Si nadie habla de las cosas que importan

Si nadie habla de las cosas que importan, de Jon McGregor

Si nadie habla de las cosas que importan

Hay muchas maneras de vender un libro. Lo puedes hacer por su portada. O por lo que te cuentan de su historia. Por lo que dicen los demás de él. Por su título. O por su autor. Si no sabes nada del autor, tal vez sea por su fotografía.

En el interior un joven Jon McGregor con gafas y media sonrisa te observa. No es una sonrisa de verdad, pero parece que de un momento a otro va a sonreír. La foto está en blanco y negro. Está en la calle. Una calle cualquiera, pero podría ser importante para él. O tal vez no lo fuera en absoluto. Parece un poco pillado a traición. No sé por qué pienso en eso ahora. Quiero decir que cada detalle cuenta. Sea como sea lo cierto es que “Si nadie habla de las cosas que importan” se vende solo por su título. No hay mucho más que agregar. Me cuesta pensar que a alguien se le pueda resistir.

Por supuesto que luego está lo otro. McGregor se convirtió en el candidato más joven a un premio Booker con 26 años por esta novela. Eso escuece. Que alguien pueda escribir algo así tan pronto, mientras los demás nos dedicamos no sé muy bien a qué. Tal vez hayamos perdido el tiempo pasando por alto las cosas que importan. Que son muchas. Como el nombre de esa persona con la que te cruzas todos los días, las últimas horas de algo, la mirada del vecino que te observa. Malas o buenas noticias. Una pareja que baila en la madrugada de algún día. Algo que ocurrió hace tres años. Que alguien llame a tu puerta para darte la mano. Solo para eso. Y este libro. Este libro también.

Hablemos pues de lo importante.

En su primera novela, como en una sucesión de imágenes, McGregor hace desfilar una tras otra las historias de cada uno de los habitantes de un vecindario en las últimas horas previas a un trágico desenlace. Jóvenes que se despiertan tras una noche de fiesta, una pareja que discute, niños que salen a jugar, dos ancianos que se quieren, una barbacoa, una chica que prepara la mudanza, un hombre con heridas en las manos, un chico que colecciona todo tipo de objetos… Tres años después una joven los recuerda mientras trata de enfrentarse a su complicada situación actual. No sabe muy bien por qué lo hace. Pero sabe que algunas respuestas están precisamente allí.

Así, su autor, ese joven e inesperado Jon McGregor, construye una historia compleja, alternando el presente de la joven con las cosas que pasaron. Como si todo formara parte de un mismo retrato. Como si los pequeños detalles que nos pasan desapercibidos pudieran cambiar realmente la vida de los otros. Ofreciéndole al lector la posibilidad de colarse en sus casas sutilmente para arrancarles las cosas que todos callan. Saltando de una historia a otra con una delicadeza sutil. Deslizándose. Mientras el texto va creciendo en suspense y tensión. Con una prosa que fluye sola donde cada palabra parece contar mucho más de lo que dice. Que te atrapa. Porque la narración nos conduce en una sola dirección. Las respuestas. Pero nadie, ni si quiera la joven del presente, puede prever sus consecuencias.

Y es que “Si nadie habla de las cosas que importan” trata sobre algo demasiado cotidiano. Algo que ocurre a todas horas. La vida de las personas detrás de las puertas. Y cómo los demás pasamos a su lado. Sin prestar atención a lo importante. Una demoledora historia sobre la soledad y sobre cómo las cosas que nos pesan son aquellas que más ignoramos o procuramos evitar. Lo que no decimos y lo que otros no ven. Una mirada poética sobre lo invisible.

Y no hay mucho más que añadir. Porque las cosas que realmente importan van mucho más allá del título, la portada, el resumen, lo que dicen los demás de ti, el autor o su fotografía. Y eso sí que sí, si es tan bueno como esta novela, se vende por sí solo. O al menos debería.

7 comentarios en «Si nadie habla de las cosas que importan»

  1. Es cierto que este libro se “vende” por el título. Y después de leerte entiendo que también por lo que hay en el interior, detrás de la puerta. No voy a pasar de largo. Ya me había llamado la atención el libro, ahora sé que tengo que leerlo sí o sí.

    Gracias por la reseña Marta (que ahora me doy cuenta que también coincidimos con Tim O’Brien). Un saludo.

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  2. Tiene una pinta estupenda, y el hecho de ser finalista al prremio Booker ya dice mucho, si a eso añadimos esta estupenda reseña del libro, no me queda más remedio que anotarlo en mi agenda.

    Un abrazo!

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    • ¡Muchas gracias, Susana! Disfruté mucho leyendo el libro y escribiendo sobre él. Así que me alegro de que lo hayas anotado en tu agenda porque merece mucho la pena. Ya me dirás qué te parece.

      Otro abrazo para ti!

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