Batman: Un mal día-El Acertijo

Reseña del cómic “Batman: Un mal día -El Acertijo”, de Tom King

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Edward Nigma, El Acertijo, no es de mis villanos favoritos la verdad. Puede que me haya perdido buenos cómics en los que apareciera o fuera prota, y toda la culpa la tiene Jim Carrey por haberle interpretado como lo hizo en la patética y muy olvidable Batman Forever. (Realmente la culpa es del director, Joel Shumacher, pero patata). Si no la conocéis no lo remediéis. Y como no es ni de lejos mi villano preferido solo sé cosas de él que me han llegado de refilón, siendo la más memorable de las cosas aquella de que llegó a ser en alguna de las muchas series del murciélago, un detective hábil e inteligente (aunque seguro que no estaría a la altura del mejor detective del mundo).

El caso es que después de haber leído el primer número de esta nueva colección que DC va a dedicar a los villanos del universo de Batman, Batman: Un mal día –El Acertijo-, mi opinión sobre Nigma ha cambiado de considerarle un patético payaso vestido con un pijama verde con interrogantes a alguien totalmente despreciable. No lo quiero cerca de mí. Y que no se me entienda mal. El tomo me ha encantado y la lectura me ha enganchado tanto durante toda ella, que quiero leer la colección completa y la quiero ya, joder. Pero el personaje… el personaje me ha resultado odioso, y es algo que no recuerdo que me haya pasado con tanta virulencia nunca, y eso es mérito por completo del guionista Tom King. Es como si de repente El Acertijo quisiera volverse más importante, más maquiavélico y más cabronazo que el Joker… y no diré si lo consigue… Como tampoco diré nada de la trama porque merece muy mucho la pena que todo el mundo, y cuando digo todo el mundo me refiero a los amantes de las buenas historias independientemente de que les guste o no Batman, las descubra por sí mismo, que acudan vírgenes a ella. Simplemente contaré que vamos a adentrarnos un rato en el pasado del “adivinanzas” a la vez que alternamos con el presente para entender algo de este personaje, que, por cierto, tiene la mente más jodida de lo que pensaba.

“Si me muerdes, después te morderán a ti”

El uso formidable del color, el inicio de la historia, cuando parece que va a ir por un sitio hasta que ¡zas! te cambia los esquemas y te deja con el culo torcido, el dibujo preciosista y, sobre todo el cojonudísimo guion, hacen de este una de los mejores cómics cortos (cortísimo, tan solo 64 páginas) que he leído en mucho tiempo del Caballero Oscuro.

Una historia redonda, vibrante, por momentos sorprendente, en la que, como muy acertadamente he leído en algún sitio, importa más el viaje que el destino, aunque el final resulta algo tramposo para un personaje como es Batman, de quien es de sobra conocido que  tiene un código de conducta muy estricto, inquebrantable e inamovible pase lo que pase. Y un enemigo que tiene cogido por los huevos al murciélago, a Gordon y a todo Gotham. ¿Cómo es posible que de repente sepa tanto de todo el mundo? ¿Cómo es posible que conozca las identidades secretas? ¿Cómo puede hacer lo que hace? ¿Es brujería? ¡No me jodas! Tiene que tener cómplices. Todos estos “enigmas” quedarán sin resolver, pero en realidad no importa. Lo realmente importante es, repito, el viaje, el disfrute del paisaje. Y eso este cómic lo ofrece. A cascoporro.

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