La hija extranjera

La hija extranjera, de Najat El Hachmi

la-hija-extranjeraTítulo: La hija extranjera
Autora: Najat El Hachmi
Editorial: Destino
Páginas: 235
ISBN: 9788423349968

 Algunas de mis lecturas son provocadas por otras lecturas, pero no son pocas las que son consecuencia de la propuesta de alguna de mis amigas o amigos lectores. Este fue el caso de La hija extranjera, y he de decir que me alegra mucho haberlo leído, es bueno, muy bueno saber qué es lo que piensan aquellos que viven en este país porque sus padres llegaron hace unos años, y al parecer, terminan sintiéndose ni muy de aquí ni muy de allá.

Creo entender ese sentimiento. En realidad ni me parece extraño, ni me es ajeno, sino conocido y muy cercano. Yo nací en un pueblo de Cataluña, donde mis padres vivían desde muy niños. A su vez, siendo yo aun una tierna infanta, nos trasladamos a vivir a Zaragoza, allí viví toda mi adolescencia y terminé mis estudios de Bachiller, y ya saben eso de que uno es de donde hace el bachiller, y así me sentía yo, pero por motivos laborales volví a salir de aquella ciudad que sentía como mía, y tras dar dos o tres vueltas por el mundo terminé en la capital de las Cinco Villas, y aquí estoy, una vez más amando profundamente la tierra que mancha mis suelas y a las personas con las que comparto mi vida.

Pero en La hija de la extrajera no se habla solo del tema de la inmigración, ni tan siquiera creo que ese sea el tema principal, las relaciones materno filiares diría que son el eje fundamental del libro, si bien, hay un extenso universo que rodea esta relación, y que de alguna forma, Najat El Hachmi, va entretejiendo a lo largo de la historia que nos cuenta.

El libro nos habla la vida de una joven marroquí que llegó a España con su madre en busca de un padre que ni las quería ni las esperaba. La ausencia de ese padre y de referentes masculinos, la religión, la adolescencia, la confusión, las decisiones, los errores, los demás… Y la figura de la madre, siempre allí, siempre presente, siempre mártir, tóxica, siempre haciéndola sentir responsable de sus desgracias, pero también de su posible descanso y felicidad…

Este tipo de historias contadas en primera persona, y de una forma tan emotiva, suelen tener una gran acogida por el lector, fundamentalmente por lo mucho que se puede llegar a confundir al protagonista con el propio autor o autora. Y esto es lo que sucede en este libro.

Nos encontramos ante una autora muy hábil en el manejo de las palabras y de los recuerdos, utiliza con cierta soltura aquellos recursos tan sensuales a los que nos tenía acostumbrados García Márquez, me refiero a despertar nuestros propios recuerdos a través de los sentidos, esos olores a los que ella hace referencia para trasladarnos a su terreno, a sus estado de ánimo, y que finalmente al lector le pueden llevar a su propia y particular historia. No deja de ser curioso ese olor a purines, que si para todos es desagradable, para un musulmán debe ser además aberrante.

En un principio pensé que la traducción del catalán sería de la propia autora, pero para mi sorpresa he visto que no es así, que estamos ante una traducción, estupenda por cierto, de Rosa María Prats, y me ha resultado curioso que siendo el idioma lo que en muchos momentos aleja a la protagonista de su madre, y de su entorno, no haya utilizado, si le es posible, una traducción propia para acercarse a la mayor parte de sus lectores.

Susana Hernández

10 comentarios en «La hija extranjera»

