Los perros y los lobos

Los perros y los lobos, de Irène Némirovsky

Los perros y los lobos
 

Realizar una elección en una biblioteca no es cosa fácil. Por supuesto que ninguno de nosotros, lectores, podríamos negar que disfrutamos en demasía pasar tiempo entre libros pero llega un momento que la incomodidad gana si uno está solo. O eso me pasó a mí. Entonces, aplico una sencilla regla: Más vale conocido que malo por conocer. Me ahorra tiempo y escapo a la austera  mirada de la bibliotecaria, a quién le pido disculpas por tardar tanto. Y así me encontré con esta novela, porque conocía a la autora. Elegí bien cuando me decidí por Los perros y los lobos de Irène Némirovsky.

Ucrania y París son los escenarios para el romance de dos chicos judíos: Ada y Harry. El inconveniente está en la clase social a la que pertenecen pues Harry es hijo de judíos ricos mientras que Ada, parienta lejana de Harry, pertenece al grupo de judíos pobres. La chispa sucede sin saber que uno provoca en otro una inquietud similar que los enloquece y que definen como amor.

Ese chispazo nunca deja de existir y los persigue en París, años más tardes. Harry sigue con el trabajo familiar y Ada comienza a dar sus primeros pasos como artistas. Cada uno tiene su vida, aún arrastrando tradiciones familiares y las reglas sociales impuestas en la Ucrania pre-Segunda Guerra Mundial.

En la historia, poniendo en palabras las pautas sociales, están la tía de Ada y su hija. Ben, eterno enamorado de Ada, y la familia de Harry Sinner terminan de cerrar el círculo. Haciendo frente a este cuadro social, está el amor no dicho entre Ada y Harry.

Némirovsky es sutil en sus palabras y es impecable su narrativa cuando retrata la estratificación social de la sociedad judía, a través de una historia de amor que comienza en la edad más inocente de todas y se extiende a otro territorio pero con las mismas reglas y con circunstancias que afectan a la relación entre Ada y Harry, sin saber de los sentimientos del uno hacía el otro.

Si la historia de amor es la excusa para confesarnos las vicisitudes sociales de la Europa pre-guerra, entonces hay que estar agradecidos para con la autora. No sólo es perfectamente romántica, sino cargada de pasión y de esa sensación, fácil de distinguir, ante ese sentimiento que despierta otro. Y si es al revés (confesarnos las vicisitudes sociales de la Europa pre-guerra para contarnos una historia de amor), es atractivo por igual.

Némirovsky puede ser una de esas autoras a quienes se les está prestando atención durante los últimos años. No hay dudas de los motivos: su narrativa es atractiva y sus historias varían aunque siempre tienen la característica de realizar un retrato social y hasta quizás una crítica de las circunstancias socio-culturales de la época.

No siempre un autor nos puede seguir sorprendiendo e inclusive, el último libro de Némirovsky que leí no me dejó tan impaciente por probarla en un futuro inmediato. Sin embargo, ante el apuro en una biblioteca, resultó ser una elección fácil. Y acertada.

 

Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)

Tw: rosearan

3 comentarios en «Los perros y los lobos»

Deja un comentario