Una casa en Bleturge, de Isabel Bono

Una casa en BleturgeCuando un libro me gusta mucho no me gusta andarme con rodeos. Me salto el protocolo y las introducciones y voy directamente al grano. Sí, lo habéis adivinado, éste es uno de esos libros. Así que voy a ser directa: Una casa en Bleturge es uno de los mejores libros que he leído en los ultimes meses (y ya sabéis que leo mucho).

A Isabel Bono, la conocía, principalmente de oídas (o más bien leídas). Había leído algunos poemas suyos con los que me he topado casualmente, o bien en Internet o en antologías, pero nunca había tenido un libro suyo en mis manos. Y eso que como poeta, ya me llamaba mucho la atención. Pero aún me voy a quedar con las ganas de leer algún poemario de esta autora malagueña. Si lo pienso bien, es todo un lujo. Poder descubrir a un escritor puede ser una experiencia maravillosa. Y es que Una casa en Bleturge es la primera novela (o al menos la primera a la que ella considera así, porque con ella se siente realmente cómoda) de esta autora. Y aunque esta sea sin duda una novela, la novela rebosa poesía en cada uno de sus textos. Obviamente, desvincularse por completo del lado poético es muy difícil, máxime cuando se es una buena poeta como lo es Isabel Bono. Así que, afortunadamente, siempre queda algo de esa poesía en estos trabajos más prosaicos de los poetas. Y a mí eso me requeteencanta, que queréis que os diga.

Explicaros, aunque sea a grandes rasgos, Una casa en Bleturge es difícil. No puedo más que recomendaros su lectura. De todas formas, a aquellos indecisos, voy a daros más motivos.

Ganadora del Premio Café Gijón 2016, esta novela narra la vida de un matrimonio tan típico y atípico como cualquier otro. Una familia compuesta por una pareja aferrada al vacío, al dolor y a la soledad. Una familia de dos hijos, una niña mayor que ya no es tan niña y que sabe cuánto duele la culpabilidad y un niño pequeño que ya no está. Un hijo que muere y paraliza a ratos, a pedazos, unas vidas que continúan, que tienen que seguir existiendo sin él, encontrando su razón de ser. Y un lugar, un sueño, como vía de escape: una casa en Bleturge.

Al leer esta novela entramos, de lleno, en las mentes de sus personajes, especialmente en los pensamientos de la madre. Una mujer que busca y no encuentra, que no se encuentra, que no se quiere buscar. Una mujer rota, que no quiere unir sus pedazos, que los lanza por la ventana, que se balancea entre el pasado y el presente tratando de mantener el equilibrio de su vida y la vida de su familia. Acompañar a un padre enfermo, que se muere; a un marido que tras la muerte de su hijo ya no es quien aparenta ser, a una hija culpabilizada por su padre son algunos de esos pedazos que ella trata de recomponer. Aunque hay más, mucho más.

El ritmo de Isabel Bono es rápido, nos zambulle y nos ahoga, y cuando menos lo esperamos, cuando estamos a punto de decir adiós, de ahogarnos como la protagonista, ella se encarga de mantenernos a flote, de curarnos las heridas.

Una casa en Bleturge es una novela dura, no voy a engañaros. Es dura y hermosa, como la vida. Porque esta novela, a pesar de lo que pueda parecer, rebosa vida se mire por donde se mire. A mí me ha fascinado. Ojalá que vosotros, lectores, tengáis la ocasión de sentiros igualmente atrapados por esta novela. Merece la pena.

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