La mujer de un solo hombre

La mujer de un solo hombre, de A.S.A. Harrison

la-mujer-de-un-solo-hombreLos amantes de la novela criminal estamos de enhorabuena: la editorial Salamandra ha añadido a su ya excelente oferta un nuevo sello, Salamandra Black. De momento, cuenta con cuatro títulos, y La mujer de un solo hombre es uno de ellos, quizá el más insólito, el que menos convencionalmente se pliega a las normas de la novela policiaca; sin dejar de serlo, porque lo es, se trata principalmente de una novela de gran hondura psicológica, una novela de personajes -dos, y sobre todo uno de esos dos, una mujer- y de la pareja que forman y, por extensión, de una cábala no muy alejada de la realidad, aunque algo exagerada -como corresponde a una fábula-, de lo que sucede a muchas parejas cuando, de repente, se encuentran a sí mismos preguntándose qué demonios ha pasado para que aquellos dos enamorados hayan acabado así.

La mujer de un solo hombre ha sido comparada con Perdida, de Gillian Flynn, uno de los grandes éxitos de los últimos años. Yo doy la razón a quienes han encontrado similitudes, pero matizaría que La mujer de un solo hombre es un Perdida mucho mejor escrita y con una mayor preocupación por los personajes. La autora, A.S.A. Harrison -quien falleció sin llegar a ver el éxito de su única novela-, fue una partidaria de la escuela psicológica adleriana, y parte de ese enfoque para ahondar en la mente de los personajes. Pero tampoco se trata de una novela de psicología o, al menos, no más de lo que puede serlo cualquier novela que trate sobre personas.

La historia se centra en la pareja formada por Jodi y Todd. Tienen 40 y pico años, son agraciados, acomodados y bien considerados en sus respectivas profesiones. Viven en un lujoso apartamento de Chicago y se diría que tienen colmadas sus aspiraciones vitales. Sin embargo, la pareja se está resquebrajando, y asistimos a ese proceso de desintegración. Como suele ser el caso muy a menudo, no sucede de la noche a la mañana, pero ninguna pareja se parece a ninguna otra, y por tanto la de Jodi y Todd sigue su camino de destrucción de forma individual e intransferible. El proceso tampoco es constante, así que veremos sus remansos, sus meandros, sus tempestades, sus bonanzas… hasta que se produce el gran naufragio. La historia de esta pareja, sin ser nada espectacular, está narrada de una manera que hace que queramos seguir leyendo, porque nos parece que estemos oyendo esta historia por primera vez, tal es la intriga que la autora consigue imprimir a su escritura, de tal forma que convierte cualquier acto trivial, cualquier conversación, cualquier cita o encuentro, en un miniepisodio lleno de misterio humano, según tratamos de leer la mente y el alma de los personajes que en él participan.

La mujer de un solo hombre es una historia muy verosímil en el sentido de que no todos sus componentes, no todas sus escenas, sus diálogos, sus sucedidos hallarán su correlato atado y bien atado cuando lleguemos al final. Pero así es también la vida, y así son las personas y las parejas. A Jodi y a Todd les suceden a veces cosas cuyo significado dentro de la novela no acabaremos de ver del todo claro, pero encuentro que éste es un ingrediente que, lejos de restar interés a la novela, se lo añade (lo cual no siempre sucede; depende del escritor y de la historia).

La mujer de un solo hombre probablemente decepcione a quienes esperan una historia policiaca de alto voltaje y de suspense irresistible, pero gustará a quienes buscan una novela diferente, con exploración psicológica de los personajes y pequeñas sorpresas que tienen gran anclaje en la realidad de nuestro mundo.

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