  1. Sin duda fue una lectura a la que saqué mucho provecho gracias a todo lo comentado en el círculo de lectura así que ¡gracias por la compañía a la hora de enfrentarnos a él! fíjate que leyendo tu historia, esas mudanzas que has tenido que hacer en tu vida…te felicito, porque no todo mundo ama tierra que mancha sus suelas. Mi mamá es de una ciudad lejana a donde vivimos (yo desde mi nacimiento, y ella desde hace más de 48 años), y todavia no se hace a la idea de que aquí está. Y esto lo ha vivido como un exilio. Las costumbres en las ciudades mexicanas cambian, no es igual una ciudad del norte, que una del pacífico, o el centro del país. Pero seguimos siendo el mismo país (¡por Dios! digo yo). La cocina cambia mucho, tampoco es que no puedas encontrar ingredientes para cocinar como se estila en otro sitio de México. Se la pasa peleando por como hablamos, lo que comemos, no sabe cocinar ningún platillo típico de esta ciudad, no le gusta el paisaje -es mucho más seco que el verdor de su Veracruz querido-. Y esto la ha hecho sufrir mucho. Pero es un exilio que lleva (voluntaria o involuntariamente) en su corazón.
    Ser migrante -para ser uno feliz, vaya- requiere que uno esté dispuesto a romper patrones y a dejar de pensar en el pasado. No puedes vivir igual que en tu ciudad de origen. Tienes que planear para el futuro y revisar, con urgencia, qué de tu pasado te sirve y qué es necesario dejar atrás de una vez y para siempre. Y es doloroso. Pero se requiere un cambio de identidad.
    Fue un placer leerlo en compañía 😀
    un beso,
    Ale.

    Responder
    • Las historias personales creo que nos ayudan a todos, algo aprendemos de ellas, nos nutren porque la realidad, aunque sea en forma de ficción, nos toca de lleno en el corazón. Hay quién me dice que me falta un poco de sentimiento identitario, y yo no lo creo, no lo hecho en falta, porque tengo la capacidad de hacer todo mío, supongo que es mi gran suerte.

      Claro que es un gusto compartir las lecturas, para mí estar en un club de lectura es aprovechar doblemente cada una de esas lecturas, haberlo hecho con vosotras ha sido inmejorable. Besicos!

      Responder
  2. Yo también me lo pasé muy bien con este libro leído en tan buena compañía. Me gustó mucho cómo se expresó la autora. Complementario todos los puntos de vista que se le sacan a un libro, ¡qué curioso que cada uno se fije en algo distinto! Por eso hay quienes dicen, que el escritor una vez que ha escrito un libro, ese libro deja de ser suyo, porque a cada lector le evocarán cosas diferentes.
    ¿Sabes qué no me había fijado en lo que comentas de los sentidos? No me había fijado nunca en los sentidos como una forma de evocar recuerdos. Es muy interesante. Y en este libro, como dices, eso está, como también estaba en el libro de La casa de las bellas durmientes, que una vez que te he leído, me viene la idea que ese libro fue justo eso. Aunque a mí no me pasa mucho eso, o no soy consciente, pero se ve esa relación.
    Ahora ya deseando, repetir más experiencias, así que ¡hasta muy pronto!

    Responder
    • Descubrí el mundo de los sentidos en la literatura de García Márquez, bueno, tantas cosas he aprendido de su literatura! Como le decía a Ale, compartir las lecturas es muy interesante por lo que los otros te aportan, pero sobre todo porque leer con la intención de comentar con otros te lleva a fijar más la atención en los detalles, en la forma y en el fondo, es fundamental esa lectura completa para poder aportar al grupo.

      Un besico, y hasta muy pronto!!

      Responder
  3. Con respecto a esta lectura mi mas grande agradecimiento porque me introduce al personaje y sentí la complejidad en el que la hija extranjera vivía una vida que no era la saya solo por hacer le felis a su madre ya que ella se sentia responsable de las concecuencias que le pasaba en todo el trayecto desde que conocio a su marido hasta que se fue a vivir a Barcelona,es triste que uno se cinta comprometido y como deudora por el simple hecho que te ha dado la vida es,mi pregunta,no me preguntaron si yo queria venir al mundo simplemente mis padres me engendraron no fue bien en su relación y esta protagonista estaba biviendo una vida que no le correspondía sino una viva en el que le ofrecían una amplitud de toma de decisiones;la monte por la protagonista de todo lo que paso que a la final uno hace su propio camino y es el constructor de su propio destino,el final fue un poco impactante para mi porque le dejo con a su madre con su ñeto que a el si le podía inculcar todo sus tradiciones y mantener en su familia el modelo patriarcal.

    Responder

Deja un comentario