La chica que lo tenía todo, de Jessica Knoll

La chica que lo tenía todoHay ciertos libros que, sin esperarlo, te marcan por su historia y sus personajes. Este es uno de ellos y para mi se ha convertido en uno de los libros revelación del verano. Aunque se compara con Perdida, La chica que lo tenía todo no es un thriller o una novela del tipo domestic noir. Si tuviera que compararlo con algo, lo compararía con la mítica película Chicas malas y su forma de retratar la popularidad y cómo encajar en un instituto americano.

Este libro nos cuenta la historia de Ani FaNelli, una mujer de treinta años que parece tenerlo todo: su trabajo soñado, un cuerpo diez y el hombre perfecto. Pero Ani oculta un pasado que le ha convertido en la persona fría, calculadora y superficial que es ahora. Un pasado que se cuenta en el libro en partes intercaladas con el presente, en el cual se revelarán todos los secretos de Ani.

A pesar de que cuando comencé el libro odié a Ani y su forma de actuar, tan preocupada por las apariencias, a medida que avancé con la lectura me encontré con un personaje muy complejo, con muchísimos problemas y traumas del pasado que revelan una personalidad insegura y llena de complejos. Lo que más me ha gustado del libro es la evolución de este personaje y que vayamos descubriendo sus secretos poco a poco, a medida que se revelan todos los sucesos traumáticos que vivió Ani en su pasado. Un pasado en el que también conoceremos a otros personajes que también vamos a ver en el futuro. Personajes que, aunque siento que no he llegado a conocer lo suficiente, juegan un papel imprescindible en el desarrollo del libro y en la vida del personaje principal. Algunos para bien y otros para mal.

El ritmo en este libro es espectacular. No puedes parar de leer porque quieres descubrir todo lo que pasó en el pasado y cómo. A pesar de que uno de los mayores secretos se descubre aproximadamente en la mitad del libro, al final hay un giro argumental que sorprende y que completa el libro. Además, la forma de narrar de la autora me ha gustado especialmente, ya que nos cuenta el desarrollo de todos los acontecimientos, intercalando el pasado y el presente, desde la perspectiva de ella a sus catorce y a sus treinta años. Jessica Knoll ha logrado crear un personaje potente y con gancho a través de la premisa de “la chica que lo tenía todo” a través de una narración sencilla pero llena de intriga y misterio.

Pero no todo es drama, en el libro también hay otros elementos como el amor o la amistad que, aunque son menos protagonistas, también son imprescindibles en el libro. Me encanta que un libro trate todo lo que significa la adolescencia, tanto para bien o para mal, en la vida de una persona. Una etapa de la vida en la cual las experiencias que vives te marcan para siempre y te convierten en la persona que serás en el futuro.

A pesar de no tener unas expectativas altas, La chica que lo tenía todo se ha convertido en uno de los mejores libros que he leído este año. Una historia compleja y llena de misterios que te atrapa por completo hasta el final y de la que he disfrutado hasta la última página. Es uno de esos libros que, cuando terminas, te mantienen pensando y reflexionando sobre todo lo que ha ocurrido. Un libro que esconde una historia y unos personajes complejos y que trata temas complicados como la identidad, la violencia sexual, el amor y lo que significa ser mujer.

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