Una vez

Una vez, de Morris Gleitzman

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Una historia tierna y humana, capaz de mostrarnos la crueldad dulcificada.

Atraída por el puesto destacado que ocupaba en el catálogo de la editorial Kailas, una vez, no hace demasiado, decidí leer un libro que me gustó bastante. Cuando lo acabé, leídas ya las últimas palabras y sedienta de más, me quedó en el rostro una media sonrisa y una sensación que, por supuesto, tenía que compartir con vosotros. Así que, queridos lectores, os presento Una vez, la primera parte de la trilogía protagonizada por Félix, un niño de diez años, y su amiga Zelda, de seis.  

La historia se desarrolla en un contexto harto conocido y sobre el que se ha escrito hasta la saciedad: el holocausto nazi. Sin embargo, está abordado desde un punto de vista infantil y su autor, Morris Gleitzman, no se explaya en dar explicaciones o datos de la época, por lo que la novela se puede leer como cualquier otro drama más, sin tacharla de histórica. Y eso, en este caso, se agradece enormemente.

El telón se corre mostrándonos a Félix en un orfanato dejado de la mano de Dios, en la Polonia del año 1942. Él, la voz narrativa de todo el relato, nos cuenta cómo sus padres, tres años atrás, lo dejaron en manos de esas monjas a las que ahora tanto aprecia. Pero él no pierde la esperanza: sus padres, judíos como él y libreros de profesión, vendrán a recogerlo como le prometieron. Sabe que cumplirán su palabra.

Cuando llega un grupo de nazis ataviados con sus uniformes al orfanato para quemar los libros judíos, Félix descubre que esas personas a las que al principio confunde con bibliotecarios profesionales, son en realidad personas horribles que recorren el mundo destruyendo aquello que siempre ha sido el sustento de su familia: la literatura. Es entonces cuando lo entiende todo. Ahora ya sabe el porqué del retraso de sus padres. Sí, ésos que ríen frente a la hoguera de papel son los responsables de que él no pueda vivir en su verdadero hogar.

Muy seguro de sí mismo por creer haber despertado de esa inconciencia que limitaba su entender, esa misma noche Félix decide escaparse para ir en busca de sus progenitores y ayudarlos a esconder los libros de su negocio.

Así es como comienza la gran aventura de este niño en la que el lector se sumerge hasta el fondo, sintiendo y pensando lo mismo que el protagonista. Compartiendo con él sus vivencias, su odisea personal, incluyendo el rescate de Zelda y el refugio en el sótano junto al amable dentista y otros chicos de su edad.

Repleta de peligro, temor y angustia, el conjunto de las páginas resulta una historia tierna y humana, capaz de mostrarnos la crueldad dulcificada, que no menos malvada, a través de la ingenuidad propia de los niños. Y tal es la inocencia de Félix que para explicarse la despiadada realidad se inventa unas historias tan originales y, sobre todo, tan puras de pensamiento que resultan graciosas, aunque también tristes por el gran contraste con lo que de verdad es.

Es, en definitiva, una novela bonita que merece su lectura. Una lectura que, por cierto, es muy rápida. Y para aquellos que ya conozcáis libros semejantes, os diré como referencia que es una historia que se manifiesta claramente cercana en cuanto a estilo y contexto a “El niño con el pijama de rayas” y también, en menor medida, a “La ladrona de libros”.

Pero no quiero ocultaros sus rasgos negativos que, como todas las obras, también tiene. Bajo mi punto de vista, la mayor pega que tiene es la pérdida de foco en algunas ocasiones. Da la impresión que el autor olvida que es Félix, un niño de diez años, quien nos ha de contar la historia y no él mismo. Y es que a veces pone en boca del niño ciertas palabras que a duras penas conocen los adultos, otorgándole además determinadas reflexiones o actitudes que no son las que corresponderían a alguien de su corta edad.

Algo que tampoco me acaba de convencer es su final. Pero no por la historia en sí misma, sino porque, sencillamente, no debería acabar ahí. No es un desenlace: es parte del nudo, del argumento. Uno debería poder acabar el libro y continuar con el segundo volumen, pues está claro que no hay razón para separarlos.

Por lo tanto, amigos, nos vemos en la reseña de la segunda parte 😉


Espera un momento, esas cajas de madera que están echando al fuego son las cajas de libros de nuestra biblioteca.
Ya lo entiendo.
La Madre Minka discutió la semana pasada con los encargados de la biblioteca porque estaba hecha un desastre y nos regañó porque teníamos que ordenarla. Se ha debido de hartar de tanto esperar a que lo hiciéramos y ha debido llamar a esos bibliotecarios profesionales con brazaletes de tela en el brazo.
Ellos han organizado la biblioteca y ahora están quemando los libros que no caben.

Judit Rodríguez
judit@librosyliteratura.es

5 comentarios en «Una vez»

  1. Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario. El libro es bonito, pero a veces Félix parece tener más de diez años. En cualquier caso me gustó mucho y tengo ya la segunda parte en casa, pero prefiero esperar a que salga la tercera y leerlos juntos. No sé porque no los han publicado en un solo libro, porque no creo que juntos formen un ejemplar excesivamente largo. Eso sí, imagino que será mucho más rentable de esta forma.

    En fin, yo también esperaré la reseña de la segunda parte.

    Un saludo.

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  2. Gracias por avisarme del sorte, recién conocí el blog hoy y ya les enlacé porque la verdad me pareció muy bueno.

    Dado que me habéis pedido difusión para el concurso por mí no hay problema, si no os importa lo pondré en un post el miércoles que mañana es el aniversario de Midnight Eclipse y tengo muuuuchas cosas preparadas ^_^

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  3. Bookworm, estás en lo cierto, a pesar de sus Peros, esta es una historia que vale la pena leer. Su tono de cuento infantil te atrapa hasta el final y apenas te das cuenta de que, en verdad, estás viendo ante tus ojos la dureza del holocausto.

    Libros Gratis, ¡gracias! Ya sabes, ¡anímate a leerlo y luego nos cuentas qué tal! 🙂

    Elwen, realmente el tuyo es un blog con mayúsculas, así que felicidades por su aniversario, ¡que cumpla muchos más y que nosotros lo veamos! Y gracias por ayudarnos con la promoción del concurso, en el que por supuesto estás invitada a participar (como todos aquellos que poseen un blog).

    ¡Un saludo!

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