Los descendientes

Los descendientes, de Kaui Hart Hemmings

Los descendientes

Tristeza, incertidumbre, decepción. Es difícil elegir una sola porque las tres compiten por quien puede amargar más al hombre y darle interminables momentos de búsqueda personal, intranquilidad y amargura. Sentimientos viles si los hay, la tristeza trae depresión; la incertidumbre, pánico; y la decepción, desesperanza.

Matthew King, el protagonista de Los Descendientes, tiene los tres sentimientos a la vez. Está triste porque su esposa está en un coma irreversible y sólo hacen falta días para que muera. Incertidumbre, porque ahora con el rol maternal desdibujado se encuentra a la deriva a la hora de criar a sus dos irreverentes y poco políticas hijas adolescentes. También Matthew siente decepción de la familia que no pudo sostener, de la incontrolable personalidad de su esposa convaleciente y la desfachatez de sus hijas.

Los Descendientes es un libro atractivo en la portada y que cuenta con una ayudita extra: fue llevada al cine en Hollywood. Antes de conocer a la autora del libro o bien a la historia, los lectores probablemente hayan visto a George Clooney posando en un afiche publicitario o al título de la película sonando en programas de espectáculos de la TV.

Esta historia, sin embargo, no trae el glamour de Hollywood sobre sí (eso se lo ha agregado Clooney, después). Los protagonistas, Matthew y sus hijas Scottie y Alex, se enfrentan al estado irreversible de la mujer la familia, quien ha sufrido un accidente náutico y nunca más despertó ni despertará.

Joanie, la esposa de Matt, había sido una mujer desfachatada y sin vergüenza, hábil para el relacionamiento social dentro de la comunidad VIP de Hawai, donde viven. Matt, mientras tanto, había cosechado una interesante fortuna con los inmuebles familiares y una dócil tendencia a mantenerse apartado de los temas familiares. Esta parece ser la razón que causó que Matthew se encontrara tan perdido a la hora de consolar a sus hijas ante la traumática situación de su madre.

Es interesante ver la evolución psicológica de un personaje, Matt, que debe enfrentarse a la fatalidad de un accidente y a la separación de su familia. Especialmente cuando sus hijas parecen no prestarle atención y estar envueltas en sus propios problemas superficiales. No sólo debe aceptar esta realidad para sí mismo sino también para su círculo íntimo, de donde se dará a conocer un peligroso detalle.

Lo fuerte de esta historia es el drama sentimental que provoca una tragedia similar a nivel familiar. Si bien la escritora trabajó sobre diferentes puntos de la relación entre Matt y sus hijas, amigos y él mismo, creo que hubiese habido lugar para más. En este libro, resulta interesante conocer cómo las situaciones familiares pueden extremarse y crear nuevos vínculos en torno a las personas.

Con un buen despliegue de diálogos y una historia precisa (desde el comienzo firme y hasta el final), Los descendientes es un buen drama para reflexionar con la presencia de esos tres sentimientos mezquinos: la tristeza, la incertidumbre y la decepción.

Georgina Marrapodi

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