Las estrellas se pueden contar

Las estrellas se pueden contar, de Giulia Carcasi

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Alice y Carlo, los protagonistas adolescentes del libro, ocupan físicamente, cada uno, una parte de la novela. Los hechos son los mismos, pero se viven de diferente manera, a veces lo que ella siente, él lo resiente y también a la inversa e igualmente de forma inesperada y auténtica.

La historia nos traslada a un instituto y una ciudad europea como cualquiera. También a aquella habitación con especial relevancia, donde se dibuja el mundo que sentimos e imaginamos. En un segundo plano están Roma y sus afueras. Así mismo estamos presentes todos los adolescentes, los que fuimos,los que lo son y, quizás, los que serán.  Este libro abraza lo universal de la intimidad, de la búsqueda y las incertidumbres, las pequeñas certezas y las rebeliones.

 

Alice está a punto de irrumpir en el mundo adulto, de tener que organizarse sus horarios en la universidad y en la vida, de dar un salto importante en su universo. La vida le estalla en las manos, el caos del mundo adulto se abre paso. Alice reflexiona, pregunta, cuestiona y no deja de mirar. Alice quiere más. Y espera el  amor que se muestra más complicado cada día. Como su contrapunto exacto aparece Carlo. Él ha optado por ir a la suya, se encierra en sí mismo para poder sobrevivir y observa desde la última fila de la clase. Carlo quiere ver y pasar lo más desapercibido posible, sobretodo quiere que lo dejen en paz, aunque en su corazón se libran mil batallas y muchas tienen el nombre de Alice grabado a fuego, un incendio que él intenta contener con silencios. Alice y Carlo siente el temblor de la vida y a partir de él se comportan y actúan de maneras diferentes. Si tienen suerte, podrán compartirlo.

El título original es Ma le stelle quante sono. Nada fácil de traducir. Es como si miráramos al cielo y se lo preguntáramos:

«-Pero, a ver… ¿cuántas estrellas hay que iluminen mi alma, mi esperanza, mi ser?»

«-Pero, a ver… estrellas,¿cuántas hay?»

¿Quién no ha mirado al cielo preguntándose por ellas? Yo me pregunto si tú, tú que estás leyendo esta reseña sabes cuál es tu estrella. ¿La has identificado en el cielo? Escribo sobre este libro sin dejar de pensar en que a lo mejor hace mucho que no miras el cielo. Pero puede ser que fuera  justo ayer cuando te maravilló comprobar que a pesar de todo lo que conlleva una ciudad, aún hay un trocito de cielo para ti. O puede que vivas en una zona donde se puede ver el cielo, entonces estás de suerte. Calro,  a menos que lo des por descontado. Hoy en día, mirar el cielo y ver las estrellas es un lujo. Son esos lujos pequeños que tantas veces damos por descontado sin ser conscientes. El cielo siempre estará allí arriba envolviéndonos, las estrellas brillarán más allá del fin de nuestros días. Pero no por obvio es menos digno de atención.

Con los tiempos que corren, en más de una ocasión he mirado al cielo, esperando que una estrella me confirmara un sueño, un deseo o el guiño de quienes se han marchado de mi vida. Recuerdo una ocasión en especial. Fue en 2009. El trabajo empezaba a fallar de manera importante. Estaba bastante asustada. Salí a dar una vuelta y me senté en un parque cercano a mirar el cielo. Busqué mi estrella y le pedí que no me dejara, que me ayudara porque no sabía cómo podría salir de aquella situación. Mi estrella brilló. En las ciudades es fácil olvidar los árboles, el olor del verde que se cuela en los huesos, la caricia de la hierba o la profundidad del cielo. La época que vivimos nos aleja de las hormigas y los gusanos, que no dejan de ser nuestros primos hermanos. Ese sentimiento íntimo de conexión con el universo que nos cobija es lo que ha guiado la escritura de Giulia Carcasi. Ella encontró su estrella para este libro y gracias a su viaje personal, tenemos en nuestras manos un mapa de un trocito de cielo. La experiencia es siempre personal e intransferible, sin embargo, la que nos cuenta Giulia Carcasi contiene una fuerza catártica y primitivamente humana que nos habla de que todos  pertenecemos a una misma sangre y que vivimos bajo el mismo cielo.

