido y enhorabuena por la fantástica reseña. Yo también siento debilidad por los escritores húngaros, pero tienes razón a este no lo conocía. Tienes razón, a Marai, Esterhazy, Kertész y Tibor Fischer (aunque este es otra historia) sí los he leído, pero a Kostolányi no y después de tu reseña hasta me molesta no haberlo hecho porque tiene francamente buena pinta.
    En fin, un abrazo y nuevamente enhorabuena,

    Andrés

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  2. Gracias, Andrés.
    Son muchísimos los autores húngaros que vale la pena leer. De Esterhazy todavía no he leído nada, aunque las referencias que tengo son inmejorables.
    Con este libro disfrutarás muchísimo.
    Un abrazo.

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  3. Muchas gracias, Susana.
    La verdad es que me lo he pasado muy bien escribiendo mi primera reseña, y espero escribir muchas más. Con Kosztolányi, puedes empezar con cualquiera de sus novelas, son todas excelentes, pero, desde luego, ésta es la más divertida.
    Saludos.

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  4. Me sumo a la bienvenida y a la admiración por los escritores húngaros y, en general, los de toda Europa del Este. Y también me apunto a leer algún día este libro.

    Un abrazo.

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  5. Me ha gustado mucho la reseña. Como a algún otro comentarista, me ha llamado la atención tu gusto por la literatura húngara. Nunca había oído hablar de este autor ni de este libro, pero, tras leer tu opinión, me tienta y mucho. Parece una de esas joyas que quizá no han recibido la atención que se merecían.

    Abrazos.

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