Pétronille, de Amélie Nothomb

petronilleYa está aquí la nueva historia de Amélie Nothomb fiel a su cita anual con el mercado editorial, cita a la que lleva acudiendo con regularidad más de veinte años. Cuando un escritor tiene el don de saber contar historias, como es el caso de la escritora belga, no hace falta fiarlo todo a una trama que enganche. Simplemente su forma de escribir y su legión de fans ganados con los años le garantizan un (merecido) éxito en cualquiera de sus publicaciones.

En esta ocasión, la historia es muy sencilla. Amélie tiene una pasión, el champán, pero por desgracia lo ve algo aburrido si se consume en soledad. En una firma de libros conoce a Pétronille Fanto, una fan con la que se cartea desde hace tiempo. Pétronille es una joven de perfil andrógino que aparenta mucha menos edad de la que tiene, imagen muy lejana a la que se imaginaba la autora. Sin embargo, y de modo sorprendente, se revela como la compañera de “bebercio” perfecta.

Este es el punto de partida utilizado por Nothomb para crear una historia de amistad entre dos mujeres muy diferentes entre sí, con ideas de vida radicalmente opuestas, que encuentran en el champán su nexo de unión. Mientras desfilan por el libro las marcas más selectas de este sugerente vino espumoso francés, vemos como se hace y deshace la amistad entre una Amélie Nothomb cada vez más asentada en la literatura, y una Pétronille que se inicia también en el mundo de la literatura. Y es que el personaje que da nombre a esta novela es el pseudónimo elegido para tapar el nombre real de Stéphanie Horchet, joven novelista francesa poco conocida en España.

Las novelas de Amélie Nothomb son apuesta segura, un soplo de aire fresco capaz de levantar el ánimo a cualquiera. En este caso nos encontramos con una auténtica oda a la amistad y la los beneficios que la buena bebida ejerce en nuestra vida social. La escritora elige siempre para sus novelas gente de carácter fuerte e imprevisible, con grandes dosis de locura. Pétronille cumple todos los requisitos a la perfección, pues conjuga en una misma persona la genialidad de un gran escritor con la irracionalidad peligrosa de un adolescente encabritado.

La novela se encuentra cargada de referentes autobiográficos de la autora, que no rehúye nunca el hablar de las rutinas de su vida de escritora. También en Pétronille recurre a otros temas comunes en su bibliografía, como son los problemas de la creación literaria, el difícil mundo de las editoriales o esa relación de odio/fascinación que tiene con Paris. Bajo la aparente sencillez de cada historia de Nothomb, encontramos pequeñas reflexiones llenas de contenido y diálogos brillantes. Su corta extensión no es un impedimento para reconocer que estamos ante una gran historia.

Amélie se desespera en las primeras páginas al no encontrar su objetivo. “Necesito un compañero o una compañera de borrachera… me parece imposible que entre tanta gente no pueda encontrar al elegido o a la elegida. En la Ciudad de la Luz, tiene que haber alguien con quien beberse la luz.”. Y vaya si la encuentra. La autora se siente feliz al encontrar a Pétronille, y el lector feliz también al encontrar unas horas de diversión con una historia de lo más amena. Todos felices. Brindemos pues, ya sea con un Perrier-Jouet o algo más modesto.

César Malagón @malagonc

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