Vestido de novia

Vestido de novia, de Pierre Lemaitre

vestido-de-noviaVestido de novia es uno de esos libros que, para cuando uno los tiene entre manos, ya se han convertido en uno de los grandes éxitos de la temporada. Al menos, ésa es la impresión que tengo, pues no había oído hablar de él hasta el momento en que lo elegí, le eché un vistazo a la contraportada y decidí que podría gustarme -aunque quizá muchos lectores acudieron a esta novela por tratarse de la nueva obra de Pierre Lemaitre, autor de la exitosa Nos vemos allá arriba. En mi caso, ayudaron mucho las muy entusiastas críticas cuyos párrafos se extraían a las solapas. A juzgar por aquellas, estábamos ante el mejor thriller en negro sobre blanco de las últimas décadas.

Poner el listón tan alto hace más probable el riesgo de una decepción, y he de admitir que Vestido de novia no es ninguna revolución en el ya muy trillado campo del género negro. En él no hay nada fundamentalmente nuevo, ni siquiera con apariencia de nuevo; no hay nada realmente sorprendente, aunque pedir sorpresas mayúsculas a un thriller es, a estas alturas, pedir poco menos que el redescubrimiento del fuego o la reinvención de la rueda. Cualquier aficionado al género ha leído ya todas las variantes de desenlace sorpresa, pista falsa, macguffin malicioso, as en la manga y voltereta argumental que la mente humana es capaz de imaginar. Dicho esto, Vestido de novia constituye una lectura recomendable que no defrauda y que proporciona incluso motivo para la reflexión, aunque ésta esté arropada por el ritmo vertiginoso que Lemaitre imprime a su pérfida fábula de crimen, dolor y maldad.

La protagonista de Vestido de novia es Sophie, una mujer de unos 30 años que vive una vida accidental y accidentada. Aunque poco se nos dice de ella al principio -la vamos conociendo según avanza la narración-, no es difícil percibir el vacío que gobierna su existencia, la falta de asideros, la depresión y el miedo a algo indefinido pero cuya amenaza percibimos casi desde el primer momento.

Sin desvelar más del argumento, sí podemos decir que en esta historia hay muerte, enredo criminal, bajada a los infiernos y maldad, sobre todo mucha maldad.

Vestido de novia se lee muy rápido. La escritura de Lemaitre es eléctrica, avanza a chispazos, a golpes de efecto bien calculados, sazonados con la dosis justa de feísmo y de vulgaridad para imprimir en la narración la atmósfera agobiante y malsana que se nos contagia con gran rapidez y de modo muy eficaz. Uno quiere dejar la lectura pero, al mismo tiempo, quiere seguir y averiguar cómo termina todo para Sophie y para los demás -pocos- personajes de la historia.

Una vez ha terminado, se puede reconocer libremente que, muy por encima de la historia y las atropelladas emociones que concita en nosotros y que nos han hecho pasar las páginas a la velocidad del rayo, lo que hace que Vestido de novia merezca la pena es, sobre todo, su ambigüedad moral, la que nos hace preguntarnos dónde reside el verdadero mal en esta historia, quién es en verdad el personaje más diabólico de todos, si los actos que hemos visto descritos son perdonables o no y en qué medida son comparables las maldades de unos con las de otros. Pierre Lemaitre no juzga a sus personajes, sino que nos invita a nosotros a juzgarlos, si nos atrevemos, o, en su defecto -o quizá al mismo tiempo- a vernos reflejados en ellos, a imaginar qué haríamos nosotros en su lugar.

4 comentarios en «Vestido de novia»

  1. De Pierre Lemaitre sólo he leído “Álex”. Esa novela me atrapó y aburrió a partes iguales, si bien no se puede negar la originalidad del autor y su gran capacidad para crear situaciones y ambientes misteriosos. Aun así, pienso darle una oportunidad a “Vestido de novia”, vista la buena acoguda que ha tenido.

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