Semblanza 03: Juan Bonilla

Semblanza 03: Juan Bonilla

Continúa nuestra serie de semblanzas, y en este caso es el propio autor quien se presenta:

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Me llamo Juan Bonilla/ y vivo a las afuera de
New York/ (para ser más exactos en Sevilla)/
Cuando era pequeño/ quería ser jugador/ del
equipo de mis sueños./ Aquí me veis de mayor,
jugando al fútbol tan solo/ en la pantalla del ordenador./
Así es la vida, hermano:/ te la pasas
contradiciendo/ lo que deseabas cuando enano.

Cuentista, poeta, novelista, traductor, articulista… Escritor. En concreto, uno de los mejores cuentistas españoles en la actualidad, gracias a relatos como Salto de altura, Las alegres comadrejas del windsurf, Las musarañas, La ruleta rusa, El terrorista pasivo, Metaliteratura o El lector de Perec, entre otros muchos repartidos a lo largo de cinco libros: El que apaga la luz (Pre-textos, 1995, 2009), La compañía de los solitarios (Pre-textos, 1999), La noche del Skylab (Seix Barral, 2000), El estadio de mármol (Seix Barral, 2005), Basado en  hechos reales (una “autología” de sus cuentos preferidos) y Tanta gente sola (Seix Barral, 2010).

Bonilla es un tipo al que parece apasionarle la literatura por encima de todas las cosas. Una de sus propuestas es la metaliteratura, entendida ésta como una literatura con meta, que vaya más allá de la propia ficción y que afecte a la vida de alguien. Dice uno de sus narradores: quizás no fuese más que el deseo de resistirme a la impotencia de la literatura por ser algo más que literatura, por convertirse en vida propia a partir de las experiencias, fantasías, recuerdos de un extraño que, por alguna razón milagrosa, nos conoce –o eso hemos sentido al leer algo suyo. Bonilla resiste con sus cuentos, con esas historias surgidas de vivencias reales y llevadas al extremo en la ficción.

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Pero no sólo de cuentos vive el lector de Bonilla. Como dice él mismo, ha publicado un libro de poesía, repartido en tres volúmenes, cuatro si contamos también con el último: Partes de guerra (Pre-textos, 1997), El Belvedere (Pre-textos, 2002), Buzón vacío (Pre-textos, 2006) y Cháchara (Renacimiento, 2010). Y en cuanto a sus novelas, la más conocida sea quizás Nadie conoce a nadie, llevada al cine por Mateo Gil en 1999, aunque el propio Bonilla no la reconoce como novela y la trata como un cuento (incluido en El que apaga la luz). Caprichos de la edición. Otras novelas son Yo soy, yo eres, yo es (Seix Barral, 1995) y Los príncipes nubios (Seix Barral, 2008), Premio Biblioteca Breve 2003.

En El lector de Perec, cuento incluido en Tanta gente sola, se narra la historia de un hombre que colecciona ejemplares de segunda mano de un libro titulado Je me souviens (Algaida, 2005), publicado por George Perec en 1978 (y que tiene su antecedente en otro libro, I remember, publicado ocho años antes por el pintor estadounidense Joe Brainard). El libro de Perec consiste en 480 anotaciones que comienzan con las tres palabras del título, dos en la traducción española editada por Berenice (2006): Me acuerdo. Y al final incluye una páginas en blanco (a petición del autor) en las que cada lector pueda escribir sus propios “Me acuerdos”. El narrador y protagonista del cuento de Bonilla decide un día convertirse en un personaje definido por una serie de “Me acuerdos” seleccionados de entre todos los que los lectores hayan escrito en los ejemplares que tiene coleccionados del libro de Perec. El resultado del experimento, él mismo convertido en otro, en otros, será “el lector de Perec”. Convirtámonos en lectores de Bonilla, dejemos que la ficción se apodere de la realidad (ya lo hace sin que apenas nos demos cuenta), y disfrutemos, de paso, de uno de nuestros mejores cuentistas.

Leo Mares

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