Batman: El impostor

Reseña del cómic “Batman: El impostor”, de Mattson Tomlin y Andrea Sorrentino

batman el impostor

Ya tenía ganas de volver a hincarle el diente a una buena historia de Batman. No digo que no las haya, que las hay y a puñados, pero el murciélago es un bocado tan apetecible que lo meten en mil variados fregados con tal de vender cómics cargándose así su esencia principal. ¿Qué cual esa esencia? La de ser el mejor detective del mundo, y eso es un hecho. Porque cómics como Batman vs Depredador o Lobo o Aliens pueden ser entretenidos, y seguro que lo son, pero no son lo que yo busco en El Caballero Oscuro.

Lo que yo busco, aparte de un buen crimen, un rompecabezas, un acertijo o astutos malvados, es que Batman le dé bien al coco, que investigue las escenas y deduzca cosas que los simples mortales no son capaces de ver. Lo que busco es una trama de misterio, un crimen que esclarecer, un asesino al que descubrir y algo original además.

¿Tenemos algo así en Batman: El impostor? ¡Sí, pardiez, sí!

Tenemos una doble trama. Por un lado tenemos a un Batman que apenas lleva un año operando como tal en Gotham y que en una de sus salidas nocturnas es herido por una vulgar pareja de atracadores pero conserva las suficientes fuerzas para llegar a la casa de Leslie Thompkins, la psicoterapeuta que trató al joven Bruce cuando se cargaron a sus padres. La doctora, muy cotilla ella, le quita la máscara y cura sus heridas. Pero no se contenta con ello y chantajea a Bruce con delatarle a la policía a no ser que acuda cada día, al amanecer para más inri, se tumbe en el diván y haga terapia. Habría que ver qué pensaría la Asociación de Psicoterapeutas de Gotham de semejante trato con un paciente…

Por otra parte, y esta es la parte más mejor, la que más chicha tiene, tenemos a otro locuelo disfrazado de Batman (pero clavadito clavaditoo el traje, eh) que va por ahí matando a criminales.

“Tenía reglas. Pensé que serían suficientes. Estaba equivocado. ¿Crees que Gotham estará mejor sin mí?”

Por si fuera poco, una poli (un personaje secundario nuevo y que esperemos que salga en futuras tramas porque la historia que ha generado en este número ha sido muy jugosa) va a investigar a Batman y la posible relación con el espionaje industrial y el autosabotaje de las grandes corporaciones y el cobro de seguros (las persecuciones del murciélago causan pérdidas económicas en el puerto, edificios,…)

Batman: El impostor es un cómic realista, tanto por argumento como por un dibujo oscuro que encaja perfectamente con el tono de esta aventura. Nos muestra a un Bruce Wayne más humano y vulnerable, no tan cerrado como estamos acostumbrados a verle (su identidad secreta la conocen más personas que nunca), pero también, ojo a la contradicción, más maduro.

“Desaparece como si se esfumara en el aire. Reaparece al otro lado de la ciudad de forma tan rápida que se antoja imposible. ¿Una red de motocicletas? ¿Quizá rutas ocultas? ¿Es eso una pista?”

Me ha gustado mucho el detalle de la red oculta de motocicletas que Batman ha desperdigado por la ciudad, así como los cables deslizantes que deja fijados en las azoteas a lo largo y ancho de la ciudad para desplazarse por las alturas.

Batman: El impostor nos trae uno de los cómics que van a engrosar la lista de imprescindibles del murciélago. Una historia muy buena y realista y un dibujo que parece calcar fotografías. Un tomo ideal para los amantes de Batman, del noir y de las buenas tramas, que en ocasiones me ha recordado a la reciente película The Batman.

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