Pantera Negra 3, de Ta-Nehisi Coates y Brian Sterfreeze

pantera negra 3Las colecciones siempre tienen un punto flaco: que uno de los números no te guste y termines por dejarla por aburrimiento. Por ello, cuando no se encuentra una en la que puede decir que, en cada número, la historia va calando más en él, es una especie de regalo que, inesperado, te hace sentir que el dinero que te gastas todos los meses es algo muy bien invertido. No hay que olvidar que no es poco lo que este tipo de publicaciones hacen a los que, como yo, nos hemos visto inmersos en el mundo que nos proponen tanto para el gaznate lector como para el bolsillo. Pantera Negra es una de esas colecciones que están haciendo que babee de lo increíble que me parece, de lo que se aleja de esos momentos llenos de explosiones y poco argumento que han poblado durante demasiado tiempo a algunos de mis personajes favoritos y, en definitiva, una historia con mucha contención pero que va aplicando tensión en cada número, esperando que en su recta final termine explotando y todos – o al menos yo – lo veamos. Porque esta no es la historia de simplemente un superhéroe, de un superhéroe desconocido para el gran público, sino que también es la historia de todo un pueblo, de las mujeres, y de la opresión frente a la libertad. ¿Quién nos iba a decir que esto es lo que nos ofrecería un cómic de Marvel? Si hace unos años me lo hubieran dicho no me lo hubiera creído, pero aquí estamos, aquí estoy, decidido a contar las excelencias de lo que he podido descubrir en este nuevo número.

Lo primero será una evidencia: hay que leer esta serie desde el primer número. Entiendo que a los que me leéis esto os parezca absurdo, pero es de obligatoria lectura ver a dónde se ha llegado para poder disfrutar Pantera Negra 3. Pero más allá de esto lo que nos cuenta este número es sobre todo la batalla interna de T´Challa, protagonista absoluto de este número, y que yo había echado de menos en el anterior volumen. Una batalla interna sobre cómo se ha llegado a la situación de fractura que vive Wakanda y que nos puede incluso hacer visible muchos de esos momentos que se viven en la actualidad en un plano mucho más real. No hay que olvidar que, al fin y al cabo, muchas de las historias de superhéroes – sino todas – se nutren de lo que está sucediendo en el mundo. Pero si tuviera que dar un argumento a favor para la lectura, como ya lo he hecho en las anteriores reseñas de esta colección, es el papel que se le da a la mujer. No me cansaré de repetirlo. Los cambios que se están dando en las publicaciones se agradecen, se ve una nueva era en cómo las historias se cuentan, y en esta precisamente son ellas las que quieren llevar la libertad a su pueblo, y aunque en este número no acabe de cuajar la batalla definitiva, se nos presenta ese halo que tanto me ha hecho disfrutar. Y sobre todo, por encima de todo, los entresijos de la política, del gobierno de un pueblo, ante lo que me quito el sombrero. De hecho, diré desde aquí que es la única vez que me he permitido releer los anteriores números para volver a disfrutar de todo el contenido que se ha publicado hasta el momento.

Poco podré decir, que no haya dicho ya, del dibujo. Sigue las mismas pautas, los mismos engranajes, y la misma combinación perfecta entre imágenes y texto. Brian Stelfreeze sigue deleitándonos con un dibujo nítido y correcto y me atrevería decir que, en algunas páginas, mucho mejor que en otros números, ampliando un poco el espectro y dotando de más fantasía – por llamarlo de una manera – una obra que, como ya he dicho al principio, rezuma realidad por los cuatro costados y deja al lector con muchas ganas de más. Ta-Nehisi Coates se convierte de esta manera en aquello que este personaje necesitaba para darle el empujón que, hasta el momento, no había tenido. Si todo sigue como se espera, el final de este arco argumental será apoteósico. Sólo habrá que esperar un mes más para descubrirlo, y allí estaré yo para ponerlo en palabras.

 

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