Relato de un náufrago

Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez

relato de un naufrago

 

Cuando se trata de García Márquez no tengo desconfianza: el libro va a ser bueno. Importa la historia pero sé que por encima de cualquier trama tengo la garantía de una escritura excelente, a la que he caído a sus pies.  Relato de un náufrago de Gabriel García Márquez no presentaba ningún obstáculo para negarse a leerlo: una historia verdadera con consecuencias tanto para su protagonista como para el propio escritor y una calidad narrativa exquisita.

Luis Alejandro Velasco, tripulante del destructor colombiano Caldas, abandona Estados Unidos para volver a su Colombia natal, después de varios meses de reparación del barco. Es febrero de 1955 y todo está dicho: producto de una tormenta, él y otros tripulantes caen de la embarcación. Velasco sobrevive diez días en una balsa en el medio del mar hasta que llega a las costas de su país. Luego, toda una nación lo llama héroe.

Narrado en primera persona, el protagonista se acercó a la redacción del periódico donde trabajaba García Márquez –en ese entonces joven periodista-cuyo encargo fue realizarle la entrevista para que contara la historia verdadera. Una historia que demuestra las mentiras del gobierno militar de turno y que escandaliza a la política y a la sociedad. Una historia que deja al náufrago en el olvido, luego de la glorificación efímera, y lo abandona detrás de un escritorio en un pequeño lugar para vender boletos. Una historia que a Gabo, quien recopila las entrevistas en distintas sesiones de largas horas y escribe en primera persona, lo conduce al exilio por atreverse a desafiar el régimen político.

Lo más importante del relato, el durante, se pierde frente al después. Pero una vez que se comienza a leer el libro, al lector le va a interesar saber qué paso en el medio, cómo sobrevivió y como llegó a tierra firme. Y de eso se trata: la caída del barco y la desesperación por salvar a sus compañeros, las ampollas en la piel producto del sol, la angustia de sentir sed y no poder saciarla, las técnicas aprendidas en caso de naufragio, las gaviotas, los tiburones, la delicia del calzado para que sea alimento, los delirios.

La aventura durante diez días en el mar de Velasco de la mano de Gabo, se vuelven tan reales como inverosímiles. Reales porque el instinto básico del ser humano por sobrevivir lo lleva a los recursos repugnantes pero también desesperados para mantenerse con vida. E inverosímil porque uno no cree que el cuerpo humano sea capaz de aguantar tales condiciones, consecuencia de la situación en la que se halla inmerso.

Aunque diez días viviendo la misma situación podrían aburrir, no es el caso de este pequeño relato y eso es gracias a García Márquez.  Es cierto que la memoria de Velasco regala los hecho, pero a la hora de plasmarlos en el papel es García Márquez quien amarra todos los hilos para lograr que la monotonía en el mar tenga el sobresalto necesario cada día.

Relato de un náufrago no hizo más que aumentar la confianza que me inspira un autor como el mítico García Márquez, para seguir rendida a sus pies.

Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)

3 comentarios en «Relato de un náufrago»

  1. Leí este pequeño relato hace muchísimo tiempo y desconocía o había olvidado su trasfondo político. Lo que sí permanece en mi memoria a pesar de los años es la imagen nítida de la aventura de este naufrago, sus calamidades y también sus esperanzas, y eso me parece la mejor prueba de la maestría de un narrador. Un saludo!

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  2. Pepebadajoz:
    Así es, García Márquez es garantía.

    Iván:
    Que bueno que te haya quedado esa imagen nítida. Creo que tenés razón en cuanto a un gran narrador…todavía no me olvido de Macondo o la huida en Crónica de una muerte anunciada. Lugares en los que estuvimos gracias a un libro y el poder de imaginación alimentado por un excelente escritor.

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