Stardust

Stardust, de Neil Gaiman

STARDUST

Neil Gaiman es todo un todoterreno de las letras. Nacido en 1960 en Inglaterra y afincado en los Estados Unidos ha cultivado tanto el cómic, como el relato corto o la novela siempre con un aire muy alegórico y con un amplio bagaje literario y cultural que dota a sus trabajos de una profundidad encomiable. Entre sus obras más conocidas destacan Coraline con una reciente adaptación cinematográfica en stop-motion; o The Sandman una de las novelas gráficas más destacables del mundo del cómic de los últimos treinta años. Stardust, el libro que nos ocupa, fue publicado en 1999 y también tuvo un escarceo por el mundo del celuloide —bastante acertado en mi opinión— en el año 2007.

En Stardust se nos narra la historia de la familia Thorn. Dunstan Thorn es un joven enamorado que vive en el pueblo de Muro, un lugar muy peculiar a las afueras de Londres en el que la línea entre la realidad y la fantasía es bastante difusa. En Muro hay una pared de piedra cuya entrada es custodiada  por los habitantes del pueblo, al otro lado parece no haber más que una campiña y sus habitantes intentan ignorar su existencia, pero resulta ser una puerta al País de las Hadas. Una vez cada nueve años tiene lugar una feria al otro lado de la pared de piedra donde los habitantes de Muro y las gentes del otro lado intercambian mercancías. Dunstan, enamorado de la joven Daisy Hempstock, parte hacia el mercado para encontrar un regalo que haga honor a la belleza de su amada.  En un tenderete se encuentra con una bella joven habitante del País de las Hadas que le vende una flor de cristal para su chica a cambio de un beso en la mejilla —y algo más—. Dunstan acaba contrayendo matrimonio con Daisy y teniendo dos hijos: uno de los cuales viene a ser Tristan Thorn, protagonista de la historia. El joven Tristan sale igual de enamoradizo y soñador que su padre y un día, mientras pasea con su amiga Victoria Forester le promete a esta que será capaz de traerle la estrella fugaz que acaban de ver caer hacia el País de las Hadas. Y así comienza la historia de un viaje mágico en busca de una estrella…

Stardust es un cuento de manual, siempre he defendido que Gaiman es uno de los mejores cuentacuentos de la actualidad y esta obra es una prueba fehaciente de ello. El tono en el que nos narra la historia consigue que volvamos a nuestra infancia, a esa época de héroes y villanos en la que todo era blanco o negro. Que el autor creciera leyendo a C.S. Lewis o a Tolkien no se queda en anécdota y se refleja en el buen gusto con el que nos va desgranando un inocente viaje que se convierte en una aventura épica.

Los dos mundos en los que está dividida la novela están perfectamente caracterizados: el pueblo de Muro no deja de ser un espacio rural de la Inglaterra victoriana y Gaiman se encarga perfectamente de recordárnoslo. Las referencias a escritores como Dickens y a hechos históricos de la época están presentes durante la primera parte del libro —que transcurre en el pueblo— así como el uso de títulos largos y explicativos para cada capítulo y otros recursos literarios característicos del realismo de la época como plantar una lista de la compra en medio de la narración. Pero al cruzar la pared de piedra todo cambia, ya no existe Inglaterra, ni Dickens ni la reina Victoria. En el País de las Hadas hay brujas, estrellas que caminan entre los humanos y un puñado de hermanos que harán todo lo posible para llegar al trono heredado de su padre; espadas mágicas, unicornios y todo tipo de criaturas que acompañarán a Tristan en su búsqueda.

Stardust es un cuento perfecto para regalar a vuestros hijos, pero no os dejéis engañar, como todo buen cuento puede ser disfrutado plenamente por una persona adulta con una mente receptiva para la fantasía.

5 comentarios en «Stardust»

  1. Squallido, estoy completamente de acuerdo contigo en que Gaiman es uno de los mejores cuentacuentos de la actualidad; uno de los brillantes, desde luego. Tiene la capacidad de hacernos soñar y de dar una vuelta de rosca a los cuentos de hadas tradiccionales. Sus mundos y sus personajes parecen muy alejados de nosotros, pero sus miedos, sus anhelos, y sus defectos y virtudes son tan cercanos a los nuestros que bien podríamos decir que está hablando de ti y de mí, de cualquiera de nosotros.

    ¡Me ha encantado tu crítica!

    Quien no haya leído The Sandman, que no dude, ni un instante, que es algo que debería hacer en algún momento de su vida.

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