Manu

Manu, de Manuel Jabois

Manu
Hojeo varios periódicos al día, de todos los colores e ideologías, pero hay uno que para mí es diferente, especial: el Diario de Pontevedra. Con el Diario me paro y lo leo con atención y es que se trata de lo que pasa en mi “casa” y de las cosas de uno hay que estar siempre bien informado. Bueno, también lo leo por las esquelas, que es la única forma fiable de saber quién se muere en la ciudad (si esto fuera un WhatsApp ahora pondría una carita sonriendo, guiñando el ojo y echando la lengua). Humor negro aparte, ¿por qué cuento todo esto? Pues porque leyendo el Diario de Pontevedra descubrí como columnista a Manuel Jabois (Sanxenxo, 1978).

Esos fueron sus comienzos o, por lo menos de los que yo tengo conocimiento. Desde hace ya un tiempo, se pasó a jugar ligas mayores y, además, escribe para el periódico de tirada nacional El Mundo y para la revista cultural Jot Down. Asimismo, y por si esto fuera poco, colabora en el programa de Ondacero “La Brújula” del archiconocido Carlos Alsina. No está mal ¿eh?

Una servidora, como no podría ser de otra forma, continúa leyéndole y escuchándole porque me interesa su opinión, su forma de plantear los artículos y porque me encanta su forma de ver el mundo así como su peculiar forma de transmitírselo a los demás. A bocajarro, sin pudor ni tapujos de ninguna clase. Dicho lo cuál a nadie le extrañará que en cuanto salió “Manu” me abalanzara sobre el libro y no abandonase mi butaca favorita hasta que lo acabé. Lo leí de una sentada (son 124 páginas, tampoco creáis que llegué a límites que pusieran en riesgo mi integridad física).

Escrito de modo autobiográfico, a lo largo de las páginas de “Manu”, Manuel Jabois hace partícipe al lector, con su inconfundible talante y su sentido del humor tan característico, de su reciente experiencia en asuntos de paternidad, desde el minuto uno hasta los primeros pasos del chaval. Entre medias, aprovecha para contar sus experiencias como columnista, su desembarco en Madrid procedente desde Pontevedra (ciudad que está constantemente presente en el libro), su llegada a El Mundo, viajes a diversos congresos y premios, recuerdos de niñez y juventud y todo ello en un tono desenfadado y locuaz, que hacen del libro una sucesión de reflexiones y anécdotas personales.

Podría describir “Manu” con multitud de adjetivos y todos ellos positivos, pero si tuviera que definir la novela en una única palabra, no lo dudaría ni un instante: divertida. Y a ello contribuye enormemente el estilo directo, dinámico y carente de circunloquios innecesarios. Y eso es algo que, personalmente, aprecio enormemente y más en estos tiempos en los que todo son silencios, eufemismos rebuscados y respuestas ambiguas y complicadas a cuestiones de toda índole.

Creo que sobra decir que os recomiendo muy mucho la lectura de “Manu” (que, por cierto, fue la novela galardonada con el XIX Premio Café Bretón & Bodegas Olarra, fallado el pasado 5 de febrero de 2013) y estoy segura que, aquellos que ya conocían a Manuel Jabois, lo van a reconocer sin problemas en las páginas del libro y aquellos que lo descubrís, quedaos con el nombre.

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