Alice es una chica como tantas que está en el último curso del instituto. El instituto es una campo de batalla y  cuando te llaman al frente pueden fusilarte. Si te salvas, sólo es hasta la próxima. Alice se está preparando para la selectividad y los últimos exámenes. Ese gran paso de empezar la universidad no está al alcance de todos, pero sí es inevitable el cumplir los dieciocho. Puede que algunos lectores ni se plateen la universidad en su vida. Aquí lo importante es que Alice da un paso adelante en su vida adulta, universidad o trabajo es lo de menos. En su casa son ella, su hermanita pequeña y su madre ya que últimamente el padre está bastante ausente por cuestiones de trabajo, aunque Alice sospecha que pasa algo más. El mundo adulto es un caos. El suyo también, pero mientras puede ocuparse del suyo, lo demás la desborda.  En clase están los de siempre con sus cosas de siempre, en fin, nada nuevo bajo el sol. Pero Carlo y Giorgio son diferentes. Giorgio es el guapo que ella nunca podrá besar y Carlo es el chico que vive en su mundo y que nunca se acercará. Que difícil, ¿verdad? Todo es un lío. Pero no es que Alice sea tan rara o tenga tan mala suerte para que esto solamente le pase a ella. También le sucede a Carolina, su mejor amiga.Carolina tiene una tormentosa relación con Marco, se dejan, ella vuelve, se vuelven a dejar y ella jura que no volverá, pero acaba haciéndolo. A Alice esto jamás le pasará, es lo que se jura. No le harán daño, no, está determinada a que no le hagan daño.

El choque con el mundo exterior produce agotamiento. Alice está cansada de todo. Ya no entiende a Carlo. Él está cambiado, se ha acercado al grupo de los que no sienten, que pasan de todo y son “cool”, son los modernos y guays. Parece que Carlo está con Ludovica. Giorgio se acerca y no le da tiempo a Alice a darle una negativa por respuesta. Los primeros besos, las primeras confidencias  la hacen creer que se pueden contar las estrellas como luces del destino. Pero al final será que el universo ha decidido apagarse. ¿Y Carlo? ¿Y las estrellas: son finitas o infinitas?

Carlo está harto de todo. No le importa llegar tarde al colegio, tampoco se inventa excusas. Todo iría mejor si alguien como Alice se enamorara de él. Pero eso es imposible.  Alice y Giorgio están juntos. ¿Por qué Giorgio? Cambiar y ser “cool” parece ser la única salida. Lo único importante ahora es el sexo, no eres hombre si no lo has hecho. Y Ludovica es preciosa y cercana. A veces parece que lo utiliza, pero es su manera de hacer las cosas. Carlo escapa siempre y no llega a ningún lugar. Hasta que un día Ludovica y él casi lo hacen. La próxima vez será todo, le promete ella. Pero entonces en un día aburrido de clase la bomba explota en clase: Alice y Ludovica se enfrentan. Carlo se pone de parte de Ludo y su premio lo recibirá esa tarde. Pero no puede, siente que ha traicionado algo importante, él ama a Alice. Si Alice lo besara, si pudieran mirar las estrellas juntos, quizás todo sería diferente.

Si fuera adolescente me gustaría leer un libro así donde mi mundo está tan bien reflejado.  Emociones, el enfrentamiento con el mundo adulto, padres que se separan emocionalmente o físicamente, mundos que se derrumban y por supuesto, sexo. También está presente el amigo gay, poco habitual en la literatura. Pero nada de sueños eróticos, sino el sexo como iniciación en la vida adulta abrazado de amor o de necesidad de ser uno mismo y más completo. Nada de adolescentes americanos  infieles hasta la médula, viviendo la vida al máximo y disfrutando de sus placeres hasta que algo malo les sucede: un corazón roto, un problema con las drogas- duras o blandas-, embarazos no deseados, sida… Mientras, las reglas universales se mantienen intactas: por muy amigos que un chico y una chica sean, el sexo acabará irrumpiendo en su amistad…¿y si pierdes a tu amigo vale la pena?

