Chéri, de Sidonie-Gabrielle Colette

ChériEl paso del tiempo, la vejez, es uno de los temas que más interés y debates ha suscitado a lo largo de la historia. Algo normal, si tenemos en cuenta que se trata de una de las pocas cosas que absolutamente todos compartimos. Todos nacemos, envejecemos y morimos y a todos nos preocupa ese desenlace final y sus años previos. Por lo tanto, la vejez es uno de los temas más ampliamente tratados en el cine o la literatura desde tiempos inmemoriales; y más aún, si de lo que hablamos es de la diferencia de edad en una relación romántica. En las sociedades antiguas era normal que los jóvenes varones se iniciaran en el sexo con personas más mayores y experimentadas. A partir del siglo XIX, lo habitual era que este tema se dejara en manos de las cortesanas, mujeres experimentadas que les formaban antes de que unieran su vida en matrimonio con otra joven inexperta e inocente, que se mantenía virgen hasta que su marido la iniciaba en las lindes del amor. Se trataba de un modo de mantener bajo control un tema tan engorroso y peligroso.

En la literatura existen una amplia gama de novelas que nos hablan de esa iniciación de la jovencita inocente y virginal por parte del hombre mayor y experimentado. Son menos los libros que nos narran el otro lado, el de la mujer que inicia al joven varón. Es Chéri, de la autora francesa Sidonie-Gabriel, popularmente conocida como Colette, la mejor novela en darnos este punto de vista.

Chéri narra la relación, marcada por una notable diferencia de edad, entre Léa de Lonval, una antigua cortesana, y Fred Peloux, o Chéri como ella le apoda, un joven bello, caprichoso, inmaduro y superficial. La publicación de esta novela en 1920 le valió un éxito instantáneo y la consagración a Colette, que comenzó su carrera con la saga de Claudette, de la que se apropió su primer marido, Henry Gauthier Villars, hasta que se separó de él e inició su camino en solitario.

A pesar de ser un libro que nos narra la inmadurez y la superficialidad de la vida de unos ricos despreocupados en el París de los felices años 20, Chéri, no es una novela sencilla y superficial. Al margen de la novedad del tema tratado, es un libro que destaca por sus formas; las de una novela corta de corte intimista, que con delicadeza y elegancia, a la par que cierta crueldad, nos abre el corazón de una mujer madura que tiene que enfrentarse a la realidad del paso del tiempo y lo que eso conlleva para el sexo femenino. Tendríamos para rato si expusiera la injusticia que supone la distinción que hace la sociedad entre la madurez del hombre y de la mujer, pero esto no se trata de un articulo de opinión sobre dicho tema, sino de una reseña sobre uno de los libros más destacados escrito por una mujer en el siglo XX.

Si todavía dudáis sobre si merece o no la pena leer Chéri, sólo os puedo decir que Colette logra hacernos viajar al interior del cuarto rosa de Léa de Lonval, logra que con nuestros propios dedos acariciemos la suntuosidad de los tejidos con los que los ricos embellecían sus cuerpos, sus hogares y, en definitiva, sus vidas; logra hacernos experimentar el deseo que se profesan los amantes y la evolución que sufren a lo largo de las páginas, tanto ellos como su relación; logra que empaticemos y sintamos la nostalgia y la tristeza del final del amor; logra que nos pongamos en la piel de una mujer madura que debe enfrentarse a la vejez y al gran cambio que eso conlleva en su vida.

En resumidas cuentas, Chéri, es un magnífico disfrute que a través de una prosa lírica, elegante y muy francesa, nos mete de lleno en la zona rica del París de los años 20. Una época y un estilo de vida que se caracterizaban por su superficialidad y sus excesos, y en los que por encima de todo, se valoraba el disfrute de la vida y de los placeres que ésta nos ofrecía.

 

 

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