The Wire: Toda la verdad

The Wire: toda la verdad, de Rafael Álvarez

The Wire Toda la verdadCuando algo nos gusta, investigamos sobre ello. Somos como detectives privados que intentan hacerse con todo el material del que se pueda disponer para rellenar los huecos que nos han quedado. Eso es lo que me ha sucedido a mí con una de esas series que, por varias razones, me mantuvo pegado a la pantalla durante las temporadas que se emitió. Esa serie no es otra que The Wire. Quizá no la conozcáis y sin duda estaréis cometiendo uno de los mayores sacrilegios de la historia. ¿Que por qué os digo esto? Es muy fácil de explicar: ved el primer capítulo, si después no notáis ese escalofrío que recorrer vuestro cuerpo cuando una cosa es buena de verdad, es que la sangre no corre por vuestras venas. Pero me estoy adelantando seguramente. ¿Por qué os hablo de una serie? Porque el libro que tengo entre mis manos es un diario de abordo de todo aquello que nos mantuvo fijos a la pantalla, porque es un examen lo suficientemente lúcido sobre una de las historias mejor contadas en el mundo de las series de televisión (el nuevo cine del siglo XXI) y porque en sus páginas, encontramos aquello que siempre me ha gustado encontrarme en un libro: información detallada de un producto que ha supuesto, para toda una generación, una renovación de lo que es dirigir con elegancia, guionizar con verdadera maestría, y sumergirnos en los recovecos más oscuros del alma humana con sólo una cámara y mucha pasión.

Esto es “The Wire: toda la verdad” y lo demás son tonterías que no vienen a cuento.

 

Baltimore. Una punto en el mapa que, para mí, permanecía impreciso hasta el momento de ver la serie. Después, es imposible no ver Baltimore con los ojos del visionario Rafael Álvarez. Quizá este libro no se viva con la intensidad con la que yo lo he vivido, porque aquellos que desconozcan lo que es esta serie pueden verlo como un libro más. Ya he dicho antes, pero tengo la obligación de repetirlo, que si pensáis así estaréis equivocados de por vida. Esto que sostengo entre mis manos, y que se encuentra a mi lado mientras redacto esta reseña, es uno de esos manuales sobre el que introducirse y dejarse llevar, intentando por todos los medios que lo que se cuenta nos cale tan hondo que sea imposible volver a la realidad. Y habla un admirador acérrimo, de esos que se rasgarían las vestiduras si alguien hablara mal de una de las obras maestras de nuestra televisión actual. Porque “The Wire: toda la verdad” no es sólo un análisis de los episodios y de la historia que se vive tras los guiones y las cámaras que grabaron plano a plano las secuencias, sino que se convierte en un modo de vida para aquellos que disfrutaron con las temporadas que, tras años en emisión, vieron finalizados sus capítulos dejándonos huérfanos a aquellos que queríamos más, más, y más, casi que continuara hasta un infinito que no sabría poner muy bien en palabras. Y es que cuando yo me enamoro de algo, lo hago con todas las consecuencias. Así me va…

Baltimore. Ciudad gris con habitantes grises. Sorprende la información reflejada en el libro. Y emocionan las palabras de David Simon (creador de la serie). Ya desde su comienzo, con esta frase: Lo juro por Dios, nunca fue una serie de policías, sabes a la perfección que quien habla es alguien que adora a la criatura que ha gestado y que se ha convertido en su bien más preciado. Y es así. Porque la criatura empezó a crecer, empezó a verse querida por mucha gente que, desde todos los rincones del planeta, vivían pendientes de lo que sucedía, capítulo tras capítulo, y que se seguía preguntando cómo era posible que hoy en día se hicieran historias semejantes acotadas en los minutos que duraba un episodio. ¿Por qué, entonces, si la serie ya existe, hacerse con este libro? Porque es imprescindible. Porque uno lleva muchos años en esto como para no darse cuenta que cuando algo es bueno de verdad, es necesario encontrar la visión de un creador y sus acompañantes, para descubrir todo lo que rodea a una obra, que tranquilamente podríamos calificar como maestra y no me equivocaría en ninguna de las letras al escribirlo, en palabras de los que mejor la conocen. Esto es lo que “The Wire: toda la verdad” nos cuenta.

Baltimore. Una ciudad bajo la escucha, una ciudad con sangre y humo, una ciudad de policías y narcos, una ciudad que vive y muere en un mismo capítulo y que nos hiela la sangre. Una ciudad donde, irremediablemente, uno puede existir hasta sus últimas consecuencias.

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