Al filo de la razón, de Miroslav Krleza

Al filo de la razón
 Va terminado el terrible año 2020, un año que ha sido un año aciago para la humanidad, pero del que quedarán, no lo dudo, bellos y dolorosos poemas, historias insospechadas y libros inolvidables… Un año de esos que pasará a la historia como pasaron otros grandes desastres.
Para mí será uno de los años que menos he podido centrarme en la lectura y en la escritura, y no por falta de tiempo, me faltaba concentración, mirar a mi alrededor era como una necesidad, vivir y ver como se vivía sin la evasión de la literatura, es como si no quisiese que mi cerebro se privase de una sola imagen de lo vivido y de un solo pensamiento de lo visto vivir.
Volví poco a poco a la lectura, abandoné muchos libros que seguramente retomaré en alguna ocasión, de otros ya han podido ir leyendo las reseñas, fueron libros que me convencieron, me entretuvieron, me sirvieron… Esos libros que lees porque sabes o imaginas el camino al que te dirigen… Y luego está Al filo de la razón, un libro que me ha costado leerlo casi un mes, eso sí, lo he compartido con otros libros, y no porque no quisiese que terminase nunca, que ya me di cuenta al llevar más de veinte páginas leídas que el libro no terminaría nunca, que sería uno de esos libros que una vez leídos siempre estará ahí. Sino porque según leía sabía que, como dicen mis compañeros del Club de lectura, hay libros que nos han costado leer pero que nunca olvidaremos. En esa categoría entra este de la Editorial Xordica.
Una editorial que ya nos tiene acostumbrados a autores y títulos especiales, porque esto es lo que tienen estas pequeñas editoriales, que para competir con las grandes plataformas tienen que buscar y potenciar la calidad, además de una traducción y presentación impecable, en este caso realizando la traducción directamente del croata Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pistelek., y la curiosa portada es obra de José Luis Cano.
He intentado pensar en si había leído algo de literatura croata. Creo que no. Así que mi inicio, después de haber mirado un poco el panorama,  con una de las mejores obras de uno de los mejores autores, así que allá que fui.
I
De la estupidez humana
De noche, en conversación íntima a media voz conmigo mismo, no puedo de ninguna manera justificar mediante la lógica por qué la estupidez humana me altera tanto últimamente. Si la estupidez ajena fuera molesta como  un dolor de muelas, incluso podría explicarse: los dientes podridos envenenan el estado de ánimo, el dolor de muelas no te deja dormir. Pero ¿así?
-¿Cómo “así”?
-Pues así: todo en la vida está subordinado a unas leyes intrínsecas de la naturaleza que en los últimos tiempos la ciencia denomina “leyes naturales”; ¿por qué, por ejemplo, la rebanada siempre cae del lado de la mantequilla y nunca del otro? ¿Casualidad? ¡No! Ley. Ley cósmica. O ¿por qué el humo de una locomotora siempre se inclina por el lado en el que uno observa el paisaje desde el tren en marcha? Ya ven, estas son las preguntas para las que no hay respuesta porque se trata de problemas muy poco claros, incluso podría decirse inexplicables, y la razón humana resulta tristemente impotente ante ellos y, si una persona se altera por la estupidez humana,  probablemente es porque ella misma tampoco está dotada de demasiada inteligencia….. “ 
Y así es como esa primera página te va agarrando, y así es como el protagonista y narrador de Al filo de la razón te va seduciendo, un protagonista del que no llegaremos a saber el nombre, poco importa un nombre para conocer a alguien como vamos a conocerlo a él.
Sí sabremos que es un reconocido abogado, que está casado y que tiene tres hijas. También sabremos que su vida cambia en el momento en que decide dar abiertamente su opinión durante el transcurso de una cena social, con jefes y gentes importantes de la política y la sociedad. A partir de ahí todo cambia, cambia su vida y cambia hasta la misma narración.
Al filo de la razón 2
Es posible que la sociedad que el autor nos muestra sea la de su tiempo, ya saben, esos terribles años de los inicios del siglo XX, pero cuando vamos leyendo vemos que los problemas de la humanidad poco han cambiado, la forma de pensar, los egoísmos, el valor de la democracia, la burguesía, el pensamiento de los poderosos, su forma de actuar y hacer que todo el mundo poco o mucho dependan de ellos, creo que le llaman política de abrevaderos…¿Les suena? Como la verdad y la mentira son relativas,  todo dependerá del interés político ¿Dónde queda la moral? ¿Moral?
“Siempre me ha impresionado la gente que lo tiene todo claro, en virtud de sus convicciones, las cuales coinciden a la vez con una verdad que para estos individuos es “infalible”…..” 
A mí me gusta esta forma de narrar. Muchas veces he pensado que si yo escribiera un libro sería de este estilo, no tan bien hilado, claro, porque lo que hace el autor me ha parecido magistral.
Un libro que recomiendo vivamente a quienes han leído esos grandes clásicos de todos los tiempos, libros que cuesta leer pero que al terminar sabes que serán muchos más que una historia, será algo que quedará ahí para la reflexión personal a lo largo de la vida, sé que racionalmente he pensado mucho en Kafka mientras lo leía, aunque por algún motivo también me ha hecho recordar algunos libros de Dostoyevski… Pero tampoco me pregunten por qué.
“El individuo que quiere elevarse por encima de sus semejantes se parece a una rueda en una calle embarrada: rueda, sí, pero se ensuciará”. 
En fin amigos, que he terminado con la sensación de haber descubierto algo muy interesante,  Krleza y Al filo de la razón, debería ser una lectura que no deberían dejar pasar, porque libros como este no será fácil que vuelvan a encontrar sin que sea una relectura.
He aprovechado para, al tiempo que leía, estudiar un poco de historia de los Balcanes más allá de la extinta Yugoslavia, para desde muy atrás volver a acercarme hasta nuestros días… Ya ven lo que puede hacer la obra cumbre de un autor nacido en Zagreb en 1893.
Probablemente esta sea mi última reseña de 2020, un  libro que no ha sido fácil como no lo ha sido el año, pero un libro que no olvidaré, quizá porque soy de esa generación en la que pensábamos que todo esfuerzo tiene su recompensa. Por eso les deseo que la recompensa de las vivencias de este terrible año sea un Nuevo Año lleno de buenos momentos de vida y de lectura.

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