Mercado de invierno

Mercado de invierno, de Philip Kerr

Mercado de inviernoQue haya hecho dos reseñas sobre libros de fútbol en poco tiempo (esta y la de El regate, de Sergio Rodrigues) no quiere decir que yo sea precisamente un entusiasta de las novelas en las que rueda el balón. Tiene algo más que ver con el hecho de que cada vez hay más novelistas que se internan en el mundo del fútbol buscando intrigas con las que vertebrar sus ficciones. Y sobre todo el escuadrón de los negro-criminales. No nos engañemos, a la novela negra todo lo que huela a mafia, corrupción y dinero que cambia de manos continuamente le suena de maravilla para introducir sus cadáveres y sus inspectores ficticios. Más allá de algún clásico, como El delantero centro fue asesinado al atardecer,  de Vázquez Montalbán, en los últimos meses nos han llegado Las cuatro torres, de Leandro Pérez, La pena máxima, de Santiago Roncagliolo y algunos otros títulos como este Mercado de invierno en el que vemos a uno de los más grandes del género, Philip Kerr, saltar al campo.

Kerr no ha perdido el toque que le llevó a ser considerado por Granta como uno de los mejores narradores jóvenes del Reino Unido allá por 1993. A su talento como escritor ha sumado un olfato bastante acertado para descubrir por dónde van las tendencias del mercado, lo que le ha reportado no pocos beneficios en su carrera y ha hecho que se desenvolviera tan bien entre nazis como escribiendo literatura infantil (donde firma como P.B. Kerr). Para el fútbol no crean que retrata un desconocido equipo de la liga sueca en el que matan a un pobre portero, sino que se introduce nada más y nada menos en el London City (a.k.a. Chelsea), que dirigido por Joao Zarco (portugués con la lengua muy larga, ya saben…) y comandado en los despachos por un adinerado empresario ex soviético, aspira a los mayores éxitos en la Premier y la Champions.  

Se diría que Kerr tenía casi todo el trabajo hecho con abrir las páginas de los periódicos deportivos durante unos meses e ir apuntando sucesos para que aparezcan en la trama. Y así parece al principio de la novela, cuando va repasando uno por uno la mayoría de los tópicos nocivos, más cercanos al delito que al deporte, que rodean al fútbol actual. Aparte del presidente del Este, hay historias turbias sobre compras de partidos, grandes comisiones de dinero negro entre los agentes y los clubes e incluso adjudicaciones inmobiliarias muy fraudulentas. También hay ex futbolistas de dos tipos, los que son un juguete roto atrapado por la bebida y aquellos que han sabido labrar una carrera cuando los focos han dejado de apuntar a su cabeza.

Precisamente en esta segunda categoría cae Scott Manson. Segundo entrenador de Mou… uy, perdón, de Zarco y a la vez heredero de una conocida firma deportiva. Con Manson el lector se da cuenta del talento de Kerr, que va moldeando al personaje página tras página y lo va colocando de manera magistral dentro de este entramado. El propio Manson no es un santo, y en su pasado se van descubriendo un paso por la cárcel y otros episodios amargos, que hacen que cuando llega el asesinato (bastante tarde, por cierto), se antoje como lo más natural que lo resuelva Manson.

Al contrario que lo que pasaba con El regate, una de las debilidades de Mercado de invierno son las descripciones de partidos, que hace con demasiado detalle y llegan a resultar un tanto tediosas. Otro de los puntos flacos es el exceso de tramas secundarias, alguna de las cuales queda suelta sin una explicación coherente dentro de este volumen. Aunque por eso no me preocuparía mucho, seguro que termina dando juego en La mano de Dios, que se anuncia como la segunda entrega de una, al menos, trilogía que se completará con Falso nueve. Si continuase tirando de expresiones futbolísticas el bueno de Kerr tendría títulos para un centenar de novelas de este estilo, aunque mucho nos tememos que su incursión quedará ahí por el momento, porque sus novelas de 2016 se anuncian por otras líneas narrativas. Quién sabe si no le picará el gusanillo posteriormente.

En todo caso, como valoración general no cabe sino decir que para aquellos que deseen pasar el “mono” de fútbol de este mes de julio con una buena novela, Mercado de invierno es una alternativa perfecta para combinar estas dos pasiones que son la lectura y el fútbol.

Mercado de invierno, de Philip Kerr – RBA, enero 2015, 416 pp. 15 euros

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