Quien pierde paga, de Stephen King

Quien pierde pagaHay un concepto dentro de los diferentes géneros literarios que me fascina. La metaliteratura. Detrás de este rimbombante nombre, no hay más misterio que libros que hablan de literatura. Libros que hablan de libros. Del arte de escribir, del proceso de lectura o , como nos dice Stephen King, “para los lectores, tomar conciencia de que son lectores es uno de los descubrimientos más electrizantes de la vida: de que son capaces no solo de leer, sino además de enamorarse de la lectura. Perdidamente. Con delirio”. Es “Quien pierde paga” la primera novela, desde Misery, en la que Stephen King vuelve a escribir sobre un lector obsesionado con un escritor. Y lo hace de manera prolija y eficiente. Eso es “Quien pierde paga”, un viaje a la psicología del lector.

“Unos leen para aprender, otros para olvidar.
Y devoran el libro o el libro los devora a ellos.
He aquí el plan de un lector maníaco.”

Para aquellos que no conozcáis la trilogía Bill Hodges, decir que la primera entrega de esta serie fue Mr. Mercedes. Aquella fue la primera incursión de Stephen King en la novela policíaca. Aquel libro nos preparó el camino para lo que nos encontraremos en este volumen. Una historia autoconclusiva pero que se conduce por unos cauces narrativos generales mucho más amplios. Ariel Bosi, lector argentino experto en King que ya se ha leído la trilogía entera, confesó que “Quien pierde paga” es el que más le ha gustado de los tres, y que “End of watch” (el tercero) será el más controvertido. Entiendo que se refiere a que continúa con el final de “Quien pierde paga”, un final al estilo King, que a mi, personalmente, me ha encantado.

«Despierta, genio».

Así comienza la novela. El genio en cuestión es John Rothstein, un autor de culto (deduzco que postmodernista, amén del guiño a Roth), creador del personaje de Jimmy Gold. Morris Bellamy es un apasionado lector que, sin embargo, no está nada contento. Cree que Rothstein ha traicionado a Gold y eso es algo que no puede soportar. Morris decide hacer una visita a Rothstein en su casa para preguntar a por qué terminó su obra de esa manera pero las cosas, como en cualquier novela de King, acaban por torcerse.

Años después un chico llamado Pete Saubers, sin saberlo, se cruzará en el camino de nuestro peculiar lector y será al joven Pete y a su familia a quienes habrán de salvar Bill Hodges, Holly Gibney y Jerome Robinson del vengativo y trastornado Morris cuando salga de la cárcel después de treinta y cinco años a la sombra.

Hay que señalar que Morris Bellamy es uno de los seres más extraños de cuantos ha creado Stephen King. Un personaje inteligente con quien sentirse identificado pero repulsivo al mismo tiempo. Alguien con quien tienes tantas cosas en común que asusta. Un personaje maligno y trastornado que recuerda en ocasiones, no solo a Annie Wilkies de “Misery” sino también a Henry Bowers de “It”.

Si hay algo que destacar es la calidad con la que están construidos los personajes adolescentes en la obra. Cuando Stephen King comenzó a escribir Carrie, su primera novela, tiró a la papelera las siete primeras páginas. El autor de Maine sostenía que no iba a ser capaz de entrar en la mente de unas jóvenes de instituto. Menos mal que su mujer sacó las páginas del cubo de la basura… Nada tiene que ver esta anécdota con la capacidad actual de King de ponerse en la piel de unos adolescentes. Son precisamente éstos los que destacan por encima del resto. Personajes que, tanto los comunes con Mr. Mercedes como Pete Saubers, protagonista de “Quien pierde paga”, llevan el peso de toda la trama.

Hay un detalle en la novela es que Stephen King que no podemos dejar pasar. El libro retrata la vida de un lector cuya obsesión por un escritor lo lleva demasiado lejos. Esa es la manera que tiene King de dejarnos su mensaje: “Quien pierde paga” es un libro que trata sobre cómo la literatura puede moldear una vida de alguien para bien o para mal. De cuan profunda puede ser la obsesión de un lector por un libro hasta el punto de no saber dónde la realidad linda con la ficción.

Creo que, a estas alturas, sobra hacer apología de Stephen King. Si has llegado hasta aquí es porque te gusta King. Si has llegado hasta aquí es porque te vas a leer el libro. No ayudará a convencerte decir que Stephen King es uno de los mejores escritores de la literatura contemporánea y que yo leo absolutamente todo lo que escribe. Ni decirte que “Quien pierde paga” me reafirma en lo que pienso. Así que ya sabes, deja de leerme a mí y abre el maldito libro.

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