Niños en el tiempo

Niños en el tiempo, de Ian McEwan

nios en el tiempo

Ya conocía a Ian McEwan,  sólo de nombre. Pero no me aventuré con su novela más conocida. Encontré –desafortunadamente me vi tentada aquel día que no debía comprar más libros porque la biblioteca aún tenía una lista esperándome- Niños en el tiempo. Fue seducción instantánea. Quizás lo haya sido por el dramatismo de la situación que nutre a los cimientos de la historia y una identificación parcial a través de lo que nos llega en las noticias.

Stephen Lewis es el protagonista, un escritor de novelas infantiles. Desde el primer capítulo, McEwan sale “con los botines de punta” (como decimos los argentinos): sin respiro, nos relata el momento de la desaparición de su hija Kate. Conciso, casi presencial, instantáneo. Así, narra el momento en que va al supermercado con Kate y, en una escena habitual, mientras paga y mantiene la vista en su hija, un segundo después retira su mirada y en cuestión de dos segundos, Kate no está. Es trágico, desgarrador y eso nos lo ofrece de un tirón, sin respiro. Antes de seguir se necesita detenerse. Ahí está, el segundo que puso el mundo individual, de patas para arriba.

Es la vida después de Kate, la que nos va a demostrar cómo afecta al futuro. No sólo a Stephen y a su esposa Julie. Sino a toda la gente a su alrededor. Los momentos que Stephen evoca a través de sus padres, de los momentos en el comité del que forma parte, esa extraña relación con el poder político inglés. Todos convergen en la misma línea de reflexión: es la niñez perdida.

Se trata de esto, de reflexionar sobre el darse cuenta de que ya no se es un niño pero a su vez, como quisiera perdurar la inocencia infantil en un mundo que McEwan lo puebla de elementos enredados y casi absurdos, que rayan la locura pero que no lo son. En algunos momentos, es Stephen quien choca de cara contra el matrimonio de sus padres y su “llegada al mundo”. El autor va y viene en la cabeza de Stephen mientras el tiempo pasa y en la memoria persiste Kate, e incluso nos suma episodios de desesperación ante la imposibilidad de tenerla: depositar la esperanza en el rostro de alguien ajeno.

Más allá de la fortaleza del personaje de Stephen y una historia increíblemente dura pero que deja de serlo mientras acontece el futuro, también hay un contexto enriquecedor. Charles Dukes, amigo de Stephen, es una personalidad que dejará pensar y será “ese niño que llevamos dentro”. Es una tragedia en su inicio, una tragedia que nos destroza cuando los medios de comunicación informan sobre la desaparición de un niño de forma abrupta. Hablo de mi país, Argentina, donde  hay casos resonantes y otros no tanto…pero que los hay, los hay.  No podía dejar de sentir el cuchillo punzante que significa la incertidumbre de saber qué pasó con esa persona, de cómo podría alguien hacerle eso a una criatura y aún peor…cómo un padre se descuida. Pero a Stephen no lo podía culpar de esto, sólo que el momento es tan doloroso  que estuve a punto de arrojar el libro lejos de mí para no aumentar la paranoia de “futura madre”.

McEwan tiene una forma de escribir muy fina. No dice pero lo dice. Expone ese instante en que todo cambia y después, la lectura se vuelve más  lineal pero no deja la tensión de lado. Si de finales hablamos, McEwan supo cerrar una historia que no tendría fin de un modo brillante.

Rosario Arán

4 comentarios en «Niños en el tiempo»

  1. Me gusta el autor, lo descubrí con Expiación, una novela excepcional. he leído algún otro libro de él pero este lo descubro con tu reseña y te aseguro que ya estoy deseando leereste libro.

    Un abrazo !!

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  2. Sí, Susana!!!
    Yo todavía me debo Expiación pero yo creo que si te gustó el estilo del autor, este libro te puede gustar mucho!! Hace reflexionar mucho!!!
    Saludos!

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  3. Ciertamente parece un libro realmente duro. Debe ser interesante ver cómo un estilista como McEwan aborda este asunto que en breve me tocará muy de cerca y que imagino que establece un lazo de terror con el lector. Gracias por la recomendación.

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  4. Gww,
    Sin duda, para quienes han leído antes a McEwan debe ser una puesta a prueba tocando este tema en uno de sus libros.
    Me alegro que te haya picado la curiosidad por este libro a través de la reseña

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