Kubrick en la luna y otras leyendas urbanas del cine, de Héctor Sánchez y David Sánchez

Kubrick en la luna y otras leyendas urbanas del cine¿Recuerdas la escena de Django desencadenado en la que Leonardo Di Caprio rompe un vaso? Se cortó de verdad, pero siguió interpretando su papel como si nada.

¿Has visto el susto que se pegan todos cuando el alien sale de la barriga? Pues es real, porque nadie avisó a los actores de lo que iba a suceder.

¿Sabías que a Ryan Gosling le dieron el papel protagonista de El diario de Noah porque buscaban a un chico poco atractivo? ¡Y ahora siempre está en las listas de los hombres más deseados!

Si sois de los que siempre tenéis preparado algún comentario de este tipo para amenizar el visionado de una película, sois de los míos y Kubrick en la luna y otras leyendas urbanas del cine es vuestro libro.

Como ya hicieran en Paul está muerto y otras leyendas urbanas del rock, David Sánchez encabeza cada capítulo con una de sus magníficas ilustraciones, en las que retrata a las celebridades hollywoodienses protagonistas de las leyendas urbanas que Héctor Sánchez se encarga de ratificar o desmontar, según el caso. ¿Es cierto que Charles Chaplin se presentó a un concurso de imitadores de Charlot y ni siquiera quedó entre los finalistas? ¿De verdad Alfred Hitchcock compró todos los ejemplares de Psicosis para que nadie conociera el final de su película? ¿En El mago de Oz se ve cómo uno de los enanos se ahorca en un árbol? ¿Murió la actriz Shirley Eaton por asfixia cutánea, al igual que su personaje, en el rodaje de Goldfinger? ¿Hay mensajes sexuales ocultos en las películas de Disney? ¿Kubrick confesó en El resplandor, a través de pistas ocultas, que él dirigió la supuesta llegada del hombre a la luna? ¿Son Poltergeist, La semilla del Diablo, El exorcista o El cuervo películas malditas?

Pero no solo se habla de leyendas urbanas en este libro. En las explicaciones sobre cuánta verdad, exageración o invención hay en ellas, Héctor Sánchez también nos deleita con sus conocimientos cinéfilos y nos cuenta gran cantidad de anécdotas: por qué Buster Keaton debe su nombre al Gran Houdini; qué motivó la destrucción de todas las copias de Nosferatu; a qué se debían las discrepancias entre actores y dirección en el rodaje de Lo que el viento se llevó; por qué nadie quería dirigir El padrino; por qué As time goes by, la mítica canción de Casablanca, estuvo a punto de ser descartada en el montaje final o cómo se ocultó la mayor sorpresa de la historia del cine, la paternidad de Darth Vader, hasta al propio actor que lo interpretaba. Incluso hay unas cuantas curiosidades para los amantes de la literatura, pues Héctor Sánchez también comenta qué acontecimiento real inspiró la terrorífica obra de William Peter Blatty, cómo se le ocurrió a Bram Stoker el nombre de su emblemático personaje o a Frank Baum el de su maravilloso mundo.

Historias escabrosas, como la decapitación de Jayne Mansfield, o divertidas, como la habilidad de tocar el piano sin manos de Errol Flynn (que los que hayan leído Música para camaleones, de Truman Capote, ya conocerán) componen Kubrick en la luna y otras leyendas urbanas del cine, un libro ideal para cinéfilos y curiosos que quieran caminar por la sutil línea que separa la realidad de la ficción.

Seguro que, si sois como yo, en cuanto acabéis la lectura de Kubrick en la luna y otras leyendas urbanas del cine, llamaréis a los amigos para visionar de nuevo algunas de las películas comentadas en el libro y estrenar vuestro arsenal de curiosidades. El cine se ve con otros ojos cuando descubrimos qué se cocía fuera de plató.

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