Estamos frente a un relato intimista y vital que daría mucho juego en un clase de ESO o FP si un profesor propusiera el libro como lectura. Pero no puede hacerlo porque antes se ha de leer la Celestina, gran obra pero no para adolescentes de hoy en día. La Celestina es un decir, como tantas otras lecturas obligatorias y asesinas de la lectura de los adictos al MSN o facebook o twitter o ya Tuenti en versión cañí. Si como en otros países europeos los profesores pudieran elegir las lecturas y tuvieran la oportunidad de compartir y no sólo domar y hacer tragar un montón de cosas que no interesan ni a unos ni a otros. Si tuviera 14 o 15 años me gustaría leerlo y se lo pasaría a mis amigas. Teniendo cerca a  una adolescente  que a veces habla y otras no, donde  las pistas a veces se muestran evasivas, me gustaría que ella lo leyera y que lo comentáramos, quizás de pasada, entre discusión y discusión, entre silencios. Definitivamente es un libro para regalar a adolescentes y esperar pacientemente a que nos digan qué les ha parecido.

las-estrellas-se-pueden-contar-giulia-carcasiGiulia Carcasi, en la foto a la izquierda,  ya ha publicado un segundo libro siempre tratando temas adolescentes, el segundo va de la relación entre una madre y su hija adolescente. Aparece regularmente en la televisión italiana. Estudia medicina. No es de Twitter ni Facebook. No tiene web. Cree en la dignidad y en luchar por la felicidad a largo plazo, en que no nos quedemos con los fuegos de artificio a fuerza de convertirnos en la cereza que no corona nada. Y quizás por eso mismo pueda hablar de la intimidad con esa delicadeza. Giulia Carcasi tiene la capacidad de entrar allí donde todo es tentación y promesa.

Como comentara líneas atrás, el libro tiene dos partes y cada una está narrada por uno de los protagonistas. La idea de las dos versiones, obviamente llama mucho la atención.   La versión del chico es más corta que la de la chica que temporalmente abarca más. No estamos ante dos versiones de un mismo hecho sino ante dos vivencias íntimas de un mismo momento vital.  Ambas líneas se mantienen lineales y están narradas en primera persona.

Narrada en un estilo muy depurado ágil y fluido, presenta un gran despliegue de recursos entre los que destaca una sensibilidad íntima. Nos encontramos frente a una novela de buena factura y con todos los ingredientes del género. Por medio de frases cortas, de fugaces punto y aparte, de diálogos eficaces y de unas reflexiones muy acertadas, la autora nos sumerge pincelada a pincelada en una trama sólida que engancha desde la primera página y no decae en ningún momento, creando una atmósfera donde conviven de forma tierna la cotidianeidad del adolescente  actual, la ternura detrás de los gestos, las inseguridades , la generosidad, las emociones, las contradicciones y el gran abanico de sensaciones humanas propias del periodo adolescente.

Es de lectura fácil, se lee de un tirón. Tiene ritmo, pulso, alternando momentos de acción con diálogos refrescantes y reflexiones sentidas. El estilo es fresco y profundo, a lavez, de la misma manera que el sentir de una etapa de la vida donde atravesamos un puente que nos conduce a acercarnos a nuestras estrellas, siempre presentes ellas, brillan y no brillan, centellean y nos guiñan. Quizás sean infinitas.

Creo sinceramente que este libro es de los que permanecen en el recuerdo. No es un libro narrativamente perfecto, tiene fallos aquí y allí. Quizás eso lo hace más delicado aún. Pero sin lugar a dudas comunica algo personal e intransferible. Quienes tenemos la afición de leer nos sentimos mágicamente atados a determinados títulos. Para mí lo fue Demian de Hermann Hesse cuando tenía catorce años. Mi deseo a mi estrella es  que muchos adolescentes sintieran tan especial vínculo con este libro de Giulia Carcasi, sería un hermoso regalo.

3 comentarios en «Las estrellas se pueden contar»

  1. Interesante que siga esa estructura de un libro dividido en dos, como el amor; yo soy de los que cree que el amor es de a dos y que eso de “dar todo sin esperar nada a cambio” es una tontería gigante; la tapa del libro, además, es muy atrapante, no crees? Saludos!

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  2. Hola, hola, Roberto!

    Gracias por compartir con todos nosotros tu parecer 🙂 Personalmente creo que hay muchas y tan variadas formas de amor… tantas como seres humanos. Tema complejo donde los haya el amor.
    La portada, a mí, qué quieres que te diga… no me acaba de dar el pego porque no me parece que refleje el tono del libro y además porque es una imagen sacada de internet de temas relacionados con psicología. En fin… rollos míos. Ya lo ves, una portada daría mucho tema para una entrega de LyL, te lo aseguro.

    Te agradezco mucho que te tomes tu tiempo para dejar tu comentario, lo valoro colosalmente. Gracias 🙂

    BBM

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