Cecil y Jordan en Nueva York, de Gabrielle Bell

Cecil y Jordan en Nueva YorkRecuerdo una entrevista de hace unos años a Juan José Millás en la que el escritor hablaba de antónimos. Se preguntaba, por ejemplo, qué era lo contrario de azul. O de árbol.

Existen, evidentemente, palabras y conceptos que no aceptan fácilmente un antónimo. Sin embargo, hay otros que lo reclaman a gritos y que ven cómo el diccionario no les hace el caso suficiente. Uno de esos conceptos es “exagerar”, cuyo antónimo, nos dicen los de la Academia, es “atenuar” o “empequeñecer”. Puede que sea lo mismo, pero, desde luego, no es igual. De todas formas, a falta de algo mejor y con tal de no incorporar otro anglicismo a nuestro cada día más empobrecido léxico, diremos que Gabrielle Bell es la reina de la atenuación.… Leer la reseña completa del libro "Cecil y Jordan en Nueva York, de Gabrielle Bell" “Cecil y Jordan en Nueva York, de Gabrielle Bell”

Voyeurs, de Gabrielle Bell

VoyeursAntes de que existieran los friquis, los geeks, los nerds y todos esos términos de nuevo cuño que tan políglotas y modelnos nos hacen sentir, a los tipos como yo nos llamaban, sencillamente, bichos raros. Y mira que servidor lo era. De modo parecido a lo que le sucede a Gabrielle Bell, era capaz de provocar en aquéllos que me rodeaban sentimientos de irritación, compasión, confusión, miedo y muy moderada admiración (los bichos raros solemos ser un pelín más inteligentes que el común de los mortales, modestia aparte).

Una de las características de los bichos raros es que combinamos nuestra sociopatía con un incontenible anhelo de ser queridos.… Leer la reseña completa del libro "Voyeurs, de Gabrielle Bell" “Voyeurs, de Gabrielle Bell”