El año de la República

Reseña de “El año de la República”, de José Calvo Poyato

Editorial HarperCollins

Me gusta la Novela Histórica, siempre les he dicho que me ha ayudado a entender la historia y a situar a cada personaje en su época, algo que antes de ser lectora, y tan solo estudiar directamente de los libros de Historia, me costaba un poco más.

En este caso vamos a adentrarnos en la época que va desde la abdicación de Amadeo de Saboya, el 11 de febrero de 1873, que da paso a la I República, hasta el 29 de diciembre del 1874.

Diez meses ¡Pero qué DIEZ MESES!  

Diez meses que se inician con la presidencia del Gobierno, que no del Estado de Estanislao Figueras, presidencia que pasará posteriormente a Pi y Margall, a Salmerón, posteriormente a Castelar, para terminar con Serrano, y con él que acaba el sueño de la República Federal, sin llegar a redactar siquiera una constitución.  

Diez meses de absoluta locura y despropósito sociopolítico, una época que, en mi caso, siempre ha sido complicada para estudiar, así que tenía que aprovechar que el profesor, y Doctor en Historia Moderna, José Calvo Poyato, la ha novelado en este libro del que ahora les hablo, El año de la República, que ha resultado estupendo para fijar definitivamente, al menos en mi cabecita, estos meses de la historia de España, y entender aquel lío de los cantones y aquellas revueltas sin sentido.

Les encantará conocer, aquellos que no lo conociesen, a D. Fernando Besoria, porque no hay nada mejor que ir por esta época de la mano de un periodista, en este caso del Director de uno de los periódicos más importantes de la época, La Iberia. Y sí, he comprobado que existía un periódico con este nombre.

Y para llevarnos por ese final del siglo XIX, lo hace atrapándonos a los amantes de la lectura con una trama muy interesante sobre la desaparición de varios libros de la Biblioteca Nacional. Libros muy importantes, ya saben, algunos de esos que llaman incunables, incluso un ejemplar manuscrito de precio incalculable.

He disfrutado mucho El año de la República, y me ha arrancado algunas sonrisas al ver esos guiños que hace a algunos amigos y compañeros escritores, que el médico que atiende a su esposa se llame Dr. Del Corral no creo que sea pura casualidad.

En este tipo de libros donde no todo puede ser historia pura y dura, es agradable que haya una trama paralela a la historia, y, como les he dicho, la hay, y además muy entretenida para los lectores pues todos reconocerán los títulos de los libros de los que se investiga, que nos llevará a hablar además de otros problemas que tenía nuestro país en tierras de ultramar.

Otra de las cosas que no pueden faltar es darle vida al protagonista, amigos y familia, cosa que también hace; luego está la otra parte, la de situar a los personajes históricos, y claro, en este caso Calvo Poyato lo tiene claro y muy fácil, puede dejar que entre sus páginas salgan lo mejor de lo mejor entre los pensadores y escritores de esos finales del Siglo XIX.

Veamos. En mi caso en cuanto me doy cuenta de que Galdós, Valera y Zorrilla, van a ser habituales de las tertulias, ya me tiene ganada. Estos dos últimos años he releído a estos autores, incluso he leído alguna nueva biografía que había aparecido en el caso de Galdós, por lo que tenía todo muy reciente. Es muy curiosos como crea debates y aportaciones de cómo pudieron ser esas tertulias político-literarias que resultan tan interesantes en sus propuestas.

Incluso y aunque sea brevemente leeremos alguna reflexión de Menéndez Pelayo, y de Concepción Arenal que también aparecerán por la historia en la que estamos.

Bien traído el vocabulario, lo bien que lo adapta a la época sin que resulte extraño al lector. Me ha parecido curioso el uso de la palabra “botillería” a la que le da su primer significado de casa o tienda, a manera de café, donde se hacían o vendían helados y refrescos.

No he podido dejar de pensar que en el pueblo en el que vivo, hay una botillería (“La Botillería”), en la que además de tomarte un estupendo café o tomarte un vino de la marca de la casa, venden productos y exquisiteces para llevar, y que bien podría ser uno de los sitios que recrea Calvo Poyato, al que por cierto tuve el gusto de conocer precisamente en mi pueblo en un encuentro increíble de escritores de Novela Histórica, del que ya les hablé en su día… Ya lejano ¡Seguro que hoy les hubiese llevado a celebrar ese encuentro a nuestra Botillería!

Pues ya ven, he estado en el Congreso de los Diputados viendo en primera persona lo fundamental que allí pasó, he estado en las calles de Madrid, he comido buen cocido y bebido excelentes vinos y he participado de las tertulias del Suizo tomando un café con todos los que fueron algo en aquel momento, y también he acompañado hasta Cartagena a la Familia Besora, donde he podido comprobar en primera persona qué pasó en aquellas calles durante el terrible aplastamiento del movimiento cantonal.  

Y esto, y mucho más, es que puedes vivir cuando lees una buena Novela Histórica.

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